guanacos

Dilema de la coexistencia: ¿guanacos vs. ovejas?

Los guanacos, una vez más, están en el centro de un debate. En el fondo de la cuestión, la pregunta clave es: ¿fauna autóctona vs. actividades productivas?

La creciente tensión entre la conservación de la fauna autóctona y las necesidades económicas plantea un desafío cada vez más vigente en distintas regiones del mundo, y Argentina no es la excepción. De hecho, por estos días en la Patagonia se está discutiendo si el guanaco es realmente un problema para la producción primaria, o no.

El debate se reabrió cuando la Subsecretaría de Ambiente habilitó a las provincias patagónicas a conformar programas de manejo y aprovechamiento de esta especie. ¿De qué estamos hablando? De la disposición 812/2024 que abre la puerta al manejo en silvestría con arreo, encierre, esquila y liberación; al encierre y faena (con o sin esquila); captura con fines comerciales; exportación de animales vivos; caza comercial; y también a la cría en cautiverio.

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La caza furtiva había provocado una disminución del 93% de guanacos en 20 años, aseguran desde WCS. Foto: WCS.

La caza furtiva había provocado una disminución del 93% de guanacos en 20 años, aseguran desde WCS. Foto: WCS.

El espectro es amplio y el objetivo, ambicioso. Desde Nación hablan de alcanzar un manejo sustentable del guanaco, que permita su aprovechamiento y que sea compatible con la conservación del ambiente y el desarrollo productivo.

Si la resolución reavivó un debate instaladísimo en el campo patagónico, un informe posterior del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) -dependiente del CONICET- aportó datos científicos. En el medio de tantos análisis, los productores.

Campo adentro

Los productores ovinos levantaron banderas de alertas en numerosas oportunidades. El mes pasado, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) alertó por las problemáticas derivadas de lo que califican como “superpoblación de guanacos” y aseguraron que se “afecta al equilibrio de toda la región”.

Desde CRA aseguran que, en los últimos años, la reproducción de guanacos en Chubut, Santa Cruz, Río Negro, Neuquén y Tierra del Fuego provocó que el número de ejemplares superara la barrera del millón. Frente a esta expansión, los productores rurales exigieron medidas destinadas a frenar la multiplicación de la especie nativa, debido a que la alta presencia de los mismos impactaron directamente sobre la producción y el ecosistema patagónico.

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Datos duros

Por su parte, el CENPAT comenzó el informe con un dato fuerte: “Antes de la introducción del ganado ovino, al menos 22 millones de guanacos habitaban la Patagonia en equilibrio con los pastizales. Las adaptaciones de las plantas de la estepa y las de estos animales indican una co-evolución de ambos”.

Las poblaciones de guanacos desaceleran su incremento poblacional cuando la densidad (cantidad) aumenta. Esto refuta la idea del crecimiento exponencial y descontrolado que se trata de instalar. De hecho, la especie regula su densidad según la disponibilidad de forraje, mediada por el comportamiento territorial característico de los grupos familiares. Esto permite, amortiguar la presión de pastoreo evitando la degradación de los pastizales por sobrepastoreo de guanacos, como se observa en monitoreos de largo plazo”, continúa.

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El CENPAT intervino en el debate con un informe detallado.

El CENPAT intervino en el debate con un informe detallado.

Y concluye con una afirmación contundente: “En todos los casos estudiados, cuando se reemplazó el pastoreo ovino por el de guanacos, se observó una recuperación de la vegetación hacia estados más conservados aún a densidades altas. Entonces, las densidades ajustadas a la disponibilidad de forraje y la ausencia de indicios de sobrepastoreo contradicen la idea de sobrepoblación”.

El informe del CENPAT no es el único que llega a esta conclusión. El reporte “La productividad primaria y la densidad local de animales covaría en una población de guanacos parcialmente migratoria”, liderado por Antonela Marozzi, va en el mismo sentido. De hecho, los dos estudios coinciden en que los herbívoros tienen mecanismos regulatorios de sus poblaciones según los recursos. El trabajo de Marozzi expone que los guanacos ajustan su densidad de población en función de la disponibilidad de forraje.

¿Responsable de la crisis ganadera?

Un tema frecuente en la discusión es atribuir cierta responsabilidad al guanaco de la crisis ganadera en Patagonia. De acuerdo a una investigación de la EEA Santa Cruz, el stock de ovejas disponibles disminuyó en un 32% en los últimos 20 años. En este sentido, indicaron que el promedio de ganado decreció de 10 a menos de 7 millones de cabezas.

En este punto, el reporte de CENPAT deja una pregunta clave en el aire: ¿cómo se culpa al guanaco después de tener 6 millones de ovejas un siglo? “La degradación ambiental, causa principal de esta crisis, es producto de más de un siglo de sobrepastoreo ovino resultante de un manejo deficiente del ganado”, aseguran los científicos de CENPAT.

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Los productores aseguran que hay una superpoblación de guanacos. Foto: WCS.

Los productores aseguran que hay una superpoblación de guanacos. Foto: WCS.

Según el reporte, la asignación de cargas se realizó basándose en la percepción o necesidades de los productores que sobreestimaron la receptividad de los campos, con una infraestructura y mano de obra mínima para grandes extensiones, lo cual agudizó aún más el problema.

“Estas prácticas, salvo excepciones, no se han modificado a lo largo del tiempo pese al desarrollo del conocimiento y tecnologías de manejo, por lo que la degradación de los pastizales continúa. Más del 90% de la superficie de la Patagonia extra-andina presenta algún grado de degradación y por este motivo la actividad ganadera se ha tornado inviable en algunas zonas”, explica el informe.

En este contexto, según los científicos, es fundamental destacar que, durante todo el periodo de declinación abrupta del stock ganadero patagónico, las poblaciones de guanacos estuvieron en sus mínimos históricos. Por lo que difícilmente pudieron influenciar dicha caída.

Debate abierto

Según el reporte, en cuanto a la competencia entre guanacos y ovinos, bajo condiciones de forraje limitante, el ganado desplaza a los guanacos. Esto resulta en una segregación donde estos últimos usan recursos que el ganado no es capaz de aprovechar (fondos de cuadro alejados de las aguadas, forraje en altura, plantas no consumidas por el ganado, entre otros) y/u ocupando sitios tan degradados que dejaron de ser aptos para la ganadería.

No tiene ningún fundamento pensar que el guanaco representa un riesgo para el ecosistema patagónico. Dicha especie, con una de las fibras más finas del mercado, se presenta como una oportunidad invaluable para diversificar las actividades productivas de la región, complementar una ganadería ovina sustentable y promover la recuperación de las áreas degradadas, en un contexto de cambio climático acelerado”, concluye el informe.

¿Se termina el debate con el análisis de CENPAT? Seguramente no. ¿La disposición de la Subsecretaría de Ambiente trae alivio al sector? Seguramente no tanto como se necesita. Parecen ser apenas nuevos capítulos de un debate abierto.

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