¿Por qué las frambuesas de Chubut son de las mejores de Argentina?
La cosecha de fruta fina en la Patagonia entra en su etapa final ¿Cómo fue la temporada? ¿Qué factores afectan a los productores? Un panorama de la producción de frambuesas contado de primera mano desde la localidad de El Hoyo.
La Comarca Andina, donde la belleza del paisaje se muestra como una pintura, está conformada por localidades como El Bolsón, en Río Negro y Epuyén, El Hoyo, Lago Puelo, El Maitén y Cholila, en Chubut. En esta parte del mundo, donde los lagos, ríos, montañas y bosques reflejan un encanto sin igual, se concentra gran parte de la producción de frambuesas de la Patagonia.
Los datos establecen que la producción de frambuesas en la Comarca Andina, ascienden a 700 toneladas por año, con una temporada que va desde el 20 de diciembre al 15 de abril, aproximadamente. De esta producción, el 70% se realiza en la localidad de El Hoyo, un pequeño poblado rural, ubicado sobre la Cordillera de los Andes y que se encuentra a unos 12 kilómetros de El Bolsón.
En diálogo con +P Darío González Maldonado, enólogo e ingeniero agrónomo de dicha localidad, nos da un panorama del estado de situación de la producción de frambuesas en la zona, donde también se producen otros berries como moras, arándanos, grosellas, corintos, cassis, cerezas y saucos, entre otros. Aunque claro está, el commodity es la frambuesa que representa un 80% de la producción de fruta fina.
“Hay unos 70 productores en la Comarca Andina, de los cuales 50 son de El Hoyo” nos cuenta González. “Hay distintas variedades, unas dan en una sola producción (enero-febrero), y hay otras que son re florecientes” porque dan frutos en la primera etapa que es noviembre-diciembre y después nuevamente en marzo-abril.
Una fruta delicada
La frambuesa es una polidrupa, es decir, un fruto formado por la unión de pequeñas drupas que se agrupan alrededor de un centro. “La mayor parte de los cultivos son orgánicos”, asegura González.
El proceso comienza en el invierno, donde se hace la poda. “La vara que ya dio la temporada pasada se elimina, y se dejan las varas nuevas”, explica el experto sobre las plantas que pueden durar hasta por 18 años, aunque se recambian usualmente a los 12 años.
Todo el trabajo se hace manualmente. De todas formas, “en el mes de septiembre-octubre se hace una única fertilización y se comienza con los sistemas de riego y algunos productores tienen sistema de protección de heladas con riego por aspersión, otros sólo tienen sistema de goteo y en algunos casos se riega por surcos, pero son los menos”, describe el ingeniero.
Entre las variedades más utilizadas se encuentran la Autum Bliss y la Schoenemann, “después salieron una serie de híbridas nuevas que son más resistentes a enfermedades y sequías y dan una fruta más grande”, detalla Darío.
La mayoría de los productores de la localidad de El Hoyo son medianos y producen entre tres a seis hectáreas, mientras que, por debajo de tres hectáreas se consideran pequeños. “Después hay micro emprendedores, que tienen entre 100 y 200 plantas, que son de autoconsumo y venden el excedente”, nos dice.
El énfasis en la calidad
A pesar de los incendios en Chubut, González asegura que la temporada “fue muy tranquila” y lo que realmente afectó a los productores, según él, es la libre importación.
“La calidad no es la misma. La fruta importada carece de propiedades organolépticas premium como tiene la frambuesa de la localidad. Es una competencia difícil, la de la importación”, se lamenta el productor.
Lo cierto es que con la apertura comercial “están entrando frambuesas de Chile y de Serbia a 4 dólares y acá el valor de venta es de 6 dólares”, dice, aunque para ellos, más allá del precio, lo importante es hacer énfasis en la calidad de la frambuesa que ofrece Chubut.
Las condiciones agroclimáticas de la Comarca Andina contribuyen con la calidad de la fruta. “Los inviernos fríos y húmedos donde se hidrata el perfil del suelo, con un PH ligeramente ácido. También tenemos primaveras frescas donde baja la lluvia y es propicio para la polinización y ya la planta en esa altura acumula muchas horas de frío”, una de las claves que hacen a la calidad de la fruta, que según el ingeniero González, “es insuperable a nivel país”.
El camino de la comercialización
La frambuesa de la Patagonia no se exporta, se vende en el mercado local. En ese sentido, los productores chubutenses trabajan con el municipio de El Hoyo y el Ministerio de Producción de la provincia para conquistar nuevos mercados. Las acciones apuntan a destinos dentro de la misma provincia, que cuentan con cooperativas de dulceros y “buscan las frambuesas de El Hoyo por la calidad superior”, explica.
Después se manda fruta a Buenos Aires y a otros destinos patagónicos como Bariloche, San Martín de los Andes y Villa La Angostura, que requieren del producto para chocolatería y repostería.
El transporte de la fruta se hace en camiones refrigerados que deben llevar la fruta entre 20 y 24 grados bajo cero y que utilizan la tecnología de refrigeración IQF. “El IQF es un congelado a muy baja temperatura, queda la fruta en perfecto estado, no se pega y cuando la descongelás está como recién cosechada”, detalla el ingeniero y agrega que la frambuesa también se comercializa en bloques congelados, en baldes o en cajas de 10 o 20 kilos, que se usan para gastronomía.
Una experiencia única
Consultado por los incendios en el sur, el ingeniero sostuvo que afectaron a los productores, sobre todo por la merma en el turismo. Aunque en El Hoyo no hubo incendios, sí los hubo en El Bolsón y, si se tiene en cuenta que estamos hablando de un destino que explota el agroturismo, con el fuego cerca los visitantes bajaron.
Algunas de estas chacras invitan a la gente a vivir la experiencia de la cosecha bajo la explicación de un experto, con la posibilidad de comprar al peso lo cosechado. También se realizan recorridos guiados y venta de productos artesanales como dulces y conservas. Con el paisaje patagónico de testigo, sin dudas se trata de una vivencia imperdible para disfrutar del sur argentino y las bondades de su tierra.
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