La producción de carne de cerdo ante un nuevo récord
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario remarca que Argentina duplicó su oferta de carne porcina en la última década y la multiplicó por 5 en los últimos 20 años.
"El sector de la producción porcina en nuestro país continúa exhibiendo una gran dinámica apuntalada por la rápida adopción de la carne de cerdo dentro de los hábitos alimenticios de los argentinos". Así lo señala un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El estudio detalla que Argentina duplicó su producción de carne porcina en los últimos 10 años y la multiplicó por 5 en los últimos 20 años.
En el primer cuatrimestre de este año, se faenaron 2,56 millones de cabezas de porcinos, alcanzando una producción cercana a 240.000 toneladas de carne; esto se ubica un 7% por encima del mismo período de 2022 y marca un máximo histórico para un primer cuatrimestre de año. En tanto que en 2022 se faenaron 7,7 millones de porcinos, lo que representó un récord absoluto para el país, y un incremento del 2,5% en relación con 2021.
Según las proyecciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), y en consonancia también con la dinámica que viene exhibiendo la producción en lo que va de 2023, Argentina se encamina a batir un récord este año, pudiendo alcanzar la producción de 760.000 toneladas de carne (res c/ hueso equivalente), precisa el informe de Javier Treboux - Emilce Terré, economistas de la BCR.
De esta manera, la producción total alcanzó 723.380 toneladas (res con hueso equivalente), mostrando un incremento del 4% entre años.
El consumo de carne de cerdo se incorpora cada vez más a la dieta de los argentinos, reemplazando en muchos casos el tradicional consumo de carne bovina. En los últimos cinco años los argentinos incrementaron un 20% el consumo per cápita de este tipo de carnes, lo que representa casi 3 kilogramos de carne de cerdo anuales por cada habitante.
Pese a ello, la BCR señala que el aumento productivo no alcanza para satisfacer la demanda interna, por lo que se debió importar entre 30.000 y 40.000 toneladas anuales en el último lustro para satisfacer las necesidades de consumo.
"Sin embargo, el gap entre el consumo y la producción se va achicando cada vez más, y con ello se abre una veta para el desarrollo exportador. A principios de los 2000, la producción interna alcanzaba a cubrir apenas un 75% de lo que se consumía a nivel local, mientras que en los últimos cinco años este porcentaje alcanza ya el 95% en promedio", puntualiza el informe.
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