El acceso a Mencué solo es posible a través de la ruta provincial 67, un camino que atraviesa la vasta meseta rionegrina, caracterizada por su aislamiento, condiciones geográficas extremas y una infraestructura limitada. En este contexto, los eventos meteorológicos severos como las olas polares generan un impacto significativo en la vida cotidiana de sus habitantes.
Embed - Mencué amaneció a -26°C en plena ola polar
La zona sur de la provincia de Río Negro, donde se encuentra enclavada Mencué, posee características geográficas y socioeconómicas particulares. Las distancias, la escasa densidad poblacional, las bajas temperaturas invernales y la dependencia de la producción agropecuaria hacen que los pobladores deban enfrentar cada invierno con recursos limitados y una fuerte dependencia de la asistencia estatal para paliar situaciones críticas, como el congelamiento de caminos o la escasez de forraje para el ganado.
Desde las primeras horas de la mañana, el termómetro marcó cifras históricas, y no se descartan nuevas mínimas en los próximos días, ya que el Servicio Meteorológico Nacional mantiene vigente una alerta por bajas temperaturas extremas en toda la región cordillerana y de meseta.
El frío extremo afecta no solo a los habitantes sino también a la actividad ganadera, ya que los animales deben soportar temperaturas bajo cero durante jornadas completas, con acceso limitado a agua líquida y alimento natural.
Con un clima que endurece las condiciones de vida y producción, los pobladores de Mencué enfrentan una vez más el rigor del invierno patagónico con la resiliencia que los caracteriza.
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