¿Qué impacto tendrá El Niño en EEUU, Sudamérica y el Mar Negro?
"El Niño y sus efectos en el mercado de commodities" es el informe que ahonda en las consecuencias del clima en la producción.
Tras varios años con “La Niña” activa en el radar del mercado, 2023 es un año de “El Niño”. En cuanto a la soja y el maíz, las regiones afectadas por el fenómeno incluyen EEUU, América del Sur y el Mar Negro, destaca hEDGEpoint en el informe "El Niño y sus efectos en el mercado de commodities".
En América del Sur, según los analistas, hay dos ventanas relevantes para analizar: otoño/principios de invierno – cuando tenemos maíz de invierno en desarrollo en Brasil – y primavera/principios del verano – cuando tenemos soja en Brasil, y soja y maíz en Argentina.
En primer lugar, en el otoño/invierno brasileño (marzo-agosto), “El Niño” está asociado con temperaturas más cálidas en Brasil, como se mencionó para otros commodities. La lógica general también es similar: el riesgo de heladas es más bajo y el crecimiento se ve favorecido (siempre que las temperaturas no sean excesivamente altas).
"Ante este contexto, hay una división muy clara entre la productividad del sur de Brasil y la de Argentina, con relación al resto de Brasil. ‘El Niño’ tuvo una influencia positiva en el primer grupo y neutra en el segundo", señala Schicchi.
Sin embargo, asegura que "volvemos a caer en el mismo tema: como El Niño no está tan correlacionado con las precipitaciones en el Centro-Oeste, se puede desviar en ambos sentidos. Como tal, esto se convierte en un factor decisivo que puede hacer subir o bajar la cosecha. Desde luego que con la probabilidad de que haga calor en la región, el impacto del estrés hídrico en la productividad es más alto", añade el analista.
Por consiguiente, en los años en que las precipitaciones son buenas, la productividad del maíz de invierno también tiende a ser más alta. Sin embargo, cuando falla, las altas temperaturas pueden provocar pérdidas. El punto es que el invierno ya es la estación más seca en Brasil y, en este ciclo, varios estados ya sembraron maíz fuera de la ventana ideal, lo que ejerce aún más presión sobre los cultivos. "2022/2023 todavía tiene grandes posibilidades de ser una buena cosecha", estima Schicchi, "pero las noticias no tan buenas comienzan a acumularse y pueden impedir que Brasil logre el límite superior de las expectativas".
El norte
"Empezando por EEUU, los efectos de El Niño se sienten con mayor intensidad durante los meses de invierno. Esto se debe a que afecta la posición de las corrientes de aire sobre el país, lo que influye en el clima", señala Pedro Schicchi, analista de Granos y Oleaginosas de la consultora.
Entre los diez principales estados productores de Estados Unidos los efectos son pequeños. “Los únicos estados donde se observa un efecto negativo más consistente son Ohio e Indiana. En estos años, el maíz demostró ser más susceptible a las variaciones en la productividad que la soja”, detalla el informe.
"Particularmente para el maíz, EEUU tiene como meta la marca de 180+ bu/ac a nivel nacional y, durante algunas temporadas consecutivas, el mal tiempo redujo estas expectativas. Al menos al principio, parece que este año podemos tener las condiciones necesarias para lograrlo. La siembra empezó antes y las condiciones climáticas de los últimos años de El Niño resultaron beneficiosas para los cultivos", dice Schicchi.
El escenario en el Mar Negro
Ucrania puede registrar temperaturas más cálidas y condiciones más secas durante un fenómeno de “El Niño”, lo que puede provocar sequías y una menor productividad de los cultivos.
Las primeras estimaciones oficiales para la temporada 23/24 ya indican una cosecha de casi la mitad de los niveles de antes de la guerra (42,1M ton en 21/22 contra 21,7M ton en 23/24) y las existencias en el país, antes infladas por las bajas exportaciones, están volviendo a los niveles anteriores al conflicto. Esto significa que cualquier impacto en la productividad debido a “El Niño” puede llevar a una situación muy difícil en el sector productivo ucraniano.
"Aunque las estimaciones ya indican rendimientos más bajos debido a las dificultades de la guerra, la proyección de 6 mt/ha se mantiene por encima de lo observado en otros años de El Niño, como 2009 y 2015, lo que demuestra que todavía hay margen para el deterioro", indica Schicchi. La situación no es más alarmante solo porque es probable que la Unión Europea - importante importador de maíz ucraniano - se recupere de la mala cosecha del año pasado, y el fenómeno meteorológico traiga una anomalía de precipitaciones positiva a la mayoría de los países de la UE, por lo que dependerían menos de la oferta ucraniana, según el experto