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China vs EE.UU.: tensión por tarifas sacude el comercio marítimo

La naviera estatal china denuncia medidas “discriminatorias” de EE.UU. en medio de un renovado enfrentamiento comercial entre Washington y Pekín.

En un nuevo episodio de las tensiones comerciales entre Estados Unidos (EE.UU.) y China, la empresa estatal China Ocean Shipping Company (Cosco Shipping), una de las mayores navieras del mundo, expresó su firme oposición a las recientes medidas anunciadas por la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), que contemplan la aplicación de tarifas a buques ligados al país asiático que operen en puertos estadounidenses.

La USTR detalló que los gravámenes entrarán en vigor en un plazo de 180 días, y se aplicarán una vez por cada viaje que realicen los navíos afectados, con un máximo de seis veces por año, en el marco de una investigación bajo la Sección 301 centrada en las industrias de logística marítima y construcción naval de China. Cosco Shipping calificó la medida como “discriminatoria” y alertó que “distorsiona la competencia leal e impide el funcionamiento normal de la industria naviera mundial”. En un comunicado difundido por la compañía, se señaló además que estas acciones amenazan el desarrollo sostenible del sector y “corren el riesgo de socavar la seguridad, la resiliencia y el funcionamiento ordenado de las cadenas industriales y de suministro globales”.

La compañía insistió en que continuará ofreciendo soluciones logísticas de alta calidad a sus clientes globales, destacando su compromiso con la integridad y el cumplimiento normativo. También llamó a sus clientes a mantenerse informados sobre las medidas específicas de protección que ofrecerán sus filiales en distintos mercados.

Un trasfondo de rivalidad geopolítica

El endurecimiento de la política comercial estadounidense contra empresas chinas se enmarca en una creciente rivalidad estratégica entre Washington y Pekín, que trasciende lo estrictamente económico. Desde la administración del expresidente Donald Trump y durante el gobierno de su sucesor, Joe Biden, EE.UU. ha mantenido una postura firme frente a lo que considera prácticas desleales por parte de China en sectores clave como la tecnología, la infraestructura portuaria y la industria marítima.

La medida anunciada por la USTR también coincide con esfuerzos más amplios del gobierno estadounidense para reducir la dependencia de productos y servicios estratégicos provenientes de China, especialmente en sectores vinculados a la defensa, la infraestructura crítica y la cadena de suministro global.

En ese sentido, el Departamento de Defensa de EE.UU. designó a tres filiales de Cosco Shipping como “compañías militares chinas”, basándose en lo que consideran parte de una estrategia de “fusión militar-civil” impulsada por el gobierno chino. Sin embargo, la empresa ha rechazado enfáticamente esta acusación, afirmando que ninguna de sus subsidiarias tiene vínculos con el aparato militar y que dicha clasificación no ha derivado en sanciones concretas ni ha afectado sus operaciones.

Reacción del sector industrial chino

La respuesta no se hizo esperar por parte de los astilleros y constructores navales de China, quienes criticaron con dureza las nuevas tarifas portuarias anunciadas por Estados Unidos, calificándolas de “poco perspicaces” y asegurando que generan una presión innecesaria sobre una industria ya golpeada por las interrupciones logísticas derivadas de la pandemia y los conflictos geopolíticos.

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La empresa estatal China Ocean Shipping Company (Cosco Shipping), una de las mayores navieras del mundo.

La empresa estatal China Ocean Shipping Company (Cosco Shipping), una de las mayores navieras del mundo.

China es actualmente el líder mundial en la producción de grúas portuarias y chasis para transporte de contenedores, productos que también podrían enfrentar nuevos aranceles de hasta el 100%, según lo adelantado por la USTR. Estos gravámenes serán discutidos en una audiencia pública prevista para el 19 de mayo, donde se evaluará su viabilidad y eventual implementación.

Analistas advierten que esta nueva ronda de medidas podría profundizar las tensiones comerciales entre las dos principales economías del mundo y desencadenar represalias. “Lo que estamos viendo es una continuación de la política de contención industrial que Estados Unidos viene aplicando desde 2018, con el foco puesto en sectores estratégicos donde China ha ganado ventaja competitiva”, señaló Mei Zhang, analista de relaciones internacionales del Instituto de Estudios Globales de Shanghái. “La respuesta de Pekín probablemente será proporcional y apuntará a sectores sensibles para la economía estadounidense”.

Desde Washington, la lectura es distinta. “El objetivo de estas tarifas no es castigar, sino nivelar el campo de juego”, dijo Thomas Berger, consultor del Atlantic Council en temas de comercio internacional. “China ha subsidiado durante años a sus campeones nacionales, afectando la competencia global. Esta es una forma de presionar por cambios estructurales”.

Riesgos para la economía global

Más allá del cruce de declaraciones, los expertos en logística y comercio internacional advierten que la situación podría tener efectos adversos sobre la economía mundial. “Cualquier interrupción en los flujos marítimos —especialmente los provenientes de China, que controla más del 90% de ciertos segmentos logísticos— puede generar cuellos de botella, encarecimiento del transporte y, en consecuencia, inflación en mercados sensibles como el estadounidense y el europeo”, advirtió Ana María Paredes, economista de la Universidad de Barcelona especializada en cadenas de suministro.

En un mundo que aún busca estabilizarse tras el impacto de la pandemia y en medio de crecientes conflictos regionales, la disputa entre EE.UU. y China no solo redefine el mapa comercial global, sino que pone a prueba la capacidad de ambas potencias para coexistir en un orden multipolar en construcción.

Fuente: Redacción +P con aportes de Portal Portuario y la Agencia AP.

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