Humor

100 días de Milei en Argentina, atención al humor social

Estamos transitando días para prestar atención al humor social de los argentinos, no de las minorías movilizadas (por el interés que sea) sino de la sociedad en su conjunto. ¿Por qué? Porque la economía cruje y -previsiblemente- eso tiene consecuencias que están revelándose dolorosas.

En honor a la verdad, lo cierto es que, a lo largo de la historia argentina, todos los gobiernos parecen estar condenados a contarse a sí mismos a partir de los índices económicos. La convertibilidad de Carlos Menem, la hiper de Raúl Alfonsín, el endeudamiento de Mauricio Macri, la emisión de Alberto Fernández, por citar algunos casos.

No hay lugar para nada más en la agenda colectiva, la economía lo copa todo. La economía abarca todo y se transforma en el gran monotema que marca la gobernabilidad y el horizonte político de las gestiones.

A esta Argentina monotemática llegó Javier Milei e impuso una agenda aún más acotada: ya no se refiere a la economía en toda su amplitud, el nuevo gobierno ha tenido desde su inicio un enfoque eminentemente macroeconómico.

La dimensión de la microeconomía aparece como desconocida para los principales voceros del gobierno. En la agenda se instalan fácilmente temas vinculados a la importancia del superávit fiscal -por ejemplo-, pero cuesta más desafiar al “no hay plata” a través del cuestionamiento a la factura de gas o las jubilaciones congeladas. De este modo, llegamos a una Argentina monotemática en relación a la macroeconomía.

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El gobierno hace foco en la macro.

El gobierno hace foco en la macro.

La otra cara

Es en esa dimensión de la microeconomía que el gobierno empieza a mostrar sus límites más definidos. Según el último sondeo de la consultora Zuban Córdoba, casi un 70% afirma no saber que más ajustar para llegar a fin de mes y un 53% tiene miedo de quedarse sin trabajo.

En el reporte del informe, los especialistas plantean: “Las salidas a comer afuera junto al cine y los recitales aparecen como los primeros gastos que la gente empezó a ajustar en los últimos meses. El esparcimiento y la recreación son los primeros que sufren en una crisis económica. ¿Qué va a pasar si la gente empieza a resignar el pago de sus cuentas o incluso su alimentación básica?”.

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Los meses de marzo y abril serán (aún más) complicados.

Los meses de marzo y abril serán (aún más) complicados.

Los límites

Algún tiempo atrás nos preguntábamos cuán posible era llegar a algún tipo de acuerdo global y por estos días estamos siendo testigos de los límites de ese consenso. Según el informe que mencionamos párrafos arriba, un 58% cree que tanto la situación del país como su situación personal van a empeorar en los próximos meses.

“Un pesimismo que, si bien ya venía en niveles altos el año pasado, ahora se ha profundizado a niveles alarmantes. Al preguntar por responsables, nos encontramos con que la grieta aparece de forma nítida y divide a la sociedad prácticamente en dos: un 51% culpa al gobierno de Milei y al ministro Caputo mientras que un 46% culpa al gobierno anterior”, afirman.

Como planteamos al comienzo, son días para prestar atención al humor social. El ajuste impacta por doquier y, como plantea Zuban Córdoba, “el dolor se tolera hasta que se vuelve intolerable”.

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El apoyo se mantiene en torno al 40%.

El apoyo se mantiene en torno al 40%.

Batallas y batallas

Si nos alejamos unos pasos del monotema, aparecen otros indicadores que dan algo de oxígeno al gobierno y de hecho, su núcleo de apoyo sigue por arriba de los 40 puntos y parece resistir todos los embates.

¿Cómo lo hace? A fuerza de cuestiones más bien simbólicas como la prohibición del lenguaje inclusivo o el cierre del INADI. Estos temas cosechan apoyos considerables y dan aire en días de motosierra y licuadora. Sin embargo, atención, las batallas simbólicas pueden no ser suficientes frente a cuestiones más tangibles.

Es una verdad a voces, los meses de marzo y abril serán complicados en cuanto al monotema y en este marco la evaluación del humor social durante las próximas semanas probablemente termine de definir el tono político del resto del año. Para prestar atención.

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