De las tierras de Vaca Muerta sale el pochoclo que llega a todo el país
La marca neuquina, que ya es furor en los comercios de la zona, es un emprendimiento familiar que no para de crecer. +P visitó la fábrica de pochoclos Circus para conocer la historia de estos emprendedores.
El pochoclo es un producto muy popular en nuestro país y que se puede elaborar con muy pocos ingredientes, maíz y aceite principalmente. Aunque la mayoría lo consume con azúcar, hay quienes prefieren su versión salada.
Se trata del producto más elegido en los cines y es un clásico a la hora de ver una película en casa. Sin embargo, Lucas Tito, uno de los protagonistas de este emprendimiento, veía que en los comercios no se vendían, que la gente los iba a comprar al cine o los hacía en su casa.
El resto es historia, hoy Lucas y su padre Alejandro, comandan la única fábrica de pochoclos que existe en Neuquén y cuyas instalaciones se encuentran en el barrio Confluencia. Elaboran un promedio de 30 toneladas de pochoclo por mes, venden en muchos comercios de la zona y tienen presencia en varias provincias.
Apostar y ganar
Allá por el año 2018 Lucas trabajaba con su padre en un emprendimiento de conservas llamado Huertas Urbanas. Alejandro Tito siempre se dedicó a elaborar y vender. “Eso fue lo que me impulsó a mí”, reconoce su hijo Lucas. Sin embargo, Lucas sentía que quería hacer algo propio y fue así que emprendió su búsqueda.
“Estaba en la casa de Yasmín (su pareja y madre de sus hijas), íbamos a ver una película y ella tenía algo de maíz. Hicimos pochoclos y recuerdo que se me desbordó la olla por todos lados (ríe), a partir de ahí, siempre estuve en la cabeza con eso”, reconoce y agrega que le llamó la atención la materia prima y el bajo costo de producción que tiene el producto.
Lucas se lo planteó a su padre “que estaba muy casado con los suyo” y que al principio “fue medio reacio”, pero que finalmente accedió. Antes de eso arrancaron haciendo pruebas en su casa: “usaba una olla de una vecina y luego compramos una pochoclera de parque”, con la que tardaban 8 horas para producir 20 kilos.
Fue así que comenzaron a ofrecer el producto en los comercios, siempre en su versión de pochoclo dulce, que en ese entones no tenía el packaging que tiene ahora, sino que tenía una etiqueta pegada. Todo lo que ofrecían lo vendían, por lo que se vieron en la necesidad de producir cada vez más cantidad.
De la olla de casa a la fábrica
Por el éxito que tuvieron con los pochoclos, Alejandro decidió dejar de lado su emprendimiento de conservas y se puso a trabajar a la par de su hijo en Circus, que es el nombre comercial de Mincale S.R.L. Lucas se ocupa más de la producción y su padre de las ventas.
Llegó un punto en el que tuvieron que trabajar en la apertura de un establecimiento para la elaboración, que cuente con todos los protocolos que les permitiese obtener una habilitación para vender en todo el país. “Compramos una pochoclera industrial nacional, luego ya no nos servía. Por eso ahora tenemos tres máquinas estadounidenses que son las mejores”, asegura Lucas.
La fábrica de pochoclos Circus actualmente está ubicada en el barrio Confluencia y cuenta con cinco empleados, además del gran trabajo de Yasmín, pareja de Lucas, quien se ocupa de la administración. “Nuestra temporada alta es en invierno, donde producimos las 24 horas en tres turnos”, explica y agrega que también es necesario producir los sábados.
“Hoy tenemos una capacidad de producción de 30 toneladas mensuales y el año que viene la queremos llevar a 60” cuentan sobre los planes hacia adelante, que incluyen la introducción de nuevos productos para el 2025, aunque para eso necesitan más espacio.
“Tenemos muy buena cobertura y hay momentos que no damos abasto, estamos en Buenos Aires, La Pampa, Chubut, Neuquén y Río Negro” y solo venden a distribuidores, salvo algunas excepciones. Lucas y su padre aún no se animan al mercado masivo de los súper porque no cuentan con la capacidad de producir tanta cantidad aún. Si embargo, los pochoclos Circus hoy se encuentran en los super chinos y en gran parte de los comercios locales, aunque muchos consumidores no reparan que se elaboran en Neuquén.
Producir con inflación
Durante y después de la pandemia, Lucas y su padre Alejandro se las tuvieron que ingeniar para conseguir la materia prima. La alta inflación hacía que muchas veces les entregaran mercadería sin precio “no sabíamos cuánto íbamos a pagar el azúcar” recuerda Alejando y reconoce que ahora ve que “hay más estabilidad en los precios” y eso les permite proyectar hacia adelante.
“También nos pasó de no conseguir aceite, estaba más barato en el súper con los precios cuidados, pero claro no podíamos comprar en cantidad” cuenta Alejandro y asegura que trabajar con alta inflación “es muy difícil”.
La fábrica de pochoclos Circus hoy requiere de 120 toneladas de maíz por año, que adquieren en Chivilcoy, en la provincia de Buenos Aires, y un tanto más de azúcar que llega desde Tucumán. “El argentino es el mejor maíz del mundo” dice orgulloso Alejandro, “es de la mejor calidad”. Con esta materia prima fabrican en promedio 3.000 paquetes de 100 gramos y 600 de 500 gramos por día.
Mientras el fotógrafo de este diario hace su trabajo, se escucha una vocecita que dice “Sonreí abuelo” que proviene de una de las hijas de Lucas. El tiempo dirá si el espíritu emprendedor de sus descendientes la lleva a continuar con el legado en un futuro.
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