Pinot Noir, cepa emblema de la Patagonia
La Patagonia es reconocida entre los expertos por sus Pinot Noir de clase mundial y de marcada identidad.
Ayer, domingo 18 de agosto, se celebró el Día Internacional del Pinot Noir, uva protagonista de los vinos más sofisticados del mundo. En nuestra región, más precisamente en San Patricio del Chañar, el clima y el suelo resultan ideales para la elaboración de esta variedad.
Afincada en San Patricio del Chañar desde el año 2002, Bodega Familia Schroeder es reconocida entre los establecimientos pioneros e impulsores de este polo vinícola, donde posee 30 hectáreas plantadas con la variedad Pinot Noir. El expertise de la bodega en el manejo de esta uva, tan delicada y “demandante”, queda demostrado en sus nada menos que ocho variedades de vinos creados a partir de la cepa: desde espumantes vibrantes, hasta tintos livianos, pasando por rosados, tintos concentrados, blends y de cosecha tardía.
“Somos una bodega referente en Pinot Noir y nos especializamos en este varietal. Un 25% del total de hectáreas de la bodega corresponde a esta uva y la idea es seguir creciendo. Desde 2009 trabajamos codo a codo con el reconocido consultor enológico norteamericano Paul Hobbs, especialista en Pinot Noir, quien colabora asesorándonos sobre esta singular cepa, sobre su plasticidad y su potencialidad”, dijo Leonardo Puppato, enólogo de Bodega Familia Schroeder.
Las particularidades de un terroir único
En San Patricio del Chañar la uva Pinot Noir madura muy bien, al resguardo de un clima soleado de día que se torna fresco a frío por la noche, a lo cual se suma la pureza del río Neuquén (cuyas aguas sirven de riego para las plantaciones), la composición ideal de los suelos, las escasas precipitaciones anuales y los fuertes y frecuentes vientos, que aseguran la sanidad de las uvas. Por todo ello, la región hoy es reconocida entre los expertos por sus Pinot Noir de clase mundial y de marcada identidad.
Si bien las plantas ofrecen uvas más pequeñas y en bajos rendimientos naturales, los vinos se destacan por su estructura, frescura, color y acidez natural. A la vez, la sanidad de las uvas permite minimizar la intervención en el viñedo y en la bodega, al tiempo que favorece la concentración de color, ya que las plantas desarrollan un hollejo de mayor grosor.
Aprovechando esas condiciones únicas, Bodega Familia Schroeder “juega” con la versatilidad de la cepa, siempre apuntando a destacar las características propias del terruño, creando Pinot Noir con gran personalidad, de alcoholes moderados, equilibrados y con características organolépticas muy distintivas. De hecho, hoy es la variedad estrella de la bodega, tanto por la cantidad de etiquetas que con ella elabora como por la creciente demanda de los consumidores.
Para Bodega Familia Schroeder esta cepa es tan preciada que recibe un cuidado especial: el suelo es sembrado con abonos orgánicos y naturales (compost) y verdeos como centeno. Y en lo que respecta a su tratamiento en bodega, fue justamente Paul Hobbs quien recomendó armar un espacio único y especial para esta variedad, viendo desde un principio el potencial que tenía la cepa en la región. Así es que, dentro de la gran bodega, hoy funciona un sector exclusivo con tanques con un diseño especial que permiten aplicar el proceso de gravedad en la selección, elaboración y conservación. Esto hace posible un trato sumamente cuidadoso de las uvas, los mostos y los vinos de Pinot Noir.
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