Cómo incidirá el cambio climático en la fruticultura
Desde hace más de 20 años se viene advirtiendo sobre un cambio de los eventos climáticos a nivel mundial con visiones contrapuestas sobre el origen del mismo, pero la realidad indica una suba de 1.5°C de la temperatura promedio a nivel global
Desde hace más de 20 años distintos investigadores y comunicadores alertan sobre el cambio climático y cuales serían en principio los fenómenos que se destacarían. Entre ellos citan que los eventos que se daban normalmente iban a ser mas frecuentes y de mayor intensidad. Mayor presencia de huracanes en la zona del Atlántico norte, sequías más intensas y prolongadas, lluvias torrenciales que provocarían graves daños, temperaturas máximas superiores a lo normal, etc.
Observando lo que paso en el hemisferio norte este año con altas temperaturas en el continente muy por encima de los 40 a 45°C, subas de grados en el mar alrededor de La Florida, lluvias torrenciales en el norte de Italia que provocaron inundaciones destruyendo casas y vehículos y arrasando con plantaciones de frutales, se puede predecir que el tema es verdaderamente preocupante.
El clima mundial, muestra un calentamiento significativo, del orden de 0,33 °C por década, desde mediados de los años 70. En el siglo XX, la temperatura cambió más rápido que en los siglos precedentes, tendencia que ha mostrado una aceleración en décadas recientes.
La pregunta que nos hacemos es si estos fenómenos que se produjeron en el hemisferio norte durante su temporada estival también ocurrirán en el hemisferio sur y si esto se va a replicar en nuestro país y nuestra región.
Nueva Zelanda viene registrando los veranos más cálidos en los últimos años, y en febrero de este 2023 sufrió daños provocados por el ciclón Gabrielle que destruyo propiedades y montes frutales.
En Chile, según fuente de IQonsulting, se acumularon al 31 de julio, en la región de OHiggins solo 500 horas de frio en el 2023 contra un promedio de 700 en los últimos 10 años, mientras que en Maule fue de 600 horas en el 2023 contra un promedio de 750 horas en el período mencionado. Por lo tanto, si se acumulan suficientes Unidades de Calor esperan un adelanto en la floración. IQconsulting menciona que las especies más perjudicadas entre otras serán cerezas, manzanas y peras. En nuestra zona se acumularon suficientes Unidades de Frio, pero las Unidades de Calor (UC), fueron hasta el 7 de agosto, 400 (UC) más que el año anterior provocando un adelantamiento de la floración, dependiendo de las especies y variedades, y de la evolución de las temperaturas.
Investigadores de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile proyectan un complejo escenario a futuro para su país. El escenario más favorable para las temperaturas mínimas proyecta aumentos de hasta 2°C para todo Chile en los tres períodos de estudio. El modelo más pesimista, por otra parte, proyecta aumentos de hasta 2°C en el futuro cercano (2016-2035) y hasta 4°C para el futuro medio (2046-2065), y aumentos sobre los 4°C para el período futuro lejano (2081-2100). Para este último, además, las subas de temperatura en los meses de invierno son mayores que los proyectados para los meses de verano.
La Sección Agroclimatología del INTA Alto Valle considera que “si bien la tendencia de aumento en las temperaturas máximas medias es poco significativa para el periodo 1970-2019, las temperaturas máximas absolutas tienden a un aumento. La variación de la amplitud térmica en los últimos 50 años es positiva, de 1,07ºC, debido a este incremento”.
En nuestra región durante la temporada 2022/2023 se registraron amplios periodos de altas temperaturas por encima de los 40°C provocando graves daños por asoleado y madurez anticipada de los frutos. Además, en los últimos 50 años se producen eventos de granizo más frecuentes en algunas zonas de los Valles Irrigados del norte de la Patagonia.
Los eventos climáticos a contrarrestar son daño por sol, granizo y heladas primaverales por lo que se deberían realizar las inversiones necesarias para disminuir o evitar estos eventos (quemadura de sol, asoleado grave granizo y heladas tardías).
Se ha establecido que el factor preponderante en el daño por sol, es la temperatura y en menor medida la radiación ultravioleta. Las altas temperatura en el verano también aceleraron los procesos fisiológicos de madurez de la fruta.
Es importante la orientación de las filas de las espalderas en el daño por sol. Las filas que se orientan norte/sur tendrán mucho más daño en la cara que da al oeste que en la cara que da al este. Las espalderas orientadas este/oeste tienen un daño muy superior en la cara norte que en la cara sur ya que la primera está expuesta al sol gran parte del día mientras que la cara sur no.
En la zona del Alto Valle (39° latitud sur) y a través de un modelo teórico de la evolución del sol durante el día, se propone que una orientación apropiada seria de ente 50 y 60 grados norponiente (norte geográfico) o sea SE/NO a fin de que al producirse las máximas temperaturas el sol se encuentre sobre la copa de la espaldera. Estas observaciones se basan en los datos de evolución del sol en la bóveda celeste, datos provistos por el Servicio Hidrográfico Naval (www.hidro.gov.ar)
En Chile en la zona de Talca (35° Latitud Sur) el Centro de Pomáceas (organismo referente para la actividad) determinó que la orientación ideal sería 60° (del norte geográfico) norponiente o sea SE/NO
Otro de los factores que disminuyen el asoleado, es mantener una buena cobertura verde durante el verano y un vigor adecuado de las plantas a fin de que las hojas protejan los frutos. Las variedades de color rojo son menos susceptibles a los daños por asoleado en comparación con la de color verde.
Como práctica cultural se aconsejan evitar el cambio de posición de los frutos y mantener una apropiada humedad en el suelo. Las mallas sobrecopa son la inversión tecnológica que mayores beneficios aporta ya que se controla el granizo y disminuye los daños por sol, especialmente los daños graves como quemaduras de sol y el asoleado intenso.
En la EEA INTA Alto Valle se ensayaron durante 6 años diferentes colores de mallas y su efecto sobre el asoleado (leve y severo) de los frutos y otros aspectos como tamaño, color, humedad relativa, influencia de los vientos y madurez.
El uso de mallas para cubrir las plantas logra disminuir notablemente el daño por quemadura de sol (o asoleado grave) y asoleado. De acuerdo a la Sección Fruticultura de la EEA Alto Valle se obtuvo una menor incidencia tanto en Red Delicious (Chañar 90) y Cripp's Pink.
Las mallas color negro son la que más protegen del asoleado (detienen hasta un 30% de la radiación solar), son más duraderas y durante los 6 años de ensayos no mostraron efectos negativos sobre la floración. En peras no fueron ensayadas por lo que no se tienen datos sobre este aspecto.
Las color perla y cristal son menos duraderas y producen una mayor cantidad de luz difusa que mejora la transmisión de la luz a través de la copa. La claritas detienen entre un 10 y un 20% de la radiación solar.
Hay mallas stardad y también combinaciones o mixtas en las que se modifica la separación y el color de hilo que forman las mallas. Entre los cambios que se producen en el monte frutal bajo cobertura de malla esta la menor evapotranspiración por lo que se debe ajustar las láminas y frecuencias de riego. Se está combinando el uso de mallas mas oscuras sobre las caras mas susceptibles al asoleado y mallas claras sobre las caras menos expuestas.
Contra asoleado también se usan protectores solares cuya eficiencia varia, siendo las más efectivas las basadas en caolín y partículas de carbonato de calcio que disminuyen la temperatura de la fruta en 2 a 3°C al reflejar la luz solar, su eficacia es mayor si se pulveriza con barra aplicadora con los aspersores orientados de arriba hacia abajo en la barra. Estos protectores presentan cierto inconveniente para ser eliminados en la línea de empaque. También poseen cierta eficacia, los protectores solares a base de un polipéptido o a base de aceite de carnauba que actúan formando un film sobe la fruta fácil de eliminar en el empaque
En la Universidad de Talca se ha establecido que con frutos de hasta 30 mm el riesgo de daño se toma con temperaturas de aire de 29°C a la sombra, durante 5 horas y con frutos mayores se establece una temperatura de 29°C durante 5 horas ya que si consideramos que los frutos tienen al menos 9°C ms que el aire se llega a la temperatura de daño establecida en 37°C.
El riego evaporativo, a través de los equipos de riego por aspersión para controlar heladas, puede ser usado para disminuir la temperatura de las frutas. Para el mejor comportamiento de este método es aconsejable aplicar una lámina de al menos 3mm/hora con periodos de alternancia de encendido y apagados. Este método tiene el inconveniente que se necesita tener agua que contenga menos de 100 ppm de carbonatos y bicarbonatos de lo contrario los frutos quedan recubiertos por una capa blanca que se elimina solamente mediante el uso de detergentes ácidos en la línea de empaque con el consiguiente deterioro y mayores costos de mantenimiento.
Varios productores están utilizando el riego subarbóreo para control de heladas y si tienen suficiente agua durante el verano podrían prenderlos a fin de colaborar en bajar la temperatura.
En conclusión, el uso de mallas permite protección contra el granizo y disminuyen los daños por asoleado, y si se combina con otros métodos como el riego subarbóreo y el uso de protectores que dejan un film, se puede reducir aun más los daños incrementando el porcentaje de fruta de calidad.
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