¿Competencia de monedas? Lo que se viene en la economía argentina
Los dólares que llegaron del FMI no alcanzan para hacer funcionar la economía a pleno. El Gobierno busca más divisas para generar la competencia de monedas.
En las últimas horas comenzó a circular un concepto que muchos atribuyen al economista Juan Carlos De Pablo. Según él, la decisión de mantener dólares en bancos o fuera del sistema financiero depende del riesgo percibido de quedar bajo el radar del Estado o de los delincuentes. Es decir, si disminuye el miedo al Estado, también desaparece el incentivo para conservar grandes sumas de dinero en efectivo fuera del sistema financiero formal.
El reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras organizaciones multilaterales, que busca asegurar el ingreso de más de 25.000 millones de dólares para fortalecer las reservas del Banco Central (BCRA) y dar sostenibilidad al esquema cambiario en el corto y mediano plazo, representa un intento por reducir esa percepción de riesgo. El objetivo es que parte de los dólares que hoy están guardados en cajas de seguridad, “debajo del colchón” o paralizados en depósitos en los bancos, ayuden a apalancar el crecimiento económico del país.
Una señal en ese sentido la dio días atrás el ministro de Economía, Luis Caputo, durante su tradicional participación en el Congreso Económico Argentino, ExpoEFI. Allí anticipó que el Gobierno anunciará en las próximas semanas una medida orientada a fomentar la circulación de dólares dentro del sistema financiero.
La administración de Javier Milei tiene en claro que los fondos del FMI pueden ser útiles para contener la volatilidad del mercado cambiario, pero no alcanzan para reactivar el crecimiento económico. Para eso se necesitan “otros dólares”, es decir, divisas provenientes del crédito —tanto interno como externo— y de aquellos ahorros en moneda extranjera que aún permanecen fuera del circuito bancario.
Caputo describió la situación actual afirmando: “Hoy tenemos el desafío de monetizar más la economía, porque está en un nivel de monetización muy bajo, de poco menos de la mitad de lo que es normalmente”. Si bien destacó que hay un sólido anclaje fiscal y señales de crecimiento económico, subrayó que la falta de liquidez exige nuevas medidas que permitan sostener la expansión.
Más adelante, el ministro agregó: “En las próximas dos, probablemente tres semanas, vamos a estar anunciando alguna medida que va a sorprender a algunos y que fomentará mucho el uso de dólares”. Aunque no brindó demasiados detalles sobre el tipo de iniciativas que impulsará, dejó en claro que el Gobierno busca ampliar los instrumentos que canalicen el ahorro y el consumo a través de los dólares hoy no integrados al motor de la economía.
Paralelamente, el Gobierno mantendrá su política de tener un dólar oficial “planchado” —es decir, estable y cercano al piso de la banda cambiaria— y de seguir retirando pesos de circulación. Estas medidas, según la visión oficial, deberían incentivar el uso de dólares en la economía. Incluso Caputo anticipó que, si en 2025 los bancos no refinancian completamente los vencimientos de deuda en pesos, se utilizarán dólares para cancelarla. El objetivo es “secar” lo antes posible la plaza de pesos y aumentar la presencia del dólar en la economía formal. Existen señales concretas de que el Gobierno aún cuenta con un margen importante de maniobra en este sentido.
Indicadores que alientan
El primer indicador proviene de los depósitos en dólares del sistema financiero. Desde que Javier Milei asumió la presidencia, el 11 de diciembre de 2023, el BCRA tenía 14.100 millones de dólares en depósitos. Gracias al proceso de blanqueo de capitales, esa cifra creció hasta los 34.200 millones de dólares hasta la primera semana de noviembre del año pasado, pero a partir de allí perforó el piso de los 29.000 millones antes del levantamiento parcial del cepo cambiario. En las tres semanas posteriores a ese levantamiento, los depósitos en dólares crecieron en más de 1.000 millones de dólares, y el Gobierno no descarta que esta tendencia se mantenga en los próximos meses producto de la luz de confianza que muestra el programa. Con un pequeño porcentaje de ese volumen de divisas volcadas al sistema productivo, podría comenzarse a dinamizar la economía real.
El segundo indicador es aún más llamativo: los dólares de los argentinos que están “debajo del colchón”, tanto dentro como fuera del país. La directora del FMI, Kristalina Georgieva, mencionó esta semana: “Me dijeron, no sé si es verdad, que hay más de 200.000 millones de dólares de argentinos que se encuentran bajo el colchón y Dios sabe dónde. Si ese dinero se invirtiera en Argentina, imaginen lo que sería ese país”. El dato no fue tomado al azar. Fue incluido en un documento elaborado por el Ministerio de Economía que acompañó la solicitud de un nuevo tramo de deuda ante el FMI. Según el INDEC, los activos externos de los argentinos ascienden a 428.000 millones de dólares, de los cuales unos 240.000 millones corresponden a moneda extranjera y depósitos.
¿Cómo traer esos dólares al sistema?
Pese a las señales que da el Gobierno, la desconfianza en la economía argentina persiste. Y como también dice De Pablo, si los propios argentinos no confían en su país, es difícil esperar que lo hagan los inversores extranjeros. Traer parte de estas millonarias sumas paralizadas sería clave no solo desde el punto de vista económico, sino como señal de confianza hacia inversores internacionales que están observando con atención la evolución del plan económico.
¿Cómo incentivar la llegada de esos dólares para apalancar el crecimiento económico? El mercado ya anticipa algunas posibles medidas que podrían incluirse en los próximos anuncios del Ministerio de Economía:
- Extensión del blanqueo actual: La Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) precisaron que se podrá adherir a la tercera etapa del Régimen de Regularización de Activos hasta el 7 de mayo de 2025, y presentar la declaración jurada hasta el 6 de junio de ese mismo año.
- Lanzamiento de un nuevo régimen de perdón fiscal, con modificaciones respecto al blanqueo todavía vigente. En la etapa 1, por ejemplo, solo se pagó una alícuota del 5% sobre el excedente de 100.000 dólares ingresados al sistema.
- Permitir el pago de impuestos en dólares, lo cual abriría la puerta a una posible “competencia de monedas”, donde los contribuyentes podrían elegir en qué moneda operar.
- Ampliar la oferta de crédito en dólares, tanto para personas físicas como jurídicas, incluso aquellas que no generan divisas de manera directa. Esta medida, no obstante, podría aumentar el riesgo de solvencia del sistema financiero, según advierten algunos economistas.
Por ahora, nada está cerrado. Lo que sí está claro es que el acuerdo con el FMI, por sí solo, probablemente no será suficiente para que la economía real despegue. El desafío más importante es reconstruir la confianza. Y eso, en la Argentina, no es solo cuestión de números, sino de credibilidad.
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