Otra plaga cuarentenaria acecha las exportaciones de manzanas y peras
Las plagas cuarentenarias constituyen una amenaza para la exportación de frutas hacia mercados internacionales provocando rechazos en origen o, lo que es peor, en destino.
De acuerdo a información publicada por la Ing. Agr. Liliana Cichon de INTA Alto Valle durante la última temporada la presencia de la “Chinche del almendro” cuyo nombre científico es Monosteira unicostata ocasionó el mayor porcentaje de rechazos de las frutas destinadas al mercado de Estados Unidos de Norteamérica.
Según datos de Copexeu de 2.351.029 bultos inspeccionados 65.851 fueron rechazados por presencia de cinco especies de insectos cuarentenarios, representando el 2,8 % de las exportaciones. La principal causa de estos rechazos fue la presencia de la “Chinche del almendro”, inhabilitando de esta manera la exportación de 55.620 bultos.
Por lo tanto, esta plaga aparece como una amenaza importante y debe ser controlada a partir de la primera generación que aparece durante la primavera y si no se controla adecuadamente la primera generación se convierte en un problema grave ya que su tercera generación, la mas abundante, se produce durante el período de cosecha.
Al ser una plaga polífaga, es decir se alimenta de diferentes especies de plantas puede contaminar los envases en los que se cosecha y/o transporta la fruta por lo que es necesario tener especial cuidado de no estacionar los camiones en las cercanías de álamos, sauces u otras especies de árboles que potencialmente sean portadores de esta chinche. Así también en los lugares donde se recibe y/o procesa la fruta las plantas circundantes deben estar lo mas libre posible de esta plaga.
La Ing. Agr. Liliana Cichon de la EEA Alto Valle informó que “se evalúan actualmente distintas herramientas de manejo de la plaga; entre ellas, distintos insecticidas con posibilidad de registro, no sólo con efecto insecticida sino también como repelente para su uso en producción orgánica o convencional y la susceptibilidad de los estados adultos a la conservación en frío convencional y atmósfera controlada. En el caso del control de Monosteira unicostata en cortinas forestales o rompevientos, deberá contemplarse el uso de torres de aplicación o deflectoras de álamos para permitir una mayor cobertura en altura, junto con el agregado de tensioactivos que mejoren la calidad de la aplicación”.
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