La crisis de las cervecerías artesanales en Alemania: el caso de Lang-Bräu
Lang-Bräu, cervecería bávara de 172 años, cierra por problemas financieros y cambios en hábitos de consumo de jóvenes, tras sobrevivir guerras y el Telón de Acero.
La histórica cervecería Lang-Bräu, ubicada en el norte de Baviera y con 172 años de antigüedad, ha sobrevivido a dos guerras mundiales y al colapso del Telón de Acero. Sin embargo, la emblemática fábrica, situada a menos de media hora de las antiguas fronteras de Alemania Oriental, cerrará sus puertas debido a problemas financieros derivados de los cambios en los hábitos de consumo de los jóvenes y las crecientes presiones económicas.
En los últimos años, Lang-Bräu ha enfrentado un aumento significativo en los costos operativos. El verano pasado, los propietarios tomaron la difícil decisión de cesar operaciones, ya que la renovación de los equipos requería una inversión de 12 millones de euros, una suma inalcanzable para la empresa familiar.
"Las cervecerías pueden soportar muchas dificultades, pero cuando las ventas caen y los costos siguen aumentando, no queda margen para planificar a largo plazo", explicó Richard Hope, director de la empresa, quien ahora supervisa el proceso de cierre.
Cambios culturales y caída del consumo
Lang-Bräu es un reflejo de los desafíos que enfrentan cientos de cervecerías alemanas. La inflación, el aumento de los precios de la energía y la disminución del consumo de cerveza han generado una crisis en la industria. Además, los gustos de las nuevas generaciones están transformando el panorama. La Generación Z, nacida entre 1997 y 2012, muestra una menor inclinación hacia el consumo de alcohol, optando por bebidas sin alcohol o considerando la cerveza como una experiencia ocasional, incluso de lujo.
En Alemania, el consumo de cerveza per cápita ha disminuido drásticamente, pasando de 126 litros en 2000 a 88 litros en 2025. Según la oficina de estadísticas alemana, la producción de cerveza cayó un 6,3% en la primera mitad de 2025, alcanzando su nivel más bajo en décadas.
Holger Eichle, presidente de la Asociación Alemana de Cerveceros, señaló: "Es una situación preocupante. Incluso las cervecerías con siglos de historia podrían tener que cerrar si las condiciones no mejoran".
Tendencias globales y el auge de la cerveza sin alcohol
La reducción del consumo de alcohol no es exclusiva de Alemania. En Europa y Estados Unidos, los jóvenes están adoptando estilos de vida más saludables, influenciados por la conciencia sobre los efectos negativos del alcohol y su alto contenido calórico. "Nuestra generación sabe que el alcohol es perjudicial para el cuerpo", afirmó Carla Schäubler, estudiante alemana.
Aunque Alemania produce más de 800 tipos de cerveza sin alcohol, cuya producción casi se ha duplicado en la última década, esta tendencia no ha sido suficiente para contrarrestar la caída general del consumo. Las cervecerías están diversificando su oferta con bebidas más ligeras, como cervezas mezcladas con gaseosas (Radler) o bebidas frutales, y promoviendo activamente las cervezas sin alcohol, incluso en eventos tradicionales como el Oktoberfest.
Desafíos para las cervecerías pequeñas
Grandes cervecerías como Krombacher han adaptado su producción para incluir cervezas sin alcohol, utilizando procesos industriales que eliminan el alcohol tras la fermentación. Sin embargo, este método requiere equipos costosos, con un valor aproximado de un millón de euros, lo que resulta inviable para pequeñas cervecerías como Lang-Bräu. Estas optan por detener la fermentación tempranamente, lo que produce una bebida más dulce y menos fiel al sabor tradicional.
"El mercado de cervezas sin alcohol está saturado, y las pequeñas cervecerías luchan por competir con las grandes marcas que tienen mayor capacidad de producción y distribución", explicó Thomas Becker, profesor de la Universidad de Múnich.
El fin de una era para Lang-Bräu
Lang-Bräu nunca incursionó en la producción de cervezas sin alcohol, y Richard Hope cree que, de haberlo hecho, no habría marcado una diferencia significativa. La combinación de la caída en las ventas, los altos costos y la incapacidad de adaptarse a las nuevas tendencias ha sellado el destino de esta cervecería histórica.
El cierre de Lang-Bräu es parte de una ola más amplia: entre 2023 y 2024, 52 cervecerías cerraron en Alemania, el mayor descenso en tres décadas. Mientras la industria cervecera alemana, anclada en una tradición de 500 años, lucha por adaptarse, el futuro parece estar en la innovación y en la redefinición del consumo de cerveza para las nuevas generaciones.
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