México impulsa su cultura del vino y rompe récords de consumo
El mercado del vino en México podría superar los 6.600 millones para 2030, impulsado por el enoturismo, el comercio digital y una mayor apreciación por los vinos nacionales e importados.
Entre 2015 y 2024, el consumo de vino en México ha crecido de manera sostenida, pasando de menos de un litro per cápita anual a aproximadamente 1,3 litros, según datos de Vinetur. Aunque esta cifra es menor en comparación con países como España o Francia, representa un crecimiento acumulado de más del 500% en dos décadas.
Los factores clave que incluyen son: Mayor cultura del vino: Los mexicanos están adoptando el vino como parte de su estilo de vida; enoturismo: Regiones como Baja California, Querétaro y Guanajuato atraen a miles de visitantes con catas, recorridos y experiencias gastronómicas; y los canales de venta modernos: El comercio electrónico y las tiendas especializadas han ampliado el acceso al vino.
En 2024, el mercado alcanzó un valor de 4.381,2 millones de dólares, con proyecciones que estiman un crecimiento hasta 6.660,8 millones en 2030, a una tasa anual compuesta de entre 3,8% y 7,5%. Sin embargo, este crecimiento podría verse afectado por variables como la inflación, la carga fiscal (como el IEPS) y la competencia de vinos importados.
Producción e importaciones: Un mercado diverso
El 30-34% del consumo de vino en México proviene de la producción nacional, mientras que el resto se cubre con importaciones. Baja California lidera la producción con un 70% del total, aunque regiones emergentes como Coahuila, Querétaro y Guanajuato ganan relevancia. Las variedades más cultivadas incluyen Cabernet Sauvignon, Merlot, Chardonnay, Tempranillo, Nebbiolo y Chenin Blanc.
En el mercado de importaciones, España y Chile dominan en volumen, ofreciendo precios competitivos (Chile llegó a vender por debajo de 2,5 dólares por litro en formatos como Bag-in-Box). Francia, por su parte, lidera el segmento premium, con precios promedio superiores a 21 dólares por litro, especialmente en vinos espumosos.
Exportaciones mexicanas, un sector en desarrollo
Aunque las exportaciones de vino mexicano son modestas, alcanzaron 9,94 millones de dólares en 2023, con Estados Unidos como principal destino (63% del total).
Otros mercados incluyen Japón, Ghana, Francia y Costa Rica. Los vinos espumosos, especialmente de Querétaro y Baja California, están ganando terreno en mercados como Japón.
Perfil del consumidor y tendencias de consumo
El consumidor de vino en México es mayoritariamente de nivel socioeconómico medio-alto, menor de 45 años y vive en grandes ciudades como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Los vinos tintos son los más populares, seguidos por blancos, espumosos y rosados, estos últimos con un crecimiento notable entre los más jóvenes.
Los principales canales de venta son: Minoristas: Supermercados y tiendas especializadas como La Europea, Vinoteca y La Castellana; E-commerce: Creció durante la pandemia y sigue en expansión; y HORECA: Hoteles, restaurantes y cafeterías son clave para promover vinos premium.
El auge del enoturismo y la producción local
En 2023, México contaba con más de 400 bodegas, un aumento significativo desde las 120 de 2015. Grandes productores como L.A. Cetto, Monte Xanic y Casa Madero lideran el mercado, mientras que pequeñas y medianas bodegas diversifican la oferta. La producción alcanzó 195.000 hectolitros en 2023, según el Consejo Mexicano Vitivinícola.
El enoturismo se ha convertido en un pilar para muchas bodegas, que ofrecen catas, recorridos, restaurantes y hospedaje, especialmente en Baja California, que combina vino con experiencias gastronómicas y culturales.
Desafíos y oportunidades del sector
A pesar de su crecimiento, el sector vinícola mexicano enfrenta retos como: Dependencia de importaciones: Tanto de insumos como de vinos terminados; carga fiscal: Impuestos como el IEPS afectan los márgenes; competitividad: La escasez de agua y la volatilidad del tipo de cambio son limitantes.
Sin embargo, las oportunidades son claras: el aumento de la demanda interna, la profesionalización del sector y la diversificación de la oferta pueden consolidar a México como un actor relevante en el mercado global del vino.
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