El excéntrico multimillonario suizo que produce vino en un rincón de Patagonia
La bodega Ojo de Agua es propiedad del suizo Dieter Meier, empresario, artista multifacético y un apasionado de las costumbres y los productos del campo argentino.
Cuenta la historia que Dieter Meier vino a la Argentina junto a su padre, por negocios, hacia principios de la década del 70. A partir de ese viaje, este hijo de importantes industriales europeos, quedó impactado por las bondades y costumbres de estas tierras. Fue así que, hacia la década del 80, Dieter Meier comienza a comprar sus primeras tierras en la pampa húmeda.
El nombre Ojo de Agua, refiere a la estancia ubicada al pie de Sierra La Vigilancia en la provincia de Buenos Aires, fundada por Pedro Luro en 1868, meca y emblema de las carreras y de la crianza de los mejores caballos pura sangre. Hacia 1996 Dieter Meier compra esta estancia y comienza a criar ganado y producir carnes.
Al mismo tiempo, comienza a viajar por el país para buscar los mejores suelos para producir vinos orgánicos y otros productos, y es así que llega a adquirir hectáreas en Mendoza, Salta y en la Patagonia. Parte de lo que se produce en estos terruños se exporta y tiene, entre sus destinos, los prestigiosos restaurantes propiedad del empresario alrededor del mundo, donde se ofrecen productos made in Argentina.
Siempre bajo el ala de la producción orgánica, como el mismo Dieter dijo. “El viñedo debe expresarse sin ninguna intervención. Imagina las posibilidades en las regiones vinícolas más ricas de Argentina si incorporásemos una viticultura pura y libre de productos químicos”, expresó alguna vez marcando la línea de que toda la producción en el país sería orgánica, como lo es actualmente.
Un personaje multifacético
Dieter Meier nació un 4 de marzo de 1945 en Zurich, quienes lo conocen personalmente dicen que es una persona muy activa, un viajero incansable y un apasionado de la vida. Entre sus múltiples ocupaciones figuran la de jugador de póker, letrista, músico, novelista, golfista, industrial, cineasta, actor, restaurador, enólogo, ganadero y ¡hasta gaucho argentino!
Este excéntrico gentelman llegó a estudiar leyes hasta que se convirtió en jugador de Póker profesional y luego se transformó en músico. En este rubro, fue fundador del grupo Yello, junto a Boris Blank uno de los más reconocidos en el estilo electropop. Con intenciones de resumir este aspecto de su personalidad, su carrera y trabajos en diferentes disciplinas artísticas es muy extensa y supera los límites de esta nota.
Hacia fines de la década de los 90’s Dieter se sumerge de lleno en su nueva pasión, la producción orgánica de carnes, vinos y otros productos como nueces, avellanas, miel y hasta semillas de chía. Esta actividad lo llevó a adquirir tierras en la Provincia de Buenos Aires, La Pampa, Mendoza, Salta y la Patagonia.
Enamorado de las uvas del Valle Medio
La planta de elaboración de vinos de la bodega Ojo de Agua se encuentra en Luján de Cuyo, Mendoza, lugar en el que se pueden realizar visitas guiadas y comer en su restaurante. Hasta este lugar, llegan las uvas desde otras partes del país para la elaboración de las diferentes líneas de vinos, como la que llega desde el Valle Medio de Río Negro.
Según Mauricio López, enólogo de la bodega Ojo de Agua, “el hecho de elaborar vinos de la Patagonia nace varios años más tarde del proyecto de elaborar vinos orgánicos en Mendoza”. Mientras que los viñedos de Mendoza se plantaron en el año 2002, “las primeras plantaciones (en Río Negro) fueron en el año 2011 en Fortín Castre, a unos 80 km. de Choele Choel”.
Respecto a las cepas que se cultivan en tierras rionegrinas “En un principio se comenzó con Chardonnay, Pinot y Malbec. Luego se amplió a Sauvignon Blanc, Merlot y Cabernet Franc” asegura López y afirma que, actualmente, son 40 las hectáreas plantadas, una parte se encuentra en una chacra y otra en la barda.
Particularmente la bodega usa las uvas de estos viñedos para elaborar la línea Ojo Negro, “donde contamos con un Chardonnay, un Sauvignon Blanc, Rosé de Pinot, un Pinot Noir, Malbec, Merlot y Cabernet Franc. Son vinos frescos, frutados, donde buscamos mantener las características de cada varietal lo más expresivas posibles”, explica el enólogo en diálogo con +P.
“La zona nos da uvas de muy buena calidad y tratamos de reflejar eso en cada uno de los vinos, donde generalmente trabajamos en tanques de acero inoxidable pequeños, maduramos en huevos de cemento y, en algunos casos, un porcentaje de vino pasa un tiempo por barricas de tercer y cuarto uso”, dice López sobre esta línea que se exporta a Suiza, Alemania y recientemente a Estados Unidos e Inglaterra, aunque también se comercializa en el mercado interno.
En las cinco hectáreas que hay en la chacra de Fortín Castre, hay una hermosa estancia donde Dieter Meier suele quedarse algunos días a disfrutar del clima soleado y seco del Valle Medio. El resto de los terruños se encuentran en la barda, que posee suelos áridos y muy ricos en minerales, donde también se producen carnes y frutos secos, todas las bondades que dan estas tierras patagónicas.
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