Sarna ovina: reducir errores para evitar propagación
La enfermedad está lejos de erradicarse y los expertos señalan que muchas veces su aparición está ligada a malas prácticas de productores.
La sarna común es una de las parasitosis que mayores daños causa en la producción ovina, por lo que para controlarla se recomienda realizar un tratamiento eficaz y reducir los errores comunes en el manejo de los animales para evitar su reaparición y propagación.
La enfermedad es producida por un ácaro denominado Psoroptesovis, y es altamente contagiosa. Se transmite principalmente por contacto directo con ovinos afectados, y por la presencia de ácaros vivos en la ropa del personal de campo, instalaciones, o maquinaria.
Sus consecuencias van ligadas a graves pérdidas económicas, debido a la disminución de la cantidad y calidad de lana, la mortandad de animales, la pérdida de peso, la pérdida de condición corporal, y los costos de tratamiento.
Aunque en las etapas iniciales de la infestación las lesiones son prácticamente indetectables, es importante prestar atención al comportamiento de los animales, que presentan una picazón intensa y rascado permanente, incluso contra postes y alambrados. Esto afecta severamente la calidad de la lana y del cuero, y en los casos más graves puede provocar la muerte del animal.
El manejo es clave
Los productos antisárnicos ovinos están oficialmente aprobados por SENASA, y pueden consultarse en la web oficial del organismo (https://www.argentina.gob.ar/senasa/antisarnicos-ovinos-aprobados).
Con respecto a las pautas de manejo sanitario hay que evitar los errores más habituales que promueven su propagación que son no prestar especial atención al momento del cálculo de las dosis, para lo cual es importante leer detalladamente el prospecto, donde se indica la dosis de acuerdo al peso del animal.
Además, se debe respetar el momento de repetir la aplicación. Luego de aplicar la primera dosis y ante la mejoría de las majadas, algunos establecimientos dejan de suministrar el antiparasitario o retrasan la aplicación de la segunda dosis. Teniendo en cuenta que ningún producto mata a los huevos de los ácaros, es muy importante respetar los intervalos de aplicación indicados, y completar los tratamientos.
Es necesario considerar que todos los animales que ingresan al establecimiento representan un riesgo de contagio para la majada, aunque no se observen síntomas o lesiones, pueden tener infestaciones recientes que aún no sean evidentes.
Por este motivo, todos los animales que ingresen deberán permanecer en cuarentena separados de la majada general durante al menos tres semanas, lo que permite examinarlos, observar signos de infestación y tratarlos si fuese necesario.
Se recomienda aprovechar los momentos donde los animales se reúnen (preservicio, señalada, vacunaciones, esquila) para revisar la majada al menos dos veces al año. Esto permite detectar la presencia de ácaros, así como también otros parásitos externos, como melófagos o piojos en los estadios iniciales de la infestación, por lo cual se podrá aplicar un tratamiento temprano.
También será importante realizar la desinfección de maquinaria, indumentaria y accesorios utilizados para la esquila y se aconseja coordinar la aplicación de los tratamientos en conjunto con productores vecinos.
Ante la detección o sospecha de sarna, es importante dar aviso inmediato al SENASA, a su veterinario y/o agencia de producción más cercana como a los productores linderos. Así se podrá evaluar estrategias de acción conjunta para evitar la diseminación de la enfermedad.
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