La carne, un alimento que se aleja de la mesa de los argentinos

En Argentina, el consumo de carne estaba fuertemente arraigado en la cultura de la mesa nacional, principalmente el consumo de carne vacuna, producción tradicional del país y uno de los tantos alimentos reconocidos en los mercados externos. En los últimos años el consumo de carne vacuna de la población se ha reducido, y esto se da en un contexto en el que, entre otras variables, tanto la oferta como los precios continúan bajando en las góndolas, con una demanda que pareciera no reaccionar.

"La demanda no responde, pese a esta importante baja de precios que registran los distintos tipo de cortes de carne vacuna. Sin dudas que la pérdida de poder adquisitivo de los salarios ha sido un factor determinante en toda esta ecuación" destacó hace unos días Miguel A. Schiariti, director de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (CICCRA), al analizar los niveles de consumo que está presentando el mercado interno local.

Los datos dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) confirman este escenario. Si bien el hecho de que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en septiembre haya logrado perforar la barrera psicológica del 4%, es una buena noticia para el país, dentro del sector ganadero observan con mucha preocupación los números que presenta el organismo en relación a los productos del sector.

La gráfica adjunta elaborada con datos del INDEC muestra con claridad que los precios de los distintos cortes de carne que conforman la canasta básica de alimentos de la mesa de los argentinos, mostraron sensibles caídas en septiembre al compararla con el IPC nacional. El precio del asado, emblema nacional del consumo de carne, creció la mitad de lo que lo hizo el IPC. El resto de los cortes mostraron tendencias todavía peores.

Pero si bien se puede aducir que septiembre es solo una foto, y existe cierto grado de estacionalidad en el mercado de la carne en esta época del año, la estadística que muestra la evolución que ha tenido el precio de la carne respecto del IPC en estos primeros nueve meses de 2024, refleja aún más el problema por el que está atravesando el sector ganadero y toda su cadena comercial.

Las estadísticas aquí son más duras: el precio del asado en góndola creció durante el período enero-septiembre el equivalente a un tercio de lo que lo hizo el IPC en este mismo período. El resto de los cortes, en promedio, lo hicieron al 50% índices muy alejados del -poco más- 100% registrado por la media del IPC.

Menos oferta

Y este desacople de precios que se observa en el mercado esta dado en un contexto donde baja la oferta de carnes en las góndolas locales. Así también lo confirman las estadísticas. La faena vacuna en Argentina cayó 7,2% en los primeros nueve meses del año 2024. Se faenaron 10,22 millones de bovinos; 800.000 menos que los 11,02 millones que se habían faenado entre enero y setiembre del año pasado.

Informes privados, elaborados por Rosgan, dan cuenta de que la faena del mes pasado bajó respecto a agosto, aunque superó la del mismo mes de 2023 y fue el primer mes de incremento interanual desde febrero. La faena de 1,19 millones de cabezas el mes pasado fue 1,4% inferior a la de agosto, pero 2,5% superior a la registrada un año atrás.

En este contexto de caída de faena las exportaciones de carne vacuna aumentaron 2% interanual a 590.000 toneladas hasta agosto, según los últimos datos oficiales de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA). El comercio externo, es sin dudas, una válvula de escape para no terminar de destruir aún más los bajos precios que existen en el mercado interno. El volumen exportado durante los primeros ocho meses de 2024 representó el 28,7% de la producción total de carne vacuna, superando los registros de los últimos 28 años.

"El consumo aparente de carne vacuna en el mercado doméstico descendió a 1,466 millones de toneladas, una baja del 11,2% respecto a 2023, un nivel de consumo que se mantiene como el más bajo registrado desde 1998, afectado por la inflación y la reducción del poder adquisitivo", refleja en su último informe CICCRA.