La historia de "Atlas Textil", el podcast de tejedoras de la Patagonia
Tal como entre las mujeres rurales neuquinas y patagónicas, las labores de esquila, acondicionamiento, hilado, tejido y bordado guardan historias ancestrales. Catalina y Macarena han sabido conectar, afianzar vínculos y armar una red de mujeres que ejercen estas actividades en lugares remotos de la Patagonia chilena. Esas historias se plasman en un exitoso podcast.
“El tejido lleva tus pensamientos, tus emociones”, expresa una de las protagonistas de las entrevistas que Catalina Camus Campodónico ha realizado para el podcast Atlas Textil. Está en Coyhaique, capital de la Región de Aysén ubicada al sur de Chile, precisamente a la altura de Río Mayo del lado argentino de la cordillera.
Con fondos del Ministerio de Cultura de Chile y de la organización que comanda Catalina (Pulso Austral), se hizo posible este recorrido donde se encuentran con mujeres tejen y bordan. La periodista e historiadora, junto a su par, Macarena Silva, profesora de Literatura y tejedora, reproducen las historias que van recolectando en un podcast que han llamado “Atlas textil” y que ha resultado un éxito de ambos lados de la cordillera.
Ambas han visitado a 41 mujeres entre la localidad de Puyuhuapi al norte de Aysén hasta Puerto Natales más al sur, en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, uniendo unas 16 localidades aproximadamente. Les gusta contar que el 20% de la audiencia es Argentina y que van por el capítulo 39. Además, adelantaron que el mes que viene lanzan la quinta temporada. El producto ha legado a más de 35 países y ya lleva más de 12.000 reproducciones.
Catalina es de Temuco, pero lleva 11 años viviendo en la región. Hace algunos años había hecho el documental “Bordadoras del Baker”, un proyecto de investigación y difusión que explora el universo creativo de las bordadoras que habitan en Cochrane, Aysén.
También había escrito un exquisito libro titulado “Bordados con Historia” (issuhub.com/view/index/212404) y de ese proceso de investigación disfrutó tanto las visitas a las artesanas que quedó totalmente inspirada y conectada con ellas.
“Tan inspirada que dije qué rico compartir esto con más personas, pero con sus propias palabras y así de repente parto entrevistando a las protagonistas del libro y del documental que ya eran como amigas mías”, cuenta.
“Por eso en la primera temporada del podcast la mitad de las protagonistas son todas de esta zona de Aysén. Son mujeres rurales que viven muy aisladas y que crean unos bordados hermosos”, asegura Catalina.
Ambas coincidimos en que hay muchas mujeres solas en el campo. “Muchas que se separaron, o que quedaron viudas o que eligieron estar solas”, señala por el lado chileno.
“Particularmente lo que es interesante es que el textil es una parte de su vida, es como una excusa para hablar también de otras cosas, de otros oficios, de ellas mismas, de cómo se conectan con la naturaleza o con la tierra”, agrega.
Un mix generacional
Catalina cuenta que su receptividad a las historias se ha ido modificando y asegura que “en las últimas temporadas nos abrimos a creadoras más contemporáneas también porque sentimos que la mezcla es interesante. Nos gusta que en un capítulo aparezca una mujer que teje canasto y que el siguiente aparezca un orfebre textil, nieta de inmigrantes croatas de la Patagonia. Es la mezcla cultural que te invita a entender también que hay una diversidad de componentes en esta identidad Patagónica”.
Oficio desde el ingenio
Catalina detalla que de ese lado de la cordillera, las mujeres trabajan principalmente la lana, la que muchas veces proviene de sus propias ovejas.
“Ellas hacen el proceso completo desde la esquila, el lavado de la lana, el escarminado, el hilado, el teñido con tintes naturales para después tomarla y tejerla mediante distintas técnicas. También el bordado es con hilos y está muy arraigado más al sur de la región”, cuenta.
Asegura que “también trabajan desde el reciclaje de materias primas, y eso es súper interesante. Por ejemplo, reciclan los sacos de harina antiguos u ocupan algunas la vejiga de la vaca y la dejan suavecita; después la bordan”.
“Es un oficio que se desarrolla muy desde el ingenio, muchas no calcan dibujos, sino que bordan sus flores tal como las ven en el jardín de su casa”, expresa. “Otras tampoco usan bastidor”, observa Catalina.
Recolectando protagonistas
Los desafíos de encontrar a estas mujeres y sus historias estuvieron entrelazados con la investigación. “Siempre estoy pendiente, yo trabajo desde “Pulso Austral” con artesanas, con agrupaciones, y siempre nos juntamos con ellas a través de distintos proyectos y yo estoy ahí atenta a ver cuál puede ser la próxima protagonista”, cuenta la profesional.
“Está esa parte de salir a buscarlas y, por otro lado, esta última temporada abrimos una convocatoria y ellas podían autopostularse o las podía postular un tercero para aparecer en el podcast. También era interesante abrir esa posibilidad”, relata.
El proyecto de Cata y Maca ha despertado un interés impensado por ellas mismas. Desde funcionarios nacionales a la Fundación Artesanías de Chile que funciona en Santiago han puesto los ojos sobre el mismo, y ha sido acompañado con el financiamiento del Ministerio de Cultura y también muchas veces desde las municipalidades.
“Ha sido muy bonito. Nunca pensamos que iba a llegar tanto al extranjero. Estaba mirando las cifras que me llegaron de Spotify este año y el 20% de la audiencia es Argentina; yo en mi vida me imaginé que tantas personas en Argentina se iban a interesar”, cuenta con satisfacción.
Ambas soñamos un encuentro entre mujeres rurales de la Patagonia argentina y chilena y Catalina adelanta que ya ha habido algún contacto con argentinas sureñas, que se juntan a bordar y escuchan el podcast. “Soñamos de aquí a los próximos tres años –máximo- poder financiar una temporada de Argentina con tejedoras, bordadoras e hilanderas”, expresa con entusiasmo.
En ese universo soñado están también las fieltristas y artistas textiles contemporáneas, entre otras.
Si se le pide destacar una de sus historias, recuerda a “una investigadora que estuvo acá en Aysén trabajando con nosotras y ella es colombiana. La entrevistamos y yo me había leído todos sus papers, ella es antropóloga. Me había leído su libro, fue un sueño entrevistarla.
Nos damos cuenta que la clave es experimentar. Ahora pensamos que sería genial entrevistar a otra investigadora que también se vincula al textil y que nos permite ir enriqueciendo estos diálogos de alguna manera”, señala.
El podcast
Catalina lleva adelante diversos proyectos que tienen en común estas labores. “Es un poco trabajar también por amplificar las voces de estas mujeres, sus mensajes, ese es el objetivo del podcast”, afirma.
“En las entrevistas de ‘Atlas Textil’, tenemos una sección que se llama “cuestionario rápido’ al cierre de cada capítulo”, relata Catalina. “Ahí les preguntamos distintas cosas de la vida más cotidiana, como por ejemplo una comida que te pone de buen humor o un viaje que sueñas hacer, y son súper interesante las respuestas y ahí encontramos muchos puntos en común con Argentina. Mostrar ese lado más antropológico nos gusta”, agrega.
“Siempre estamos pensando en cómo ir innovando y en este camino empezamos a trabajar con una experta en podcast de Chile y comenzamos a incluir postales sonoras. Que es como en el fondo lo que vas escuchando alrededor de la conversación, sonidos del telar mapuche, la lluvia, ollas, pasos, las gallinas, el taller, el remo, el llamado a los animales o el corte de leña, entre otros”, desliza.
El bordado rebelde
Por nuestra parte, veníamos devorando los capítulos del Atlas y hasta teníamos un “preferido”, pero le preguntamos a Cata cuál era la historia que más la había movilizado. Ella contó que “hay un capítulo que para mí es muy especial. No sé si es como el que mejor le va -en términos de audiencia-, pero yo siempre lo recomiendo, se llama “Un perro azul, el bordado rebelde” y es de una artesana que yo quiero mucho que viven en el lago Cochrane, ella que es hija de una maestra bordadora del sur de Chile que tiene 90 años, sigue viva y borda como a nadie le he visto bordar en la vida.
“Ella de manera muy resiliente, cuenta que su mamá le quería enseñar a bordar, pero ella no quería, tenía un cierto rechazo. Entonces, para que ya no le insista más le pidió que bordara un perro y ella bordó un perro azul”.
La mamá le reclamaba cómo el perro iba a ser azul, y ella cuenta que lo hacía para que no le pidieran más que bordara. “Esas cosas de la vida, una relación difícil con la mamá, de abandono, de pobreza; pero pasó que su mamá fue una de las protagonistas de mi documental ‘Bordadoras del Baker’ y cuando su hija Hilda lo vio, empezó a tener un interés por el bordado”, recuerda Cata. Y continúa: “Desde el textil, veo el reconocimiento, el vínculo con la mamá, la infancia… Además, ella es muy irónica, es divertida para contarlo, a mí me gusta mucho porque se sale de lo que uno espera”.
Tal como sucede de este lado de la cordillera, con las mujeres rurales neuquinas, hay quienes, como Cata y Maca, buscan revalorizar y visibilizar aprendizajes que traen de sus madres y abuelas. Son oficios que ejercen solas, inspiradas, y que cuando se juntan con otras mujeres en ferias o encuentros, pueden potenciar.
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