Efecto Trump en el mercado del vino: Se abren oportunidades para Chile, Nueva Zelanda y Europa
¿Puede una crisis política transformar el mapa global del vino? La drástica caída del 82% en ventas de EE.UU. a Canadá revela cómo el comercio se adapta, impulsando a nuevos jugadores.
Canadá se posicionó como uno de los mercados más dinámicosen el consumo e importación de vino a nivel mundial, según el análisis de Del Rey AWM. Con un consumo anual que supera los cinco millones de hectolitros, el país depende en gran medida de las importaciones para cubrir su demanda interna, en un contexto de crecimiento sostenido.
Sin embargo, el panorama cambió radicalmente en 2025. Entre febrero y agosto, las exportaciones de vino de Estados Unidos a Canadá experimentaron una caída del 82,2% en valor y del 60,8% en volumen, lo que representa una pérdida de 257 millones de dólares canadienses en solo siete meses. Esta contracción se atribuye principalmente a las tensiones comerciales derivadas de las nuevas medidas arancelarias impuestas por la administración Trump a inicios del año.
Lejos de contraer el consumo, el mercado canadiense redirigió su demanda hacia proveedores alternativos. Países como Chile, Nueva Zelanda, Francia, Italia y España emergieron como los principales beneficiarios de esta reconfiguración comercial, consolidando un equilibrio más diversificado y competitivo.
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Aranceles de Trump provocan caída del 82,2% en exportaciones de vino EE.UU. a Canadá, reconfigurando el mercado global.
La paradoja de Canadá
Datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) indican que Canadá produce aproximadamente 0,7 millones de hectolitros anuales, pero consume más de 5 millones, creando una brecha que se cubre con importaciones. En promedio, el país importa cerca de 4,1 millones de hectolitros por año, con un valor de 2.800 millones de dólares canadienses, reflejando un incremento del 16,5% desde 2017.
Lo intrigante es que, a pesar de su limitada producción, Canadá exporta alrededor de 2 millones de hectolitros anuales, con el 99% destinado a Estados Unidos, principalmente en formato a granel. Esta situación genera desconcierto, ya que las cifras sugieren que exporta más de lo que produce o importa neto.
La hipótesis principal apunta a reexportaciones o mezclas industriales de bajo costo, aprovechando acuerdos logísticos y fiscales con EE.UU., como detalla el informe de la OIV “The Role and Relevance of Re-exportation Hubs”, que destaca inconsistencias en las estadísticas canadienses respecto al origen y destino de los volúmenes.
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El derrumbe estadounidense
El impacto más notable de 2025 es el colapso de las ventas de vino estadounidense a Canadá. De febrero a agosto de 2024, EE.UU. exportó 33 millones de litros; en el mismo período de 2025, la cifra se redujo a 12,9 millones. En valor, la caída fue aún más pronunciada: de 312 millones de dólares canadienses a solo 55,5 millones.
Este vacío no contrajo el mercado, sino que lo reconfiguró. Las cifras confirman ganancias significativas para otros países:
Chile incrementó sus exportaciones un 22% en valor y un 37,8% en volumen.
Nueva Zelanda logró un 31% de aumento en valor y un 42,4% en volumen.
Francia, líder en valor, consolidó su posición con un 19% de crecimiento.
Italia y España aprovecharon el escenario con alzas del 9% y 16% respectivamente en volumen.
Esta diversidad refleja un mercado más competitivo, donde los consumidores canadienses prefieren vinos de origen europeo y del hemisferio sur, afectados menos por los aranceles y la incertidumbre política, en detrimento de las etiquetas estadounidenses encarecidas.
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Canadá exporta más vino del que produce: el enigma de reexportaciones a granel hacia EE.UU., según Del Rey AWM.
El del precio en la reconfiguración del mercado
A pesar de una ligera reducción en los volúmenes importados —de 4,1 a entre 3,7 y 3,9 millones de hectolitros en 2025—, el valor total de las importaciones continuó creciendo. Esto se debe a un aumento del precio medio por litro, que pasó de 5,84 dólares canadienses en 2017 a 7,33 dólares en 2025, un salto del 25% en ocho años.
El segmento más dinámico es el de vinos tranquilos embotellados, que representan dos tercios del volumen importado y casi el 95% del valor. En contraste, el vino a granel aporta solo el 4% del valor, aunque mantiene importancia estratégica en volumen. Este incremento de precios se explica por la inflación internacional en logística e insumos, así como por un cambio en las preferencias hacia vinos de mayor calidad y origen certificado, especialmente de Francia, Italia y Nueva Zelanda.
Del lado de las exportaciones, Canadá también sintió el impacto. Entre febrero y agosto de 2025, las ventas al exterior —casi todas a EE.UU.— cayeron un 22,7% en volumen y un 6,7% en valor. El precio promedio exportado, de solo 0,65 dólares canadienses por litro, subraya la naturaleza del producto: vino a granel de bajo costo.
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Chile y Nueva Zelanda ganan terreno con aumentos del 37,8% y 42,4% en volumen, llenando el vacío estadounidense
La crisis como catalizador de oportunidades
Como destaca Del Rey AWM, el comercio del vino en Canadá en 2025 ilustra la interdependencia global y la rapidez de las transformaciones. La caída de las exportaciones estadounidenses creó un vacío ocupado ágilmente por otros actores. Chile, Nueva Zelanda y Francia se consolidan como beneficiarios clave, mientras Canadá mantiene su rol ambiguo pero estratégico como hub de alto valor.
En un mundo interconectado, este caso demuestra que consumidores y productores se adaptan independientemente de la política: el comercio, como el vino, siempre encuentra su cauce.
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