- Está arrancando bien el año, con el cambio de gobierno. Ya había una buena perspectiva desde la campaña. En enero hubo un poco de seca, y la gente se asustó, pero hubo lluvias en febrero que hicieron que la gente se interesara más por invertir en tierras. Y yo creo que está andando bien. Tenemos un buen panorama para lo que queda del año. Pese a que los commodities están bajando, principalmente la soja. Pero con una buena campaña la gente se va a animar a invertir nuevamente en tierras.
- ¿Y los inversores son del mercado interno o extranjeros? ¿Gente del sector productivo? ¿O gente que viene de afuera, digamos, de otras actividades?
- En general, son productores o gente que ya está en el campo y lo tiene como segunda actividad. Nosotros definimos que hay dos tipos de inversores o compradores: Existe el productor nato, que tiene toda su actividad en el campo, o quien lo tiene como segunda actividad. En este caso es quien tiene una fábrica, una industria, una empresa, y vuelca las ganancias en el campo. Ése es el principal cliente hoy. Y gente del exterior también. Con el nuevo gobierno y la famosa Ley Ómnibus con la que derogaron el tema de la ley de tierras, empezamos a tener llamados nuevamente. Nos sorprendió cómo afuera están atentos a lo que pasa en Argentina y empezaron a llamar extranjeros.
- ¿Los extranjeros buscan campos sojeros, de pampa húmeda o en todo el país?
- En general, campo productivo, y agrícola. Hubo uno que estaba interesado en campos ganaderos para invernada, que venía del norte de Estados Unidos. Pero en general, campos agrícolas.
- ¿Cuál es la región más demandada por estos días?
- En general, lo que más se demanda es lo mejor, que es la Pampa Húmeda, en el norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe, sur de Córdoba, y centro sur de Córdoba. No son los mejores campos del país, sino que son de los mejores campos del mundo. O sea, el producto que tenemos, la tierra, con esta geografía y este clima, es de lo mejor a nivel mundial. Entonces, lo primero que buscan es eso. Que, a la larga, es lo más escaso. Nadie quiere dependerse de lo que es excelente, porque sabe que el reemplazo es muy difícil. Entonces, es lo que más buscan y lo que menos hay.
- Y en dólares, comparando con el mundo, ¿los campos argentinos son más baratos?
- Y todo precio tiene una lógica... Argentina está más barato. El mejor campo en Paraguay o en Uruguay, vale quizás lo mismo que la zona núcleo. Y la zona núcleo produce dos veces más que esos campos. Y no puede valer lo mismo. Hay algo que está mal. Y claramente están mal los temas argentinos. En Uruguay, usted quiere vender la soja y dice, bueno, tantos kilos por este precio de la soja que pagan en Chicago, 400 dólares. En Argentina, para vender la soja, uno tiene que agarrar la soja, multiplicarla por el dólar MEP, descontar las retenciones, dividirlo por el dólar oficial, un montón de cuentas que hacen que la rentabilidad sea menor. Los campos argentinos tendrían que valer más que los de Uruguay y de Paraguay.
- ¿Y hay muchos argentinos comprando en Paraguay y en Uruguay?
- Bueno. Están empezando a moverse, ya fueron muchos a Uruguay en los últimos 10 años. Y ahora están empezando a explorar Paraguay, donde hay oportunidades. Lo bueno que yo veo en Paraguay es que principalmente la zona del Chaco Paraguayo es muy similar a nuestro Chaco. Muy similar a los campos de Santiago del Estero. Entonces, creo que el productor argentino puede ir allí con toda su experiencia.
- Ahora, si hablamos de pampa húmeda, que es lo que más sale vinculada a la soja, ¿Cuánto cuesta un campo?
- Y hoy están en u$s 15.000, en el “triángulo de oro”, Salto, Rojas, y Pergamino. Esa es la base de referencia. Se puede hablar de u$s 15.000/16.000 por hectárea. Y de ahí empiezan a interferirse las otras variables, infraestructura, cercanía a rutas, etc.
- Y los campos ganaderos extra pampeanos, del NEA por ejemplo… ¿Cómo está la situación de los campos ganaderos?
- Hay movimiento. Hay interés. Creo que la ganadería es algo que ha crecido mucho, tiene el techo muy alto y la Argentina todavía tiene mucho para explorar en muchas zonas. Las expectativas son buenas.
- ¿Se puede decir que es diferente en la región sur, en la Patagonia?
- Como inmobiliaria, el país lo dividimos, por decirlo de una manera, en cultivos de granos en la pampa húmeda, en el NEA y el NOA; y después la zona de San Luis y todo el oeste de la Pampa Húmeda. Y tenemos con más novedad y tecnología donde incluimos los sistemas de riego, todo el sur. Toda la Patagonia tiene un potencial muy interesante, pero en nuestro país no todo se desarrolla en el debido momento. Principalmente lo que más vale la pena destacar es el uso del agua del río Negro principalmente, y todo el deshielo. Creo que la Patagonia productiva implica dos zonas: el río Negro y sus márgenes, y todo lo que se pueda expandir del río Negro a ambos lados, y todo lo que es la cordillera, aprovechando los deshielos. Desde Salta hasta Santa Cruz, bordeando la cordillera, hay un montón de ríos, deshielos, cosas y lugares para aprovechar el agua. Y todo eso está totalmente desaprovechado. Hay cultivos permanentes, como viñedos, olivos, pero todavía hay mucho por explorar. Pero el olivo se desarrolló principalmente por el tema de diferimientos fiscales, y hay mucho potencial en tema de pistachos, almendras, nueces. Los frutos secos tienen un potencial terrible. Pero son cultivos a los que hay que esperar 5/10 años y proyectar en Argentina 5 o 10 años es imposible, una utopía.
- Ahora, ¿Cómo está la demanda en esa zona que tiene gran potencial?
- Todavía no hay mucha demanda porque aún hay campos para comprar en la pampa húmeda. Depende el tipo de inversión, pero es una buena opción para carteras de inversión alternativa. Trato de hacerle ver a la gente, que no va a ganar lo mismo que la pampa húmeda. Todavía la gente está probando. Obvio que tienen mayor retorno, porque a mayor riesgo, mejor retorno… Tarde o temprano la gente va a llegar. Tarde o temprano, la demanda va a llegar.
- En una época se vendían las pequeñas explotaciones de peras y manzanas para reconvertirlas o hacer otras producciones…
- Ahora la situación está más estable. Y se ha atomizado en menos productores y más grandes. Hay 5 o 10 jugadores que manejan toda la cadena. Son productores y también exportadores. Antes había muchos productores que estaban atados a lo que los exportadores manejaban, y había momentos en que la producción era insostenible. Dependían del dólar que estaba barato y nuestra producción en el mundo era carísima. En otro momento afectaba la mano de obra que era cara en dólares, se terminó la producción, no se podía cosechar… muchas situaciones. Hubo que renovar en especies o buscar nueva variedad de frutas y no lo han podido hacer porque se requieren inversiones a medida y a largo plazo. Y el pequeño productor tal vez no lo puede afrontar y no tiene el apoyo de un Estado o de los bancos. Todo eso ha afectado al sistema.
- ¿Y cómo se cotiza la región sur? ¿Son chacras u otras explotaciones? ¿Hay norte y sur de Patagonia?
- Sí, sí, hay de todo. El corazón productivo es el Alto Valle y Valle Medio. Allí hay que ver las plantaciones, el tipo y los años que tienen…Pueden ser u$ 10 mil/12 mil lo que está muy bien. Y hoy lo que más buscamos y más sale, es la tierra que tiene mucho para desarrollar, lugares con tierra sin producción, con posibilidad de riego. Y eso estará entre u$s 1.500/ 2.000 en la zona del valle, con riego accesible.
- Y el tema de la caída o, la desaparición del ovino, ¿Ha influido en el valor de la tierra también?
- Hay menos interés y además son extensiones muy grandes... Es muy difícil trabajar eso, más cuando el precio de la lana está muy bajo y el de la carne también está bajo. Nadie hace negocio para perder plata.
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