Plaga: el maíz, ¿azotado por una chicharrita?
¿Hasta qué punto la plaga afecta el cultivo? Una encuesta privada entre productores releva pérdidas entre 11 y 31% de los rindes en maíz tardío.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires mantiene su estimación de cosecha del maíz, que es por volumen el cultivo más grande de la Argentina. Sin embargo, todas las luces de alerta están encendidas por el impacto del Spiroplasma kunkelii, enfermedad transmitida por una chicharrita.
De hecho, esta plaga está haciendo que se reduzcan las estimaciones de cosecha de maíz, en especial de los cultivos de siembra tardía, a los que muchos productores se volcaron tras 3 años de sequía.
La enfermedad, que provoca achaparramiento de las plantas y puede impactar en lotes enteros, ya afecta al 50% (80.000 ha) de la superficie sembrada en Tucumán, que, si bien no es la principal provincia productora, está en el NOA, una de las regiones de origen de la chicharrita.
En Córdoba, la mayor provincia productora, hay mucha preocupación: 84% del maíz sembrado allí es tardío y el último reporte de la Bolsa de Cereales local indica una creciente incidencia de la plaga.
Si bien la Bolsa de Cereales de Buenos Aires mantiene la estimación de producción nacional en 54 millones de toneladas, una encuesta entre casi 1.500 de productores del movimiento CREA precisó que 20% de los productores consultados fue alcanzado por la plaga y estiman cosechas a la baja de 11 a 31%. Según este relevamiento, la provincia más afectada sería Santa Fe.
¿Se viene la emergencia?
La situación podría agravarse y motivó un proyecto de resolución de los diputados nacionales Luis Picat (UCR/Córdoba) y Manuel Ardohain (Pro/La Pampa) que solicita al Gobierno Nacional la declaración de “emergencia agrícola”.
Según el proyecto, se pide la medida por el crecimiento, alcance y daño que está produciendo la chicharrita del maíz, que abarca -enumeran los legisladores- “Santiago del Estero, Chaco, Catamarca, Tucumán, Salta, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa”.
Piden también que Nación trabaje en coordinación con las provincias y que la Secretaría de Agricultura y el INTA “establezcan protocolos de manejo integral y obligatorio para los productores”.
ABC de la plaga
En el caso del espiroplasma, los síntomas incluyen amarilleo de las hojas y enrojecimiento en los bordes, seguido por la muerte del tejido afectado. También se observa el crecimiento de un hongo sobre las secreciones que deja la chicharrita.
Las plantas infectadas muestran un severo enanismo por acortamiento de los entrenudos y magullamientos múltiples, flores masculinas estériles, múltiples espigas (hasta 5 por planta) y marlos rudimentarios.
La presencia del patógeno en la planta afecta su fisiología, dificultando la llegada de los nutrientes fotosintetizados a las espigas y el consecuente llenado de los granos. Las pérdidas pueden ser totales cuando las plantas son infectadas tempranamente en su ciclo de crecimiento, situación que afecta particularmente a los maíces de siembra tardía.
La enfermedad se ha expandido por el área maicera argentina causando daños a la producción del cereal por el incremento y la dispersión geográfica del insecto vector. La chicharrita (dalbulus maidis) se presenta desde el norte del país hasta Río Negro y Chubut y es monófaga: solo se alimenta del maíz, aunque ocasionalmente puede encontrarse sobre otros cultivos, de los que no se alimenta.
Panorama preocupante
De acuerdo a los datos que arroja el último relevamiento del Sistema de Encuestas Agropecuarias CREA, “se refleja un panorama preocupante para la producción argentina de maíz tardío” y que “un 20% de los consultados informó que el cereal resultó afectado por Spiroplasma, destacándose una elevada presencia en la región Santa Fe Centro”.
El estudio - realizado en marzo, respondido por casi 1.500 encuestados- precisa que “además de las adversidades climáticas recurrentes, en la presente campaña, la expansión de Dalbulus maidis, insecto vector del achaparramiento del maíz (Spiroplasma kunkelii), está promoviendo daños importantes a los cultivos de maíz tardío”.
En 12 regiones en las que se dividen los productores asociados a CREA, los empresarios y técnicos encuestados proyectan rendimientos inferiores a los presupuestados. Los mayores recortes se registran en el Norte de Santa Fe (-31%), Santa Fe Centro (-22%), Oeste Arenoso (oeste de Buenos Aires, norte de La Pampa y sur San Luis) (-16%), Chaco Santiagueño (-13%), Oeste de Buenos Aires (-12%) y Sudoeste de Buenos Aires (-11%).
También agrega que “a nivel nacional, el rendimiento promedio esperado es un 6,1% inferior al planificado al momento de la siembra, lo que implica que muy probablemente la oferta final de maíz tardío argentino sea bastante inferior a la pronosticada inicialmente”. Y agrega que “la expectativa de producción de maíz 2023/24, a nivel nacional es de 51,5 millones de toneladas, por debajo de lo esperado al inicio de la campaña (54 millones)”, datos que surgen de proyectar el relevamiento realizado entre sus consultados.
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