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Ciruelas de Patagonia: el alimento que fortalece huesos y protege el cerebro

Producida en los valles de Río Negro y Neuquén, su consumo asocia a mejoras en la densidad ósea y a la prevención de enfermedades neurodegenerativas

En el corazón de los Valles de Río Negro y Neuquén, una fruta modesta pero poderosa crece en extensas plantaciones que dan vida a una de las producciones frutícolas más importantes de la región: la ciruela. Esta fruta, ampliamente conocida por su sabor dulce y textura jugosa, se posiciona hoy como una aliada natural en el cuidado de la salud ósea y la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

Gracias a condiciones climáticas ideales y un suelo fértil, los valles patagónicos se convirtieron en un enclave productivo de excelencia para las ciruelas. Más allá de su valor económico y cultural, esta fruta está ganando protagonismo por sus múltiples beneficios para la salud, especialmente en un contexto en el que la población envejece y los desafíos de salud pública se centran cada vez más en enfermedades relacionadas con el deterioro cognitivo y la fragilidad ósea.

Uno de los aspectos más estudiados en torno a la ciruela es su capacidad para mejorar la densidad mineral ósea. La explicación está en su singular combinación de nutrientes: es rica en polifenoles, vitamina K, magnesio, y boro, un mineral esencial para facilitar la metabolización del calcio, la vitamina D y otros compuestos fundamentales para la fortaleza de los huesos.

Estudios recientes, especialmente centrados en mujeres postmenopáusicas —grupo más vulnerable a la osteoporosis—, revelaron que el consumo regular de ciruelas puede revertir parcialmente la pérdida ósea en etapas tempranas de esta enfermedad. A diferencia de otros suplementos o medicamentos, la ciruela actúa de forma natural y sin efectos secundarios conocidos, lo que la convierte en una opción ideal para el consumo diario.

Una de las maneras más accesibles de incorporar este fruto a la dieta es a través del licuado de ciruela, una bebida sabrosa y revitalizante que puede elaborarse con ciruelas frescas o pasas. Su consumo habitual no solo ayuda a mantener huesos fuertes, sino que también aporta una carga antioxidante de gran valor.

Función cognitiva del cerebro

La ciruela no solo cuida de los huesos, también protege la mente. El envejecimiento cerebral está asociado a procesos como el estrés oxidativo y la inflamación celular, dos factores que inciden directamente en el deterioro de las neuronas y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Aquí es donde los antioxidantes naturales que abundan en las ciruelas, especialmente los polifenoles tipo antocianinas, juegan un papel clave.

Estos compuestos son capaces de neutralizar los radicales libres y reducir la inflamación neuronal, favoreciendo una mejor comunicación entre las células del cerebro. Además, el alto contenido en potasio de la ciruela contribuye a mantener el equilibrio electrolítico y a apoyar las funciones cognitivas básicas.

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Los licuados de ciruelas contienen más de 15 vitaminas y múltiples minerales.

Los licuados de ciruelas contienen más de 15 vitaminas y múltiples minerales.

Investigaciones preliminares indican que una dieta rica en alimentos con antioxidantes, como las ciruelas, podría ralentizar la aparición de síntomas en enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson, ofreciendo una estrategia complementaria a los tratamientos médicos convencionales.

Un cóctel de salud

De acuerdo con el portal especializado Healthline, tanto las ciruelas frescas como las desecadas o pasas contienen más de 15 vitaminas y minerales distintos, entre los que destacan la vitamina C, vitamina B6, vitamina K y el magnesio. Mientras las ciruelas frescas son ligeras y refrescantes, las pasas de ciruela concentran mayores niveles de fibra, carbohidratos y calorías, siendo ideales para quienes necesitan un aporte energético sostenido.

La fibra dietética que contienen no solo mejora la salud digestiva, sino que también ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, al retrasar la absorción de carbohidratos tras las comidas. Esta propiedad resulta particularmente beneficiosa para personas con diabetes o propensas a sufrir picos de glucosa.

Una de las mejores maneras de aprovechar los beneficios de la ciruela es mediante su licuado, una bebida que puede funcionar tanto como desayuno energizante o refrigerio saludable. Aquí una receta básica y efectiva:

Ingredientes: 1 taza de ciruelas sin semillas, 1 vaso de leche, 1 cucharadita de miel (opcional) y 1 pizca de canela.

Preparación: colocar todos los ingredientes en la licuadora. Mezclar hasta obtener una consistencia suave y homogénea y servir frío. Este licuado, además de ser sabroso, constituye una bomba de nutrientes que contribuye tanto a la salud física como mental. Gracias a su sabor agradable, puede incorporarse fácilmente en la alimentación de adultos mayores, deportistas o cualquier persona que busque mejorar su bienestar general.

Un fruto con proyección

La ciruela, originaria de los fértiles valles del sur argentino, se está transformando en un superalimento local con proyección global. A medida que más estudios respaldan sus efectos positivos sobre la salud, crece el interés por potenciar su producción y consumo.

Incluir ciruelas en la dieta diaria es una forma sencilla y sabrosa de prevenir enfermedades, reforzar el sistema óseo y proteger el cerebro, todo a partir de una fruta tan noble como accesible. En tiempos donde lo natural y lo saludable se valoran más que nunca, la ciruela se afirma como una joya patagónica lista para conquistar paladares y mejorar vidas.

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