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El mundo ensaya impuestos a los "gases" de las vacas

En el contexto de mitigación del cambio climático, varios países buscan introducir un impuesto real sobre las emisiones de CO2 en la agricultura y gravan las “flatulencias” de las vacas. Lo ensayó Nueva Zelanda y esta semana, Dinamarca. ¿Cómo funcionan estos impuestos?

Los impuestos verdes son algo así como la nueva normalidad en algunos países occidentales. Se han aplicado tributos para la gestión de residuos, en relación a la energía y al plástico, por citar algunos casos. En este punto, la atención está puesta en las flatulencias de las vacas, se experimentó en Nueva Zelanda y se está ensayando ahora mismo en Dinamarca.

Allá por 2022, en Nueva Zelanda, se quiso ir un paso más allá y se convirtió en el primer país del mundo que grava las flatulencias de los bóvidos para tratar de reducir los gases de efecto invernadero. Y se esperaba que, a partir del 2025, los ganaderos paguen por las emisiones de metano que realizan las vacas y las ovejas.

No era un tema menor. Nueva Zelanda cuenta con 5 millones de habitantes humanos y más de 36 millones de ovejas y vacas. Más allá de las intenciones, lo cierto es que la legislación se desechó por la fuerte reacción del sector agrícola, y tras el cambio de gobierno en 2023.

Así, Nueva Zelanda debió excluir a la agricultura de su régimen de comercio de derechos de emisión en favor de explorar otras formas de reducir el metano. Un año más tarde, Dinamarca propone un "impuesto sobre las flatulencias", que recibió el apoyo de todo el sector y se espera que sea aprobado por el Parlamento nacional en los próximos días.

Objetivo: 70%

El país escandinavo impondrá un impuesto a los ganaderos por los gases de efecto invernadero que emiten sus vacas, ovejas y cerdos a partir de 2030, según una nueva y radical propuesta del Gobierno danés, liderado por la socialdemócrata Mette Frederiksen.

El ministro de Impuestos, Jeppe Bruus, declaró que el plan pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del país noreuropeo en un 70% de aquí a 2030.

"Daremos un gran paso hacia la neutralidad climática en 2045. Dinamarca será el primer país del mundo en introducir un impuesto real sobre las emisiones de CO2 en la agricultura", declaró Bruus al tiempo que se mostró optimista con que otros países sigan su ejemplo.

A diferencia del caso neozelandés, el acuerdo danés se alcanzó entre el gobierno de coalición y los representantes de los agricultores, la industria y los sindicatos.

¿Cuánto se deberá pagar? Los ganaderos tendrán que pagar un impuesto de 300 coronas danesas (lo equivalente a 43,11 dólares) por tonelada de dióxido de carbono en 2030, y el gravamen aumentará a 750 coronas (107,77 dólares) en 2035.

Sin embargo, debido a una deducción del 60% del impuesto sobre la renta, el costo real por tonelada empezará en 120 coronas (17,24 dólares) y aumentará a 300 coronas (43,11 dólares) en 2035.

Contexto

La medida se anuncia tras meses de protestas de agricultores de toda Europa contra las medidas y normativas de mitigación del cambio climático que, según ellos, les están llevando a la quiebra.

La Sociedad Danesa para la Conservación de la Naturaleza, la mayor organización medioambiental y de conservación de la naturaleza de Dinamarca, describió el acuerdo fiscal como "un compromiso histórico".

"Hemos logrado alcanzar un compromiso sobre el impuesto de CO2, que sienta las bases para una industria alimentaria reestructurada, también a partir de 2030", declaró su directora, Maria Reumert Gjerding.

Fundamentos del tributo

Según los datos más actualizados de Statistic Denmark, en junio de 2022 había 1,4 millones de vacas en el país escandinavo. Una vaca danesa típica produce unas seis toneladas métricas de CO2 al año.

Dinamarca, que es un gran exportador de productos lácteos y carne de cerdo, también impondrá impuestos a los cerdos, pero las vacas producen emisiones mucho mayores.

Aunque el dióxido de carbono suele recibir más atención por su papel en el cambio climático, el metano atrapa 87 veces más calor en una escala temporal de 20 años, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la ganadería es responsable del 32% de las emisiones de metano de origen humano.

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