Neuquén

Huingán Co, la fábrica de dulces y el secreto de los mejores membrillos del norte neuquino

Hacia el Norte de la provincia de Neuquén, una fábrica de dulces es la cita obligada de los visitantes que se acercan a la localidad. A través de ella, conocemos la historia de una elaboradora y un productor de membrillos.

Desde hace algunos años, el Norte de la provincia, se convirtió en un destino emergente para los turistas. Cada temporada llegan cada vez más visitantes a estas localidades que tienen mucho que ofrecer, sobre todo por su particular belleza paisajística, diferente a la que ofrecen los destinos más comunes en la zona de los lagos.

Huingán Có, el “Jardín de Neuquén”, como se lo conoce, fue declarado como el destino emergente del año, según la prensa especializada, en el marco de la Feria Internacional de Turismo. Es que esta pintoresca localidad, cautiva a sus visitantes por su tranquilidad y sus paisajes encantadores, rodeado de montañas, cerros y bosques, con inviernos más lluviosos y veranos más secos y largos días de sol.

Al llegar a este poblado de poco más de 1000 habitantes, ubicado a los pies de la Cordillera del Viento, una de las citas obligadas es hacer una parada en la Fábrica de Dulces, que se encuentra en el centro de Huingán Có. En esta casita de madera de aspecto cordillerano, se pueden adquirir los típicos dulces artesanales como el de rosa mosqueta y el sólido de membrillo, además de licores de diferentes sabores.

Foto de Mariana Lesa Brown (28)
Huingán Có, el "Jardín de Neuquén", se afianza como destino emergente gracias a su tranquilidad y sus encantos paisajísticos. Foto: gentileza.

Huingán Có, el "Jardín de Neuquén", se afianza como destino emergente gracias a su tranquilidad y sus encantos paisajísticos. Foto: gentileza.

Un emblema del norte neuquino

La fábrica de dulces tiene una larga historia en Huingán Có, nació en 1978 y actualmente es de gestión municipal. Según Ana López, una de las trabajadoras que lleva 11 años en este emprendimiento, la idea nació como un Centro de Formación Profesional. “Primero funcionaba como CEPAO, que era el establecimiento donde iban señoras a hacer lo que era tejido y ahí se tomó la decisión, empezaron a ver la posibilidad de empezar a hacer el dulce” explica.

Ana también recuerda que en los inicios el trabajo era más precario, más artesanal, y que con el tiempo se fueron incorporando máquinas y se modernizaron los procesos de elaboración. Hoy, ella es una de las trabajadoras que más años lleva en la dulcería, y afirma que por la fábrica pasaron muchas mujeres y algunos hombres, algunas que duraron muchos años como Eloina Quesada o Julia Soto.

Foto de Mariana Lesa Brown (25)
En el corazón de Huingán Có, la Fábrica de Dulces, un emblema de gestión municipal desde 1978, donde trabajan mujeres como Ana López elaborando los sabores del norte neuquino. Foto: gentileza

En el corazón de Huingán Có, la Fábrica de Dulces, un emblema de gestión municipal desde 1978, donde trabajan mujeres como Ana López elaborando los sabores del norte neuquino. Foto: gentileza

“Ahora somos tres mujeres a la mañana, una a la tarde que está para venta y una señora el fin de semana” explica, y agrega que la fábrica se reconoce por su dulce de rosa mosqueta que es el principal, pero también elaboran de manzana, ciruela, cereza, mora, frutilla, damasco y frambuesa, además de los licores de ciruela, cereza y guinda. Estos productos, se elaboran con frutas que, en su mayoría, se adquieren a productores locales.

Amén del delicioso dulce de rosa mosqueta, el dulce de membrillo en pan que, en algunas presentaciones se vende en cajita de madera, es un emblema de la fábrica y uno de los productos más solicitados por quienes la visitan. Detrás de estos membrillos hay una historia que contar que es la de uno de los productores de la zona.

Foto de Mariana Lesa Brown (27)
José Olave, productor local, se enorgullece de sus membrillos de variedad injertada, los cuales provee a la fábrica y son clave para el afamado dulce. Foto: gentileza.

José Olave, productor local, se enorgullece de sus membrillos de variedad injertada, los cuales provee a la fábrica y son clave para el afamado dulce. Foto: gentileza.

El secreto detrás del dulce de membrillo

José Olave es trabajador municipal, estuvo varios años en la fábrica de dulces de Huingán Có y luego se fue a trabajar a otro sector relacionado al turismo. Paralelamente, José se dedica a la producción de membrillos en su propia chacra, que son los que se utilizan para la producción del dulce en la fábrica y que según él “tiene sus secretos en la elaboración para que quede un dulce firme”, admite.

En diálogo con + P, nos cuenta orgulloso sobre la calidad de sus frutos “un membrillo que lo tengo desde que estaba Rosauer (el vivero) en el valle. “Son una variedad injertada que son muy lindos membrillos para dulce”, explica el productor.

Todos sus cultivos los tiene en un parque de media hectárea al pie del cerro Corona y cercano al río Neuquén. “Los incorporé como una actividad que sea rentable” reconoce. “Tengo algunos frutales y me han dado muy buenos resultados. Por lo menos la fábrica de dulces es un organismo que ayuda mucho los productores de la zona, porque nos compran la fruta” afirma José, quien también vende su producción en forma particular.

Foto de Mariana Lesa Brown (26)
De la rosa mosqueta al membrillo: los dulces artesanales de Huingán Có, elaborados con frutas de productores locales como José Olave, son un tesoro que cautiva a los visitantes. Foto: gentileza

De la rosa mosqueta al membrillo: los dulces artesanales de Huingán Có, elaborados con frutas de productores locales como José Olave, son un tesoro que cautiva a los visitantes. Foto: gentileza

“Tengo otros frutales, durazno, nueces, manzanas, peras y todo es para consumo familiar y venta… y la verdad que me deja muy buena rentabilidad”, explica José, quien puede definir el precio al que vende su producción, algo que no siempre es posible en la fruticultura tradicional.

Olave, de profesión técnico agrónomo, también destaca la importancia del control sanitario de las plantaciones, el mantenimiento y la poda que contribuyen a una mayor calidad de los frutales. “A veces es difícil que la gente se concientice… no hay esa cultura de cuidado de las plantas en estos lugares”, admite, y agrega que ahora se está trabajando más en el tema con programas de provincia y Nación y que la misma fábrica de dulces promueve esta calidad en la fruta.

Una vez más, como suele suceder con otros productores patagónicos, surge en la charla la sequía que afronta la región. “El caudal del río está muy bajo, este año hubo poca nieve en los cerros”, expresa con preocupación el productor, quien deberá enfrentar el verano con menos agua de lo habitual. Un tema que, sin duda, será uno de los más importantes y un desafío para todos lo que trabajan la tierra y crían animales.

A pesar de estas dificultades, cuando el sol cae sobre la Cordillera del Viento y el aroma de sus dulces se mezcla con el aire de la tarde, Huingán Có parece detenerse en el tiempo. Tal vez ahí resida su secreto: en saber que el verdadero progreso también puede tener perfume a fruta madura, manos sabias que trabajan juntas y la calma de los lugares que aún conservan su esencia.

En esta nota

Dejá tu comentario

Las más leídas