Te mostramos cómo bandadas de cotorras destruyen una plantación de manzanas

El daño que están generando las bandadas de cotorras en toda la producción del valle de Río Negro y Neuquén, es realmente impresionante. En esta temporada, algunos especialistas, lo equiparan al que generaba hace unos años la carpocapsa en la región. "Es importante que los intendentes de los municipios de todo el Valle tengan en agenda estos problemas y apliquen medidas en conjunto para frenar esta plaga que está haciendo verdaderos desastres en toda la producción frutícola", confió el ingeniero agrónomo Enrique Calzona, asesor privado en la producción de la región del Valle, ante una consulta de +P.

En estas últimas semanas se observó como esta plaga en solo horas termina de dañar hectáreas enteras de manzanas, con frutos en pleno desarrollo. Muchos de ellos los terminan destrozando en la planta y otros tirados al pie de los frutales. Días atrás, un productor de Centenario, Neuquén, reflejó en un video el tremendo daño que generó una bandada de estas aves en su explotación.

Pero no solo los frutales de pepita (peras, manzanas y membrillos) son los dañados por esta plaga. Las almendras y otros frutos secos también están en la mira y ya en los últimos años este tipo de frutales sintió su rigor con enormes pérdidas en el sector.

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Plantaciones de almendros dañados por las cotorras pese a tener malla en gran parte de la superficie.

Según distintos especialistas, las cotorras en un inicio consumían preferentemente los frutos maduros, pero actualmente se observa que picotean la pulpa de la fruta en sus primeras semanas de crecimiento. También se alimentan de la semilla o pepa, y en época de floración consumen las yemas hinchadas y se llevan los brotes para armar los nidos.

A diferencia de otras especies de loros, las cotorras construyen sus nidos en diversos tipos de árboles y estructuras artificiales, como torres o galpones y suelen desplazarse entre 3 y 5 km desde el nido hasta los sitios de alimentación en primavera-verano y hasta 24 km en otoño-invierno.

Para algunos especialistas, la eliminación de nidos es un paso importante en el control de la plaga. Consiste básicamente en remover y quitar los nidos en época invernal. Al realizar esta acción, año a año, se reduce en un alto porcentaje la presencia de aves.

¿Cuándo y cómo se realiza esta práctica? Es fundamental hacerlo de manera continua, lo que garantiza el control y evita la reconstrucción de los nidos. Se realiza desde mayo hasta mediados de octubre, antes que nazcan los pichones, inclusive se pueden bajar con huevos. Las cotorras ponen entre cinco y ocho huevos por nidada, y la incubación dura aproximadamente veintiséis días. Los huevos se adaptan a cualquier tipo de clima. Las ventajas de esta práctica es que reduce la población, aunque no tiene una alta efectividad en su control.

Otra alternativa, algo más eficiente, es el uso de alicina para ahuyentar plagas y controlar insectos, cotorras y palomas en cultivos frutales, agrícolas y en huertas familiares. ¿Cuál es el momento y la forma de aplicación? Se aplica de forma foliar en cualquier momento, excepto cuando hay floración, ya que ahuyentaría polinizadores. Tampoco es recomendable su aplicación cerca del momento de la cosecha. Ventajas: es muy efectivo, aunque su efectividad dura entre 15 y 20 días.