La carne porcina sigue corriendo detrás de la inflación
En comparación con el resto de las carnes existentes en el mercado, sus valores crecen a una tasa inferior. Diferencias de cotizaciones con los cortes vacunos.
Argentina se encuentra en una carrera inflacionaria difícil de detener y que marca valores extremos cada vez más altos, como el del aumento de la inflación recién conocido del mes de agosto del 12.4%, que da un acumulado del 124.4% en el último año.
De dicho aumento mensual el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas tuvo un incremento del 15.6%, siendo las carnes un gran impulsor del mismo. Durante agosto los cortes de carne vacuna subieron un promedio del 30.3%, el pollo entero un 22.3% y los cortes de carne porcina un 10.9% (la única carne por debajo de la inflación general y el incremento de los alimentos)
Cuando el análisis lo hacemos anualmente el promedio de la carne vacuna da 125.5%, el del pollo entero 129.7% y la carne porcina el 101.9% (nuevamente la única carne por debajo de la inflación general)
Observamos, que durante el mes de agosto, salvo el caso del matambre en el cual la diferencia es inferior al 10%, en el resto la carne porcina se encuentra entre un 38% y un 57% más barata que la carne vacuna. Con el valor de un kilo de asado se compran 1.6 kilos de pechito y con un kilo de paleta vacuna se compran más de 2.3 kilos de paleta de cerdo.
Podemos observar que en todos los casos los aumentos de los cortes porcinos son inferiores a sus similares vacunos. Es importante mencionar que la comparación es con los precios de agosto. En las dos primeras semanas de septiembre hemos visto una dificultad en la colocación de los cortes vacunos, que provocó una baja tanto en el animal en pie como en el valor de las medias reses. En el caso del cerdo se mantuvieron los valores con una pequeña alza, pero en el caso del pollo los precios han subido significativamente en los comercios de venta.
Finalmente, el que decide es el consumidor, que lleva y hasta cuánto gasta. En estudios anteriores hemos podido demostrar que del total del gasto en alimentos más del 30% se destinaba a las carnes, pero es posible que ese porcentaje esté en descenso a pesar que todos los rubros alimenticios han subido de forma muy importante.
Fuente: JLU Consultora
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