Melconian anticipó el posible escenario para la fruticultura
El prestigioso economista mencionó la necesidad de ir hacia la normalización de la Argentina. Llegar al punto donde se cumplan las premisas básicas de una estabilidad económica macro y micro.
Fiel a su estilo, el economista Carlos Melconian, volvió a poner ayer blanco sobre negro. “En Uruguay, 3 X 2 es 6; en Brasil, 6 X 3 es 18; en Chile, 5 X 3 es 15; en Argentina, 2 X 2 es 64...no puede ser. Esto se tiene que acabar. No va más!”, levantó la voz ante un auditorio completo de invitados que lo escuchaban con suma atención.
El expresidente del Banco Nación, hoy al frente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IREAL) participó del ciclo “Más debate”, organizado por LMNeuquén, junto a la periodista y politóloga María O´Donnell.
Con esta, y otras metáforas, Melconian mostró el grado de deterioro en el que está sumergido el país. Dejó en claro que la Argentina no tiene forma de salir de esta crisis si, entre otros puntos, no se normaliza su macroeconomía, no se alinean los precios relativos, y si no desaparece la brecha cambiaria. También remarcó que “todo junto el 11 de diciembre no se va a poder hacer”. Lleva tiempo, pero el horizonte es ese, agregaba el economista en su arenga.
Cuando se analizan estos conceptos, no hay tanta teoría económica. Hay mucho sentido común. “Tenemos que volver a ser un país normal”, vuelve a levantar la voz Melconian. ¿Qué define a la Argentina como tal? Entre otros puntos, estabilidad macroeconómica, un sistema cambiario con un dólar único, y una inflación como la que tienen nuestros vecinos, entre el 4% y 8% anual. Claramente, éste es el escenario que se viene. Gane quien gane. Puede tardar uno, dos o cinco años; pero es el horizonte hacia dónde todos los candidatos hoy apuntan. Es probable que, analizando los ciclos económicos del país, se pueda estar ingresando en el mediano plazo -tras correcciones previas- en un nuevo período de estabilidad. El sector productor, y en especial la fruticultura regional, debe tener en cuenta este escenario que, con tanto énfasis, apuntaló el economista en su exposición.
La normalización, para Melconian, es sinónimo de estabilidad macro y microeconómica. Algo con lo que la fruticultura del Valle nunca se llevó del todo bien. Basta recorrer la joven historia de nuestra región como para saber que cuando hubo estabilidad, la actividad, por diversas causas, la padeció.
Si bien los acontecimientos históricos nunca vuelven a presentarse de una misma manera, quienes tengan poder de decisión en el sector -ya sea dentro del área privada como la pública- deben computar en sus agendas la probabilidad de un nuevo período de estabilidad económica en el país para el mediano plazo.
Anclémosnos en la fruticultura. En los últimos años, también por distintas causas, la actividad migró en los destinos sobre su oferta exportable. Y con la vuelta del desdoblamiento cambiario y la brecha en torno al 100%, esa migración se intensificó aún más. Las estadísticas argumentan estos conceptos.
Dos preguntas, de sentido común, nos debiéramos hacer ante éste posible y nuevo escenario.
-Con estabilidad económica, ¿se podrá sostener la actual matriz exportadora? Es difícil contestar el interrogante solo de forma binaria: con un “sí” o un “no”. Lo primero que deberíamos saber es en dónde estará el dólar en términos reales una vez estabilizada la economía. A valores actuales, es probables que pueda ubicarse más cerca de los 350 pesos que de los 560 como cerró ayer la divisa en el mercado marginal. Otro punto, sería saber las cotizaciones en las que se ubicarán las monedas de los vecinos, clave para definir nuestra competitividad cambiaria. Por último, lo que sí esta claro es que, las posibilidades de lograr una renta adicional vía brecha cambiaria desaparecerán; herramienta utilizada para mercados como Brasil, Paraguay y Bolivia, entre otros.
-¿Aguanta la actividad la competencia en el mercado interno? Para la manzana, la demanda local es clave. Hoy, es el que está 'salvando' a gran parte de los actores de la actividad. Su participación crece año tras año.
Cuando los distintos economistas hablan de estabilidad macroeconómica, para sacar al país adelante, lo hacen dentro de un esquema de mercado capitalista, en donde las importaciones cumplen un rol fundamental dentro del tradicional mecanismo de oferta y demanda. El valor promedio de un kilo de manzana en góndola en nuestro mercado interno hoy es de 2,50 dólares según datos del INDEC, proyectando los valores promedio de julio, que el organismo nacional los dará a conocer en la tercera semana de agosto. Damos un ejemplo cualquiera. Durante junio el valor FOB de la manzana chilena que llegó al mercado argentino fue de 1,05 dólares por kilo. Menos de la mitad del promedio de lo que cotiza la del Valle. Hoy el volumen de manzana chilena representa el 0,05% del mercado interno; nada. En los momentos en lo que se abrió parcialmente la importación para esta manzana, el sistema frutícola del Valle se resintió. Los niveles de competitividad, por distintas causas, estaban claramente volcados hacia la oferta trasandina.
“La estabilidad económica necesita de una transición que también debe ser filosófica y cultural”, repitió Melconian, una y otra vez, en distintas partes de su exposición. Cabe preguntarnos si los actores del sistema frutícola del Valle están a la altura de estas exigencias. Una respuesta, casi en forma impulsiva, nos lleva a decir que sí lo están. Pero por favor permítanme decir que, en caso de que existan dudas, la actividad todavía tiene un tiempo prudencial para adaptarse a los nuevos escenarios que se avecinan.
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