Patagonia

Mecanización en la cosecha: Neuquén lidera la vitivinicultura con un modelo eficiente

Con 85% de cosecha mecánica, Neuquén parece redefinir el negocio del vino.

La vitivinicultura de Neuquén emerge como un modelo de modernización y eficiencia gracias a su alto grado de mecanización en la cosecha, muy superior al promedio nacional. Esta práctica no solo responde a las características de sus viñedos, mayormente diseñados para facilitar la maquinaria, sino que también ofrece beneficios económicos sustanciales y una planificación flexible.

Las estadísticas son contundentes. En 2023, el 82,8% de la producción de uva en Neuquén se cosechó mecánicamente, ascendiendo a 85,3% en 2024 (66.881 quintales mecánicos de 78.377 quintales totales). Las proyecciones para 2025 indican un impresionante 95,5%. Esta provincia se posiciona como la segunda con mayor mecanización en Argentina, solo superada por La Pampa.

De acuerdo a informes del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el departamento de Añelo lidera con un 86,1% en 2024 y 83,6% en 2023, mientras que Confluencia registra 62,3% en 2024 y 61,4% en 2023. Este liderazgo contrasta fuertemente con el promedio nacional, que en 2024 fue solo del 21%. Incluso provincias tradicionales como Mendoza y San Juan muestran tasas mucho más bajas (20,8% y 20,2% respectivamente), debido a la predominancia de viñedos antiguos no adaptados a la maquinaria.

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Claves y ventajas

La eficiencia y la reducción de costos son ventajas clave de este enfoque. La cosecha mecánica es más rápida, permite operar las 24 horas del día y ajustar los tiempos de recolección. Económicamente, en 2025, se proyecta que el costo por hectárea para uvas comunes es un 7% más barato que la cosecha manual, a pesar de un aumento interanual del 34% en los costos para uvas tintas.

Esta tecnología también facilita el acceso a la modernización para pequeños productores a través de cooperativas, que representaron el 22% de la cosecha nacional en 2025. Además, contribuye a la calidad del vino al minimizar el tiempo de exposición y los daños manuales, resultando en vinos con alta concentración de color y acidez marcada. La compatibilidad con la producción orgánica, que representó el 2,8% en 2024, subraya su versatilidad.

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El diseño moderno de los viñedos neuquinos, con sistematización del riego, es un factor determinante para el éxito de la mecanización. La provincia ha experimentado un crecimiento sostenido en vitivinicultura, con un aumento del 901% en hectáreas cultivadas entre 2000 y 2023. En 2023, la superficie de vid de Neuquén era de 1.792 hectáreas, el 48,2% del total patagónico.

Es notable el tamaño medio de los viñedos en Neuquén, de 18,5 hectáreas, significativamente mayor que el promedio nacional (8,9 ha) y regional (9,2 ha), con Añelo, destacándose con 39,5 ha. Este factor es crucial para la rentabilidad de la maquinaria. Además, el 99,8% de las uvas neuquinas son aptas para elaboración de vino, con un 85% de uvas tintas, siendo Malbec (37%) la variedad dominante.

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Aunque la inversión inicial en maquinaria y la adaptación de viñedos antiguos representan desafíos, la mecanización en Neuquén demostró ser una estrategia efectiva para mitigar los costos laborales y consolidar el liderazgo de la provincia en la vitivinicultura patagónica. A pesar de una disminución de casi 300 hectáreas en la superficie cultivada en 2024 en Neuquén, la producción total de uva creció un 13,9% entre 2023 y 2024, con un enfoque en variedades finas.

Este modelo de modernización no solo impulsa la eficiencia y la calidad, sino que también posiciona a Neuquén como un referente de la sostenibilidad económica en el sector vitivinícola argentino. Para datos más actualizados, se recomienda consultar los informes del INV.

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