Cristina Fernández de Kirchner

La "Quinta Columna" se instaló dentro del oficialismo

Sigue la resistencia de algunos sectores de Unión por la Patria al nombramiento de Sergio Massa como candidato a presidente. "La Cámpora" no accedió esta semana a sacarse una foto con el flamante ministro, una señal de apoyo pedida por Cristina Fernández. Temor en las filas del Gobierno por la fuga del voto progresista.

“Será nuestro próximo presidente el que resolverá los problemas que heredará del actual ministro de Economía”, comentaba esta semana, sin ningún tipo de pudor, un militante oficialista ante un grupo de seguidores, en una unidad básica ubicada en la localidad de Lanús, sur del conurbano bonaerense.

La frase no es más que el reflejo de un relato, ya desgastado, que intenta aplacar las contradicciones existentes en Unión por la Patria. Es un ejemplo de los tantos que se pueden encontrar en estos días, en boca de los dirigentes del joven partido, buscando justificar las decisiones de una dirigencia alejada de las demandas de sus seguidores.

El acuerdo sellado por la cúpula del oficialismo terminó colocando días atrás a Sergio Massa como el candidato de la unidad. Las heridas de la militancia tras esta decisión no han cicatrizado. Pero como comentó un arraigado Justicialista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a este medio: sólo es una cuestión de tiempo. “Los chicos necesitan más tiempo para comprender las decisiones trascendentes del partido”. Gran parte del oficialismo apuesta a ello, porque el objetivo “es llegar a las elecciones de agosto con la mayor cantidad posible de la tropa adentro de la bolsa”. Massa también trabaja para moldear este escenario. De ahí su falso abrazo con el embajador Daniel Scioli esta semana, buscando mostrar concordancia dentro del partido.

A quienes todavía no logra convencer para la foto de la unidad, es a los jóvenes (que ya no lo son tanto) de “La Cámpora”. Cristina Fernández conversó esta semana con su hijo Máximo, líder de la agrupación, para que alguno de ellos -no era necesario inmolar a un dirigente de primera línea- se acerque al Ministerio de Economía a “discutir” las políticas que se aplicarán, a partir de diciembre, con un nuevo gobierno peronista en la Casa Rosada.

Pero ni siquiera la vicepresidenta, que tiene una ascendencia muy fuerte sobre esta hermandad política, pudo convencerlos de la necesidad de contar con esa foto. La dirigencia de “La Cámpora”, consideró este pedido como inaceptable. El argumento fue que, el actual ministro y frustrado candidato Eduardo “Wado” de Pedro, ya había participado el miércoles de la reunión de Gabinete e incluso se unió al aplauso que recibió de todos los funcionarios, al momento que Massa ingresó al Salón Eva Perón de la Casa Rosada, como la persona elegida por el pueblo.

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La incómoda posición de Wado de Pedro, luego de recibir a Massa -junto con todo el Gabinete- como el candidato de la unidad.

La incómoda posición de Wado de Pedro, luego de recibir a Massa -junto con todo el Gabinete- como el candidato de la unidad.

Es definitiva, nada está cerrado todavía. Y menos la unidad del oficialismo.

El temor del actual titular de Economía es la migración de votos que pueda existir del sector progresista y pseudo izquierdista que hoy está contenido dentro de Unión por la Patria. Nos son pocos los que arriesgan que se estaría gestando una “Quinta Columna” en el interior del partido que, a último momento, modifique la intención de voto hacia personalidades con las que se sientan más representados algunos sectores del oficialismo. “Puede ser, pero eso no arrastra más del 5% del caudal de seguidores que hoy se encolumna detrás de Sergio Massa”, aseguró el viernes, con un alto grado de optimismo, una fuente allegada al ministro.

¿Quién lideraría la “Quinta columna”?

Mientras tanto, con un Alberto Fernández totalmente ajeno de su rol de presidente, Cristina Fernández intenta recuperar centralidad tras los límites que le impuso el partido y avanza en su objetivo de recomponer poder.

No son pocos los que dudan de la honestidad ideológica de la vicepresidenta, al formalizar su apoyo al candidato de derecha Sergio Massa. Tampoco lo son, aquellos que aseguran que es ella misma la que lidera la “Quinta Columna” dentro de Unión por la Patria.

Pero hagamos algo de historia para entender el significado de estas palabras. La expresión se le atribuye al general español Emilio Mola, mano derecha de Francisco Franco durante la Guerra Civil, y se refería a la ofensiva del ejercito para conquistar Madrid. Cuatro columnas armadas iban a llegar por distintas vías al capital y, una quinta, estaba formada por simpatizantes del Franquismo, dentro de la misma ciudad, que trabajaban clandestinamente en pos de la victoria del bando golpista.

Llevado este contexto a la realidad argentina -si bien en la historia nada se repite en forma lineal- el candidato del oficialismo no descarta la presencia de funcionarios y/o sectores políticos que hoy a regañadientes aceptan su candidatura, pero a la hora de votar no sean leales a las consignas emitidas, y deriven su boleta hacia otra agrupación política.

No es algo que está comprobado; es solo un rumor que corre por los pasillos de la Casa Rosada y algunos ministerios en manos de militantes que no fueron tenidos en cuenta a la hora de las negociaciones que definieron el candidato de unidad. Pero también hay que decir que este escenario no es ajeno a la lógica del peronismo: la traición, es una conducta ya asumida dentro del juego que hace décadas ejecuta el partido. No hay que ir muy lejos con los archivos para saber que piensa Sergio Massa del Kirchnerismo; o lo que, en su intimidad, siente el compañero de fórmula, Agustín Rossi, sobre el actual ministro de Economía; y ni hablar de las barbaridades vertidas por Cristina Fernández contra el hoy candidato del oficialismo. En fin, sobran los ejemplos que muestran que, en Unidos por la Patria, todo pende de un hilo muy fino. Que hay muchas tensiones controladas y que el factor “traición” se contempla en cada movimiento que hoy ejecuta el candidato del oficialismo.

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Otra puesta en escena. Los candidatos esta semana ingresando a la Casa Rosada, siendo recibidos por el presidente Alberto Fernández.

Otra puesta en escena. Los candidatos esta semana ingresando a la Casa Rosada, siendo recibidos por el presidente Alberto Fernández.

¿Por qué Cristina Fernández y sus seguidores apostarían a una derrota de Sergio Massa en las elecciones? Por el temor que existe a la traición. Nada les garantiza que, si asume como presidente Sergio Massa, use la lapicera para ejecutar lo que en su fuero íntimo piensa: sacar definitivamente de la política al kirchnerismo.

Por otra parte, desde “La Cámpora” aseguran que la estrategia de correr a Wado de Pedro de la candidatura fue una jugada de Cristina Fernández sabiendo de antemano que se perderá las próximas elecciones. “Soldado que huye sirve para otra batalla”, ironizaban desde este sector del Gobierno. Pero no todos comparten esta teoría. Para la mayor parte del oficialismo, la retirada del ministro del Interior fue una dura derrota política para la vicepresidenta.

Quedan solo un par de semanas para que se dirima la primera parte de las elecciones, con los candidatos de cada partido sobre la arena. Está claro que Massa ganará la interna de Unión por la Patria y, hasta aseguran -los más optimistas- que liderará el resultado de las PASO inclusive sobrepasando en votos a la suma de los dos candidatos más importantes de Juntos por el Cambio que pelean por un lugar en octubre: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.

Y esta es la segunda gran apuesta del candidato oficialista: la ruptura, en los hechos, de la coalición opositora. Que parte del voto, que no se sienta representado tras la derrota de una de las facciones de Frente por el Cambio en las PASO, se redireccione en octubre hacia su persona. Como contraprestación: Massa ofrecerá algunos cargos y, por lo bajo, algo que está presente en sus deseos: excluir al kirchnerismo de la vida política del país.

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