Elecciones 2023

Internas en el oficialismo: el gobierno se desentiende de la crisis del país

El Gobierno está centrado en poner toda su líbido en las elecciones, en el reparto de poder futuro. Pero hay fuertes fricciones internas. Mientras tanto, la crisis social y económica no encuentran sus pisos.

Esta semana salió con fuerza a la superficie la puja que existe en el Gobierno nacional por mantener algo del poder que viene. Las urnas definirán cuanto.

Lejos de organizarse para llegar ordenados a las elecciones de las PASO en agosto, las peleas internas en el oficialismo se intensifican y los partidos que conforman la coalición cruzan acusaciones sobre la crítica situación económico y social que atraviesa hoy el país.

Cómo si en estos poco más de tres años y medio de gestión, quien comandó los destinos de la argentina hubiese sido la oposición. Nadie en el oficialismo quiere hacerse cargo del 140% de inflación proyectada para el cierre de este año, ni del 50% de pobreza que aturde a gran parte de la sociedad, ni tan siquiera de una economía arrasada por las enormes distorsiones y mala praxis aplicada por los distintos ministros que pasaron por esta cartera.

El relato sigue intacto, como si el complejo contexto social este en otro lugar, en otros tiempos. En un reciente comunicado del Partido Justicialista Bonaerense (PJB), que es parte de éste Gobierno y cuyo titular es el diputado Máximo Kirchner, señala con un fuerte convencimiento: “Tenemos la oportunidad única de poner a la Argentina en una senda de crecimiento económico y de inclusión social”, en alusión a las promesas de cara a las próximas elecciones. Después de mencionar el escenario en el que se encuentra sumergido el país, ¿Cómo se puede interpretar este mensaje?; cómo hipócrita, cínico o como una total ruptura con la realidad. El sentido común nos inclina por las dos primera alternativas.

Scioli, una barrera impensada

La cruda interna, que está esmerilando las posibilidades del oficialismo para las próximas elecciones, se centra principalmente en el territorio bonaerense, bastión clave para el kirchnerismo.

Los gobernadores, lejos de la pelea, observan a la espera de los resultados de esta puja. Una vez definida, ellos tomarán decisiones acorde al nuevo escenario que emerja de ella.

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Máximo Kirchner embistió duro contra Daniel Scioli y Alberto Fernández.

Máximo Kirchner embistió duro contra Daniel Scioli y Alberto Fernández.

La tozuda actitud del sector encabezado por el precandidato presidencial Daniel Scioli, complicó los planes de Cristina Kirchner en el reparto del poder. Casi de la nada, apareció alguien que no había sido invitado a la fiesta. El actual embajador argentino en Brasil no cedió espacios. Ni él ni su candidata a la gobernación por la Provincia de Buenos Aires, la hoy ministra nacional Victoria Tolosa Paz. Ambos son respaldados por el presidente Alberto Fernández.

La semana estuvo marcada por fuertes acusaciones entre la facción alineada con la vicepresidenta de la Nación y los sectores vinculados con el titular del Ejecutivo. Todo estaba centrado en los porcentajes sobre los que se reparten los cargos en las listas: como siempre, temas muy alejados de la gente. Ese porcentaje quería ser utilizado por Cristina Fernández para bloquear la candidatura de Daniel Scioli, aunque el embajador avisó que se iba a presentar en las elecciones de agosto como alternativa dentro del flamante “Unión por la Patria”, aunque necesite el 40% de los votos para ello.

La posibilidad de llevar la discusión al terreno judicial profundizó el malestar en el círculo de Máximo y Cristina. Sabiendo que enfrentaban una derrota en la Justicia, desde el PJB se anunció, a través de un comunicado, la decisión de “dar por concluida la discusión” frente a “la posibilidad de que dicho sector (Fernández-Scioli-Tolosa Paz) abriera las puertas a la intromisión judicial”. En el escrito destacan la decisión de “aceptar la propuesta” realizada por Scioli de fijar “un piso de 30% para la integración de las listas”.

“Teniendo en cuenta que quien mayor consenso genera hacia adentro y fuera del peronismo se encuentra proscripta por decisión del Partido Judicial, y la reciente intervención de la Corte Suprema de Justicia en los procesos electorales de San Juan y Tucumán, hemos decido aceptar la propuesta hecha por el sector encabezado por Daniel Osvaldo Scioli y Alberto Ángel Fernández”, indicó el escrito del PJB. “Ojalá hubieran puesto la misma dedicación y esfuerzo en recuperar el poder adquisitivo de ciudadanos y ciudadanas”, expresó el duro comunicado, intentando despegarse de lo actuado en la gestión del binomio Fernández-Fernández. Cinismo en su estado más puro.

Inflación de mayo

El miércoles el INDEC difundió la inflación del mes pasado: registró un alza mensual de 7,8%, y acumuló una variación de 42,2% en lo que de 2023. En la comparación interanual, el incremento alcanzó el 114,2%.

Con estos indicadores no hay mucho que festejar. Internamente, en el Gobierno, lo hicieron porque esperaban, hasta la semana pasada, una inflación en torno al 9%. Pero desde el entorno presidencial dieron la orden de que nadie hable del tema. En este punto, no pocos eran los que esperaban que la portavoz de la presidencia, Gabriela Cerruti, comente, en sus tradicionales conferencias de prensa, que la inflación “está desacelerándose”, buscando así dar alguna buena noticia que cambie el ánimo de la sociedad. Pero esto no sucedió. Primó el sentido común.

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El ministro Massa no logra resultados en el frente económico y se alejan sus posibilidades de liderar una fórmula presidencial.

El ministro Massa no logra resultados en el frente económico y se alejan sus posibilidades de liderar una fórmula presidencial.

Distintas consultoras privadas señalan que, tomando en cuenta la inercia que llevan los indicadores, la inflación para todo el 2023 podría terminar arriba del 140% anual.

El dato es inquietante. El primer impactó de esta suba en el índice de precios se sentirá en los niveles de pobreza; es difícil predecir cuanto más alcanzará, pero de lo que sí se está seguro es que seguirá creciendo.

Y mientras continúan apareciendo señales cada vez más preocupantes en los frentes sociales y económicos, la política se mantiene centrada en el reparo de los cargos. La desconexión que sigue intacta.

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