Mohair: se juntaron más kilos, pero cayó el precio internacional
Este medio consultó a un veterano veterinario que trajina los pedregosos caminos de la estepa rionegrina. Analizó las difíciles condiciones de crianza (porque la chiva, como buena chiva, es muy inquieta), y compartió su balance de la venta asociada que hicieron productores y asociaciones de Río Negro y Chubut.
El envejecimiento de las poblaciones rurales de la estepa de Río Negro, es tal vez el factor que más atenta contra el crecimiento de los rodeos de cabras, a pesar de que, si se compara con las ovejas, cada animal puede redituar hasta un 25 más en pesos que van al bolsillo. “No son fáciles de criar. Hay que estarle mucho más encima que al ovino, y no respetan alambrados”, dijo un veterinario de amplia trayectoria en campos de la región sur rionegrina.
Por estos días los productores y las asociaciones que los nuclean están evaluando los resultados de las últimas ventas que se hicieron de manera asociada. El primer indicador llamativo es que los precios internacionales cayeron entre el 8 y el 10%, lo que dejó el valor promedio por kilo en 9,80 dólares.
La coordinación previa a la venta, de la que participaron 3 organizaciones de la provincia de Chubut y 9 cooperativas de Río Negro, la realizan los referentes del Programa Mohair que depende de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Uno de ellos es Juan Painenao, quien lleva 14 años acompañando y capacitando, luego de un paso previo por la Federación de Cooperativas de la Región Sur.
Esta vez, la venta en conjunto llegó a los 45.700 kilos, algo superior frente a los 43.000 kilos negociados en 2022. “Cada vez se suman algunos productores más porque la diferencia entre el precio del mercado local, digamos las barracas regionales, y los precios que se obtienen en las licitaciones”, en las cuales se han presentado – y ganado-, compradores de Turquía y Sudáfrica, país referente en el mercado mundial del mohair.
Consultado cuál es el diferencial de precios, del programa destacó que “ronda los 4 mil pesos el kilo, y con la venta asociada son 9,80 dólares, casi 10.000 pesos por kilo”.
Pero hay algunos factores que permiten que existan los dos mercados. Uno, sin dudas, son las necesidades o urgencias de los productores de hacerse de efectivo cuando el año viene complicado.
Ofrecer el pelo clasificado bajo parámetros internacionales, si bien permite ganar la confianza de los compradores, es un proceso que lleva tiempo. Painenao explicó que “tenemos que hacer una clasificación, que es la clasificación internacional. Y tenemos cuatro clasificadores que están avalados por el programa acá en la zona”.
Para realizar esa tarea se requiere que los encargados de las cooperativas tengan que recorrer todos los campos para recoger muestras la fibra, “traerla al galpón donde se clasifica, y después se manda a analizar al laboratorio del INTA”. Ese proceso puede demorar hasta un mes y medio, “y hay gente necesitada de dinero y quiere vender enseguida”. Por lo pronto, algunas organizaciones otorgan un adelanto para llegar hasta el momento de la venta en conjunto.
Desde el programa Mohair se trabaja con las organizaciones, y al mismo tiempo armaron una comisión de venta, de la que participan técnicos de distintos organismos, ya sean regionales o provinciales.
Luego de la zafra de primavera, se lograron reunir 45.700 kilos, que fueron aportados por 3 organizaciones de Chubut, con 22.856 kg, 9 cooperativas de Río Negro, con 22.903 kg de mohair acopiado y clasificado con protocolo internacional.
Siguiendo la chiva
Se parte de la base de que “la chiva necesita cuidado, porque es un animal al que se debe cuidar todo el día. Hay que mirarla, porque sino se va”, dice el técnico, y agrega que a diferencia de la oveja “no respeta alambrados”.
“Generalmente, es un animal que camina mucho, y el problema que estamos teniendo en los campos, es que ya queda gente grande. El joven no está en el campo. Y esa gente grande se está como deshaciendo un poco de la chiva”, acotó.
Pero, puesto a comparar con la oveja, “un animal Angora que tenga buena calidad está alcanzando los dos kilos, dos kilos y algo de fibra, lo que representa alrededor de los 20 mil pesos por animal. Y una oveja te produce 15 mil pesos en lana en promedio”.
Una de las matas de los encargados del programa es demostrar que, a través de la genética y un mejor manejo de pastizales, la chiva vuelva a ser una oportunidad de negocio para los más jóvenes.
“La idea es bajar la carga animal en los campos, porque eso también es un beneficio, porque una cosa es tener 200 animales pastando todos los días y otra cosa es tener 100 animales. Se baja la carga y ayuda a tener más producción con menos animales”, dice Painenao y se entusiasma: “Ese creo que es el mensaje que ahora tenemos que empezar a llevar a los jóvenes, para que puedan volver al campo. Demostrarles que esto puede ser rentable, y entonces confío en que algunos se van a volver, ya con otra mirada, más orientada al resultado económico”.
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