La chicharrita, ¿el cisne negro del maíz en Río Negro?
En Río Negro la superficie cultivada de maíz crece a pasos agigantados y la chicharrita en el centro del país levanta banderas de alerta. ¿Ya llegó a la zona? ¿Cuál es su impacto?
Este año, los maíces del centro norte del país fueron severamente atacados por la chicharrita, un insecto que transmite 4 enfermedades, que ocasionan el achaparramiento del maíz. Se registraron grandes pérdidas y si bien estaba presente en el norte argentino, nunca antes había ocasionado los problemas que se ven actualmente en la zona centro.
La chicharrita ya está en los campos del norte de la Patagonia, lo que genera cierto grado de preocupación entre los productores de la región. Así lo aseguró esta semana el coordinador de la Red Nacional de Maíz del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Facundo Ferragut.
En Río Negro la superficie con maíz está creciendo a pasos agigantados. Según el último informe oficial del Gobierno ya suman más de 25.000 hectáreas las implantadas en los distintos valles de la Provincia. De ahí la preocupación de gran parte de los productores de esta zona.
La Chicharrita (Dalbulus maidis) es una plaga cuya presencia en el país se conoce desde hace muchos años. También se sabe que su potencial riesgo de dispersión y transmisión de enfermedades fue alertado por varios investigadores de INTA y otros organismos científicos. Sin embargo, tomó por sorpresa a los productores de maíz de Argentina.
La Chicharrita en sí misma no ocasiona mayores daños, pero transmite el achaparramiento del maíz, un complejo de enfermedades constituido por dos virus y dos bacterias. La más mencionada es spiroplasma, complejo que según la etapa de desarrollo del cultivo puede provocar disminución de rendimientos que van del 10% al 80%.
Los mayores daños ocurren en los inicios del cultivo cuando la chicharrita puede insertar más fácilmente su estilete en la nervadura de la planta.
El problema en números
De acuerdo a información de la Bolsa de Cereales de Córdoba, “por la acción de la chicharrita la producción de maíz de Córdoba sufriría un recorte de 6 millones de toneladas respecto a su potencial de 23 millones”.
La dimensión del problema escala un paso más cuando se conoce el ciclo de vida de esta plaga ya que puede ir de 45 a 90 días dependiendo de las condiciones climáticas. Además, las hembras podrían sobrevivir más tiempo por los que algunos mencionan que la secuencia de cultivos maíz debería ser de entre 90 a 120 días, y otros mencionan que este período podría llegar a 150 días.
Las ninfas no tienen alas y, por lo tanto, poseen una movilidad reducida mientras que los adultos (ya con alas) pueden dispersarse a través del viento hasta 300 kilómetros y algunos citan hasta 1000 kilómetros.
Su principal hospedero es el maíz, única especie donde se alimenta, reproduce y contagia el achaparramiento, pero también puede refugiarse en otras especies como alfalfa, sorgos, avena, trigo e inclusive se la ha encontrado en ornamentales y hortalizas.
Las causas de la explosión
Entre los motivos de la explosión de la chicharrita de este año en nuestro país, la Bolsa de Cereales menciona: la disminución en las ocurrencias de heladas durante los últimos inviernos, control deficiente de plantas hospederas, incremento de las siembras tardías esperando mejores condiciones hídricas y fechas de siembra escalonadas.
Según información proporcionada por la ingeniera agrónoma Verónica Favere, de INTA Valle Medio, hace dos años profesionales del INTA-CIAP habrían encontrado Dalbulus maidis en la zona de Valle Medio, aunque sin producir los daños característicos del achaparramiento.
Las fechas de siembra en esa zona comienzan la primera semana de octubre y se extiende durante noviembre con cosechas desde mayo a julio.
Todo parece indicar que en nuestra región aparentemente no están dadas las condiciones para el establecimiento permanente de esta plaga. ¿Por qué? Por las bajas temperaturas durante el invierno; porque las siembras, en general, son tempranas a fin de que el maíz complete su ciclo normalmente; y, finalmente, porque existe un período libre de maíz verde de más de 180 días.
Sin embargo, se debe estar muy atento a la evolución de la plaga ya que los insectos desarrollan capacidades de adaptación normalmente desestimadas por el hombre y se convierten en lo conocido como un “cisne negro”.
En esta nota