vino

Daniel Pi revela los secretos del terruño neuquino

Desde Mendoza, el enólogo Daniel Pi hace un mapeo de la industria del vino. Habla de todo, incluso del "ruido" que hizo la producción de vino neuquino.

El nombre Daniel Pi es palabras mayores en el mundo del vino, es un enólogo de prestigio que asesora a importantes bodegas -como Trapiche- y por estos días, dedica su tiempo y su oficio a un proyecto familiar que seguramente dará que hablar. En una extensa charla +P, Pi nos cuenta por qué baja el vino; cuál es su impacto en la cadena productiva; que otras tendencias ve a nivel nacional y global; y destaca las bondades del terroir neuquino: “Hay que ser muy valiente para poder hacer vino en San Patricio”.

La radiografía del vino, según Daniel Pi, comienza así: “Venimos de un encogimiento de su demanda a lo largo de los últimos 50 años. De a poco ha ido cayendo el consumo y pareciera que no tiene un fin, aunque yo creo que ahora estamos más cerca de encontrar el punto equilibrio. Hace 50 años el consumo de vino per cápita en Argentina era de 93 litros y ahora ronda los 20”, así de claro y conciso fue Daniel ante la pregunta de cómo ve la industria hoy a nivel nacional.

Si bien, durante los últimos años, la población se duplicó, no sucedió lo mismo con el consumo del vino. “Básicamente, ha sido reemplazado por otras bebidas, especialmente por la cerveza y, últimamente, por la llegada de las bebidas tipo vermut y tragos en general, como gin tonic, fernet con coca, vodka, whisky”, detalló.

Todo esto hizo que el consumidor se vea con una oferta de bebidas bastante amplia y el vino, que antes era una bebida nacional con amplia difusión en la cultura de la gente, “hoy forma parte de una de las tantas ofertas”.

Alta gama, alta promesa

Sin embargo, Daniel no pierde el optimismo y asegura que lo que sí se mantiene estable y, hasta ha crecido para mejor es todo lo que tiene que ver con vinos de gama media/alta. “El panorama es bastante diferente, al cual no estábamos acostumbrados tradicionalmente en la industria. El vino dejó de ser vino/bebida, es decir tomarlo naturalmente, y hoy día ya es una bebida más de placer, con un componente más hedonístico, donde uno lo relaciona con el disfrute, compartirlos con amigos o descubrir nuevos sabores”, aseguró el enólogo.

Y agregó, “por ende, estos 18 o 20 litros que se consumen per cápita es una oferta que está muy atomizada. Es decir, uno va a la góndola de supermercado y la oferta de cerveza podía estar bastante limitada en relación con la del vino. Y yo miro la góndola de vinos y me pierdo en un mundo interminable y la competencia está bastante más concentrada”.

“Es el mundo donde nos toca jugar, donde hay un consumidor infiel, que le gusta experimentar, que va probando distintas cosas y la oferta es muy amplia, hay distintos varietales y propuestas de elaboración, desde Jujuy hasta Chubut, y es muy divertido desde el punto de vista del consumidor, aunque desde el punto de vista de la industria es bastante desafiante”.

Embed

¿A qué más se debe la caída del consumo?, nos preguntamos. Y Pi responde que “en general, la oferta de distintas bebidas, porque nos gusta experimentar. Hay una cuestión de globalización, vivimos en un mundo donde está hiper comunicado y uno observa otras culturales diferentes de la nuestra, donde se consume menos vino o se consume en ocasiones de placer”, afirmó.

Y así lo demuestran las cifras, porque cuando en Argentina se tomaban 90 litros de vino al año, se tomaban 2 litros de cerveza y hoy se toman 38 litros de cerveza contra 20 de vino.

“Hay una cuestión cultural. En todos los países de grandes productores de vino ha ido sucediendo esto. Somos uno de los 5 países más productores de vino del mundo, junto con Italia, Francia, España y Estados Unidos. Ahí también se ha caído el consumo, no tan estrepitosamente en Italia y Francia, pero sí en España”, remarcó.

Sin embargo, hay países que no son productores de vino y han ido incrementando su consumo, tal como sucede en Estados Unidos y Brasil, China porque el tema del consumo de alcohol en las comidas se ha ido resolviendo con el uso del transporte público o la designación de una persona como conductor responsable.

Perspectiva de la industria

Las innumerables heladas que cayeron en 2022 tuvieron una repercusión negativa en la cosecha del 2023, por lo que se produjo casi un 30% menos del promedio. Si bien este año se logró recuperar un poco, “no estamos en los valores tradicionales de Argentina, que, en su momento, tenía cerca de 27 millones de quintales de producción y este año ronda los 18 millones”, detalló Daniel.

La caída en el consumo de vino de bajo valor ha ido erradicando viñedos que producen uvas de bajo valor. Tal es así que, en el momento más álgido, la superficie de viñedos estuvo en el orden de las 225 mil hectáreas y hoy por hoy ronda las 180 mil.

“Sin embargo, en esta búsqueda de la heterogeneidad se han ido conquistando nuevos lugares, nos encontramos cada vez más con viñedos en lugares más exóticos, como por ejemplo en Chubut. Como que cada lugar quiere tener su propio viñedo. En una época plantamos en Chapadmalal, Tandil, Sierra de la Ventana, Entre Ríos y Jujuy. Y al ser una planta bastante rústica que se adapta muy bien a los distintos climas, son todos productos pequeños y exclusivos que están relacionados con el turismo”, explicó el enólogo.

u1jbrhii.png
Las fronteras del vino se amplían y hoy se produce en casi todo el país.

Las fronteras del vino se amplían y hoy se produce en casi todo el país.

Tendencias a nivel internacional

Hace tan solo algunas semanas, Daniel estuvo en ProWine, la feria de vinos más grandes que hay en Alemania y sostiene que la oferta mundial de vinos se da en relación directa con la diversidad de bebidas que existen en el mercado.

“Entonces, el consumidor que tiene una economía más abierta, como en Inglaterra o Estados Unidos, de alguna manera en toda esta onda de la experiencia gourmet, hay una oferta muy grande de vinos, de distintos orígenes, siempre apuntando a un producto que tenga un nivel cualitativo un poco más alto. Entonces, el vino de consumo masivo se vio reemplazado por un vino de mejor calidad. Es decir, antes el vino era producido con una mezcla de uvas de distintos lugares y ahora cada origen quiere mostrar su vino con orgullo, en un terruño definido”, detalló.

El cambio climático es otra de las razones que influyen en esta expansión de viñedos a lo largo y ancho del mundo. “El calentamiento global ha permitido que se empiece a cultivar uva donde antes no se podía, como en el sur de Inglaterra, Canadá y se fue diversificando. Todos tratan de ofrecer sus productos”.

Embed

En China, por ejemplo, al tener acceso a bebidas de mejor calidad, también quieren acceder a estas cosas y es muy sorprendente ver cómo importan vinos de distintos lugares, sino que también han empezado a producir.

“Si uno mira la macro, la industria está pasando por un período de gran oferta de vino. Se está produciendo mucho y el consumo no está creciendo a la misma velocidad”, aseguró.

“No podíamos competir”

Actualmente, Argentina tiene las exportaciones estancadas, de hecho, han caído mucho el año pasado. Una de las razones de esta situación tiene que ver con la caída de la producción por la helada del 2022, “por lo que la escasez de uva hace que los precios sean más altos, entonces los costos nuestros eran bastante altos y no podíamos competir en la pirámide de oferta de consumo”, explicó.

“Argentina desapareció prácticamente de todo lo que son los vinos básicos porque no podíamos competir por un problema de precios. No podíamos estar en los segmentos de precios por debajo de los 30 dólares la caja de exportación de 12 botellas”.

Daniel estima que, cuando las condiciones económicas y climatológicas lo permitan, “vamos a tener una cantidad de uvas suficientes como para poder, con un buen precio, ser competitivos”.

mj1dzcxe.png
Según PI, actualmente se consume menos vino, pero de más alta gama.

Según PI, actualmente se consume menos vino, pero de más alta gama.

En este sentido, Daniel hace hincapié en lo que sucedió durante la pandemia de Covid-19, cuando hubo un gran consumo de vino porque la gente estaba en la casa y no podía salir, entonces compraba más vino, ya que no tenía que manejar.

Ante esta situación, las importadoras se sobre estoquearon de productos. Sin embargo, cuando finalizó el confinamiento, la gente empezó a salir nuevamente y a gastar más plata y dejó de consumir vinos en el volumen y calidad que lo hacía antes. “Fueron demasiados optimistas pensando que el consumo sería el mismo una vez finalizada la pandemia”.

Terroir del Chañar

Al ser consultado sobre cómo describiría el terroir del Chañar, Daniel afirmó que es un terruño bien patagónico, propiamente dicho, con un suelo bastante agreste, el clima seco y ventoso. Con un tipo de suelo algo distinto de lo que uno ve en lo que es el Alto Valle, que es un suelo más fluvial.

“Esto hace que la vid sufra de algún tipo de estrés beneficioso y su gente ha sabido cultivar la vid en ese clima, dando vinos que son muy frutales, porque esta situación de estrés que se produce por el viento, genera uvas con una piel más curtida, con más capas de células y en la piel están concentrados el color y los aromas. Entonces, tenemos vinos que vienen de la Patagonia que tienen una concentración aromática y muy buenos colores, en el caso de los tintos”, detalló.

La viticultura influye mucho en la calidad de la uva y esta calidad de la uva hay que saber manejarla y lo hacen muy bien en la zona de San Patricio. Se han ganado esa posición en un contexto de Argentina y toda la zona de Neuquén. Se podría decir que son como los drivers de los vinos de la Patagonia”, sentenció.

eyxftrtf.png
Pi:

Pi: "San Patricio supo saber hacer ruido y mostrarle a la gente un terruño diferente".

Si se lo compara con Mendoza, San Juan y Salta donde se vienen produciendo vinos desde hace más de 150 años, San Patricio supo saber hacer ruido y mostrarle a la gente un terruño diferente, con muy buenas características.

Es un sitio bastante hostil, ya que sufren mucho de las heladas, sobre todo en la primavera y hay que saber cuidarla y tener una defensa activa para no tener problemas de productividad.

Hay que ser muy valiente para poder hacer vino en San Patricio. Pero los viticultores estamos acostumbrados a luchar contra el clima porque a la vid le gusta eso. Es una planta tan noble que, mientras más complicado sea el clima y el suelo más ricos se ponen los vinos”, expresó.

Las novedades de Pi

Hace dos o tres años, Daniel y su familia comenzaron a hacer un vino con uva que proviene de un valle de Calingasta, ubicado en la cordillera sanjuanina. Este valle se encuentra a 1.700 metros sobre el nivel del mar, entre la precordillera y la cordillera, con un cielo sumamente diáfano, mucha iluminación y es un lugar bastante inhóspito.

Allí nació Celler del Pí y el enólogo nos cuenta el juego de palabras que esconde su proyecto: su apellido tiene un origen catalán, Pi significa pino, y Celler del Pí es como si fuera la “bodega del pino”, en catalán.

Embed

Dentro de esa marca paraguas, aparecen “Imperfecto” y “Tres Catorce”, que son los vinos con los que empezaron en el garaje de la casa en el año 2009. “Tres Catorce” porque a mí y a mis hijos siempre nos dijeron así en la escuela, sobre todo en quinto grado cuando te enseñaban el número PI, que es 3,14”.

“Después hicimos “Imperfecto”, que es un vino que como su nombre lo indica no es perfecto, nunca va a tener 100 puntos. Tiene un 97% de Malbec y un 3% de Cabernet Frank, de una cofermentación”. Por otro lado, “Irracional” es el nombre del vino que lanzarán en junio ”porque es como hacer algo loco y el 3,14 es un número irracional”, finalizó.

Y así termina nuestra charla con Daniel Pi, toda una institución en el mundo del vino.

En esta nota

Dejá tu comentario