El precio de la manzana no logra despegar en el mercado interno
El promedio logrado en góndola durante el mes pasado se ubicó en 832 pesos. Si bien este valor es levemente mayor al IPC difundido por el INDEC, en términos interanuales continua perdiendo terreno. Una demanda que no reacciona, clave en todo este contexto.
Durante septiembre el valor promedio en góndola de la manzana se ubicó en 832 pesos por kilo, mostrando un crecimiento del 15% respecto de las cotizaciones registradas en agosto, según detalló ayer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Hay que recordar que en el marco del programa Precios Justos, la Secretaría de Comercio de la Nación actualizó el mes pasado la canasta de frutas y verduras, disponible en las grandes cadenas de supermercados de AMBA y allí se acordó que el consumidor debía pagar el kilo de manzana a 510 pesos; valor totalmente ajeno a la realidad.
Teniendo en cuenta que la inflación del mes pasado se ubicó en 12,7%, el precio de la manzana vuelve a ganarle a la media nacional reflejada en el índice de precios al consumidor (IPC).
Sin embargo, cuando se analiza el gráfico adjunto, claramente se observa que el comportamiento de los precios de la manzana en lo que va del segundo semestre de este año, no refleja la dinámica del mismo período del 2022. Es así que durante el tercer trimestre del ‘22 la variación del precio de la manzana corrió por encima de los niveles de inflación, impulsando una clara tendencia para la última parte del año. En el mismo período del ‘23, se observa un retraso en la recuperación de los valores de la fruta y no existe tendencia definida sobre lo que pueda pasar en el último trimestre del año en curso.
Este indicador en definitiva nos está mostrando la desaceleración de precios que registró la especie en todo este último tiempo, tocando valores negativos (en términos reales) a partir de agosto.
¿Por qué se da este contexto de precios? El problema es multicausal, pero claramente gran parte se concentra en la existencia de una demanda muy retraída en el mercado interno. Con los salarios de los trabajadores pulverizados -consecuencia principalmente de la inflación- el consumo se resiente y productos como la fruta comienzan a dejar de incluirse en la canasta de alimento de las familias.
Las estadísticas confirman lo que estamos mencionando. En los primeros nueve meses del año se destinaron al mercado interno 171.900 toneladas de manzanas, volumen que refleja una caída del orden del 5% respecto del mismo período del año anterior.
Esto quiere decir que la caída de precios en el mercado, en términos reales, se debe al comportamiento de la demanda ya que desde la oferta se observan volúmenes en caída. Pero también está bajo análisis el componente “calidad” de fruta que se está ofertando. La última cosecha estuvo definida por los bajos niveles de calidad que presentó la manzana. Sin lugar a dudas, este factor ayuda a empujar los valores promedio, conseguidos en góndola, a la baja.
Y esto también se refleja en la región. Con un mercado sin reaccionar, los productores están hoy vendiendo su manzana de calidad a 200/250 pesos el kilo (valor ya descontado el frío), cuando para esta misma fecha del año anterior esta cifra, en términos reales, era mucho mayor.
Por otra parte, la fruta de baja calidad se está comprando a 100 pesos (valor ya descontado el frío), un precio muy bajo por los costos que debe afrontar el sistema.
La preocupación de muchos productores es que este escenario no se termine de recuperar para lo que queda del año, y mucha de la fruta que hoy se encuentra en los frigoríficos no tenga salida por una falta de reacción del mercado y la calidad que presenta la manzana. La incertidumbre es enorme, teniendo en cuenta el año electoral que estamos viviendo y los tremendos desvíos que muestra nuestra economía.
No hay que descartar que, de seguir acelerándose la inflación, el consumo profundice su retracción y esto termine afectando sensiblemente el comercio de manzana para el último trimestre de 2023.
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