El sol, el agua y Vaca Muerta amplían las fronteras agropecuarias de la Patagonia
Cómo es transformar campos vírgenes de la Patagonia en tierras para pasturas. Vaca Muerta un mercado muy rentable para los que producen carnes.
En distintos puntos del norte de la Patagonia se está dando un proceso similar al ocurrido a comienzos del siglo pasado en la zona de los valles, cuando grandes superficies de arenales sedimentarios se fueron transformando en chacras productivas que terminaron dando alimentos a millones de personas. Mientras en la actualidad las urbanizaciones avanzan sobre suelos agrícolas consolidados y con infraestructura de riego, otros emparejan y abren canales donde hoy solo sobrevive la vegetación autóctona como la jarilla y algunos tamariscos, entre los cañadones que se dibujan en el horizonte semidesértico del lugar.
Agropecuaria Don Manuel surgió como un desprendimiento de la empresa neuquina de servicios petroleros Transporte Dolores Parra, que, entre otras cosas, en los campos petroleros de Vaca Muerta desarma y arma torres de perforación, y mueve equipos de una locación a otra.
Nicolás García es Gerente General de la empresa agropecuaria, hijo de Daniel y sobrino de Manuel y Andrés García. Los cuatro estaban en el campo al momento de la entrevista. En 2006 adquirieron un campo de 20.000 hectáreas sobre la margen sur del río Negro, al sur de Chelforó, extremo este de Valle Azul, de las cuales 17.000 hectáreas son de un campo de secano que este año no llegó a recibir ni 100 milímetros de lluvia. Arriba de esa meseta están las vacas madres y se procede a la cría de los terneros. Abajo, con unos 10 kilómetros de costa, se desarrollan las pasturas. Unas 3.000 hectáreas que eran de tierra virgen, y que, a fuerza de sol, agua y mucha energía, se han ido transformando. Otra vez el proceso de ganarle tierras al desierto se inicia.
Desde +P entrevistamos a Nicolás, de 41 años, para conocer un poco más del futuro agropecuario de la Patagonia desde la perspectiva de un inversor privado.
- Conocemos las perspectivas de técnicos y de funcionarios sobre el futuro agropecuario del norte de la Patagonia. Ahora queremos conocer la perspectiva del privado, ¿Cómo es sentirse un poco pionero, pararse en un lugar que es una tierra de secano y convertirla en una tierra productiva?
- Yo creo que una de esas cosas es lo que más nos seduce, es hacer esta conversión del suelo, a la inversa de lo que pasa en las grandes ciudades donde se hacen loteos sobre chacras que fueron estabilizadas hace mucho tiempo bueno. Hoy, nosotros estamos haciendo el proceso inverso, armando estas chacras. Partimos de un suelo con muy baja materia orgánica, con muy baja receptividad (soportan muy pocos animales), para transformarlo en muy productivo con especies que se adaptan a esa situación. Tenemos ese gran desafío de desarrollar esa biología del suelo, de transformar -con el proceso fantástico de la fotosíntesis-, todo el dióxido de carbono en biomasa primero, y después en materia orgánica estabilizada en el suelo. Todo, gracias también a la energía solar, que por suerte acá abunda. Tenemos días muy largos, alta heliofanía, entonces transformar con la fotosíntesis.
- ¿Qué tipo de producción se da en estas condiciones?
- Nos motiva transformar toda esa biomasa en carne, pasar de –por ejemplo-, de 5 a 10 kilos de carne producida por hectárea en un establecimiento de cría, a producciones de 1.200 kilos de carne por hectárea por año, en un planteo de recría y terminación. Es fantástico ese cambio exponencial que puede haber y el potencial de esta zona, con el agua que tenemos, que viene del deshielo, con ese río fantástico que es el Limay y el río Neuquén, que se unen y hacen el río Negro. Con esa cantidad de agua y calidad de agua, no podemos darnos el lujo de desaprovechar esta oportunidad que, con los suelos que tenemos, tranquilamente se puede hacer mucho. Obviamente aplicando mucha ingeniería, mucha agronomía, cabeza, y estar abierto a nuevas ideas. Pero todo es posible y eso nos tracciona fuerte.
- Los suelos de acá no son iguales a los de la pampa húmeda. ¿Cuánta más tecnología, cuánta más investigación tiene que haber, para producir con eficiencia y rentabilidad?
- Partimos de una situación no del todo favorable por la génesis del suelo en sí, que es de origen aluvional: son las arcillas y areniscas que ha traído el río en su momento. Por eso tenemos mucha heterogeneidad en pocos metros. Con respecto a Pampa húmeda, ellos tienen una base bastante más sólida que la nuestra. Entonces, esa biología que hay que desarrollar, junto con nutrientes que hay que aplicar, para hacer un cultivo exitoso. Al principio hay que meterle muchos recursos principalmente, mucha tecnología de procesos, y mucha tecnología de insumos también.
- A partir de la experiencia de ustedes, ¿Piensa que, si hay otros inversores, se puedan desarrollar establecimientos similares a los de ustedes? ¿Cuánto potencial más le ves a esta zona, a la provincia?
- Con respecto a maíz, el potencial es enorme. Al maíz le gusta mucho esta zona, por lo que comentan siempre los técnicos especialistas. Los días largos y la amplitud térmica para el maíz son fantásticos. El transitar nuestra experiencia, nos hizo aprender mucho. Primero que hay que tener paciencia para que esto se desarrolle. No es cuestión de partir de cero y ya estar produciendo con altos potenciales. Todo lleva un tiempo de transición, en la cual hay especies que se adaptan a esa transición para desarrollar este suelo. También hay muchas complicaciones químicas y físicas, que hay que sortear primero. Para estabilizar los suelos, las pasturas son un gran aliado. Pasturas base alfalfa, o combinación entre alfalfa y gramíneas, como una festuca. Y la pata ganadera arriba de esa capa es fundamental, para hacer ese ciclo de nutrientes y llegar a tener un suelo con potencial como -para después-, tener la posibilidad de diversificar con sordo, trigo u otros cultivos.
- Si hay paciencia, y obviamente se cuenta con recursos para invertir, un campo bajo riego, aún con los costos de la energía.. ¿Puede ser negocio en el mediano plazo?
- Totalmente. Es importante que sea negocio desde el momento inicial. Por eso la ganadería -ya sea de cría, ya sea de recría y finalmente terminación, es necesaria. Una ganadería que acompañe a ese desarrollo del suelo. Después de ese proceso, se puede ir a un planteo exclusivamente agrícola. Pero tenés que tener ese tiempo de tránsito. La ganadería viene a cumplir ese rol. Pero además hay una avidez de carne en Patagónica.
- ¿Con qué criterios o premisas inician cada jornada de trabajo?
- Un poco el mensaje que transmitimos a nuestro equipo de trabajo es: Primero, ser muy buenos agricultores. Tratar de que, cada metro cuadrado de nuestro suelo, produzca lo más posible para captar toda esta energía solar, que es gratis por ahora. Y esperemos que siempre podamos, mediante el proceso de fotosíntesis, transformar esa biomasa. Y luego debemos ser muy buenos convirtiendo esa biomasa en carne, que es el siguiente eslabón a aprovechar. Para lograrlo tenemos que hacer buenas técnicas de pastoreo. Nosotros hacemos recrías en pastoreo directo sobre alfalfas muy proteicas. Los forrajes proteicos son necesarios para tener ese desarrollo muscular y de hueso, de una buena caja, para hacer recrías largas, apuntando a un novillo pesado. Eso, como país, tenemos que tenerlo como política, para ser mayores productores de carne. Tenemos dos opciones, o aumentamos el número de cabezas o aumentamos el tamaño de faena por cada cabeza. Y como sociedad, tenemos que cambiar ese chip de que el animal liviano es el más tierno y el más sabroso. Un animal, que da una media res superior a 120 kilos, es igual o quizás más sabrosa que una vaca chiquitita. Entonces tenemos que cambiar ese concepto para ir a un novillo más pesado, que tranquilamente funciona muy bien y es lo que el mundo demanda.
- Ustedes se sienten empresarios neuquinos que invierten en Río Negro, empresarios de Neuquén y de Río Negro, ¿Cómo fue que llegaron a este punto? Porque tienen un origen como compañía de servicios petroleros. ¿Cómo fue esa transición?
- Siempre fue la visión de la familia. Mi papá (Daniel), con sus hermanos, que son socios tanto en Transportes Dolores Parra como en Agropecuaria Don Manuel, siempre pensaron en diversificar. Sabemos que la población mundial va en aumento, esa población mundial requiere de alimentos, entonces la pata del agro era como una salida interesante. Fue ahí surgió la posibilidad de comprar este campo. No lo analizamos como Neuquén-Rio Negro, sino lo analizamos como región del Alto Valle. Este valle es una bendición. Si lo analizás satelitalmente, es una franjita verde en todo este desierto, donde el agua hace maravillas. Acá son 20.000 hectáreas, de las cuales 3.000 pueden regarse. Hoy estamos con 400 hectáreas regadas. O sea que nos queda mucho camino por transitar, de ir haciendo suelos nuevos como para poder hacer cualquier tipo de cultivo. El potencial es enorme.
- Ahora lo llevo una cuestión que tiene que ver el vínculo con el sector público, con los gobiernos. Porque en el país durante mucho tiempo faltó crédito. ¿Son necesarios más y mejores créditos? como para que el desarrollo no dependa -en exclusiva-, de disponer de capital propio...
- Creo que hay ya una visión en la cual el gobierno, que tiene como premisa potenciar la parte privada. Y si podemos disponer de créditos para riego, eso sería de alto impacto. Podemos pasar de producir 200 kilos de materia seca por hectárea en un monte natural, a 20 toneladas de materia seca por hectárea. Eso es un cambio exponencial. Entonces eso solamente con aplicar riego. Si tenemos la posibilidad de financiar la incorporación de esa tecnología, sería de alto impacto.
La energía de Vaca Muerta
- Le escuché contar experiencias de tu producción y avisar al resto de los productores que acudieron a la jornada de maíz, que toda la información está disponible. Parece un gesto muy generoso, porque había otros productores que pueden ser tus vecinos. También uno piensa que, si uno comparte información, todo se puede transformar en un Hub, en un clúster. ¿Esa cuestión del compartir experiencias potencia a todos en este complejo productivo?
- Eso un poco lo tomamos como política. El trabajo tranqueras abiertas nos funciona. De hecho, nos gusta compartir. Porque, en este rubro, si a vos como vecino te va bien, a mí también me va bien. De alguna manera no nos pisamos, no es un mercado, donde tenemos competencia y que debemos guardarnos cosas. Sino que, mientras más compartimos, mejor es. En esto hay que generar muchos aprendizajes. En nuestro camino tuvimos muchos aciertos, pero también muchos errores. Y de los errores se aprende muy fuerte, y si lo podemos compartir y facilitar a otras personas que por ahí quieren transitar el mismo camino, para nosotros es un placer. Así que este tipo de jornadas tratamos de fomentarlas de manera muy seguida. Estamos de hecho en un grupo CREA, que es el Consorcio Regional de Experimentación Agrícola. Somos 10 empresas que nos juntamos de manera mensual, una vez en cada campo. Somos 10 personas pensando en ese campo que visitamos puntualmente. Así que esto llegó para quedarse y nos está funcionando. Así que nos gusta y nos da placer.
- Tengo dos últimas preguntas y una tiene que ver con algo que mencionó recién y es cómo se vincula el maíz con la región de Vaca Muerta. A fines del año pasado, mientras en el país caía 16% el consumo de carne, en Neuquén subía el 8%. ¿Cómo se vincula esta producción de maíz con el Neuquén en auge que se viene? ¿Qué estás viendo vos de ese negocio de la carne?
- Lo que vivimos nosotros acá es una situación un poco diferente a la que vive el resto del país. Vaca Muerta es muy activa. Si miramos todo el ciclo, desde el maíz hasta la producción de carne, tenemos un cliente espectacular en Neuquén. Hace muy poquito tiempo nos vinculamos con una carnicería de la zona, que se llama Muca, quienes nos piden un novillo de calidad. Y nosotros se lo podemos brindar. Esa carnicería hoy está ofreciendo cortes de calidad, estilo americano, Tomahawk, T-bone. Nosotros buscamos esa característica de calidad, con un novillo un poquito más pesado. Y eso estamos defendiendo y es lo que requiere el mundo realmente también. No se trata solo entonces de consumo interno, sino que tenemos la potencialidad de explorar a mercados como Japón. Hoy nos estamos perdiendo esa gran oportunidad de vender carne con origen patagónico, que la podemos certificar por ser libre, aftosa, sin vacunación.
- La última tiene que ver con que, en la recorrida a campo, en un cuadro de remolacha, reivindicaste a una ingeniera del INTA por el acompañamiento y el asesoramiento. La pregunta es, ¿Qué importancia le dan ustedes a la vinculación con las instituciones, con las instituciones públicas? ¿Cuánto les sirven a ustedes, justamente en un contexto donde están cuestionados?
- Están pasando por una turbulencia bastante grande en este momento esas instituciones. Puntualmente nuestra relación con la Agencia de Extensión Valle Medio del INTA es muy buena. Hay una referente que tracciona mucho este tipo de cosas y sabe captar las necesidades de los productores, tejer puentes y hacer vínculos. Yo creo que, para que este tipo de instituciones funcionen, es un poco ese es el espíritu: estar atentos y captar necesidades de los productores, y trabajar y eficientizar el uso de los recursos del Estado para políticas que hagan impacto realmente en la producción.
- ¿Y a usted como empresario le sirven esas instituciones?
- A mí me sirven. Sí, sí. Nos sirve porque uno como productor, puede probar un montón de cosas, pero atrás de eso tiene que venir algún tipo de análisis, llamémosle estadístico, de los resultados de probar diferentes productos, diferentes densidades de siembra, diferentes híbridos. Todo eso hay que validarlo de alguna manera, y se puede hacer a nivel productor, pero si lo plasmamos con universidades o con el INTA, sería de alto impacto. Cada uno tiene su función.
A continuación, la entrevista completa en el siguiente video.
En esta nota