Excelente floración en todas las variedades de peras

“Tuvimos una excelente floración en todas las variedades de peras y el cuaje se está dando muy bien en todos los cuadros de la chacra”, aseguró con gran optimismo, Miguel Ferrer, productor frutícola de Cinco Saltos.

La Frase de Ferrer se ve reproducida en la mayor parte de las explotaciones del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. De mantenerse estas condiciones, la cosecha de peras en 2024 podría ubicarse por encima, en volumen, respecto de la temporada que está por finalizar.

El gráfico adjunto detalla que la cosecha efectiva de la presente temporada 2023 se proyecta en las 619.000 toneladas, tomando como corte, las tendencias al cierre de julio. Este volumen reflejó un máximo del último quinquenio y un crecimiento del orden del orden del 16% en relación con la cosecha 2022. La excelente floración que estamos observando en esta primavera, impulsaría a la producción de peras hacia un nuevo récord.

¿Pero que significa un mayor volumen de peras para el Valle? Lo primero que hay que mencionar es que si bien este año (2023) la producción tocó sus máximos con 619.000 toneladas, tal como lo señala el gráfico adjunto, la distribución comercial de esa fruta a lo largo del año tuvo características bien particulares. La mala calidad de la fruta obtenida, producto de las heladas y el granizo caídos en la primavera y verano pasado, determinó que mucha de la pera cosechada tenga como destino final la industria de concentrados.

Las últimas estadísticas oficiales, del mes de agosto de este año, dan cuenta que hacia este destino se orientaron cerca de 206.000 toneladas de peras, un 36% del total de la cosecha efectiva de la presente temporada. Estos valores, tanto en términos absolutos como relativos, muestran un récord en los niveles de molienda consignados por la baja calidad de la fruta; pera que, en definitiva, no pudo ser colocada en el mercado en fresco.

Los números oficiales remarcan asimismo que la oferta de pera orientada a los mercado externos alcanzó, en estos primeros ocho meses del año, las 270.000 toneladas, con una participación del 47% de la cosecha efectiva, mientras que al mercado interno se destinaron poco más de 97.000 toneladas representando el 17% del total cosechado.

Para el 2024 podría ser -sin heladas tardías ni granizo- que la cosecha de peras no solo sea mayor a la de este año sino que exista la posibilidad de que un menor volumen de fruta sea orientado a la industria por una mejora en la calidad. Esto permitiría entrever que sólo aumentando las cargas sobre el mercado interno y/o la exportación podría tener salida esa fruta que quedaría disponible para el mercado en fresco. ¿Aguanta esta presión de mayor oferta? Toda una incógnita teniendo en cuenta, según datos suministrados por las empresas, los bajos valores que están registrando los retornos de esta fruta en los mercados mencionados.

Hay un dato alentador frente a este escenario: la baja cosecha de pera que registró Europa en la presente temporada, lo que permitiría entrever la posibilidad de aumentar las exportaciones hacia este importante destino.

Pero nada está cerrado y, menos aún, teniendo en cuenta el tiempo que falta de aquí hasta que se cosecha la primera pera en el Valle. No hay certezas sobre la producción. Tampoco las hay sobre el marco político-económico que vive el país.

La polinización, clave

La polinización es el proceso de transporte de los granos de polen desde la antera de una flor al estigma de esa misma flor o de otra. Este proceso ocurre durante el período de floración y es la condición previa a la fecundación. Las abejas son excelentes polinizadores de frutales.

Una adecuada polinización con este insecto social influye tanto en la cantidad como en la calidad de la cosecha, de ahí la importancia de su presencia en las chacras donde se observó esta excelente floración.