Tendencia preocupante

¿Por qué caen las exportaciones argentinas de vinos?

En los primeros siete meses del año se desplomaron 29%. A diferencia de lo que ocurre en el resto de los países, donde los ingresos por exportación crecen, aquí siguen bajando. "Nos falta una política exportadora sostenida en el tiempo, de largo plazo", confió Milton Kuret, Director ejecutivo de Bodegas de Argentina, ante la lectura de las frías estadísticas.

Las exportaciones argentinas de vinos alcanzaron durante julio los 16,9 millones de litros (169.891 hectolitros), volumen que representa una caída del 9% en términos interanuales. Así lo refleja un reciente informe elaborado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) en el que se remarca que, en los siete primeros meses de 2023, los números muestran una tendencia preocupante: se exportaron unos 112,5 millones de litros, un 29 % menos que el mismo período del año anterior. En el informe se observa una leve recuperación en julio, del orden del 13%, cuando se la compara con junio, pero la curva de los últimos años sigue reflejando una pendiente negativa.

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A nivel mundial se observa este mismo escenario, sin embargo la caída de ventas en términos interanuales es mucho menor. Es más, en el mundo las exportaciones caen pero los niveles de facturación suben.

En nuestro país se observan que tanto en volumen como en valores los números están en rojo. En estos primeros siete meses del año, las exportaciones argentinas de vinos totalizaron los 393,8 millones de dólares, cifra que refleja una retracción del 18% cuando se la compara con el mismo período de 2022, con un dato a tener en cuenta: el precio promedio de venta FOB fue de 3,5 dólares/litro, mostrando un crecimiento del 15% interanual.

Sobre este punto hay que señalar que el fraccionado tuvo una cotización promedio -en estos primeros siete meses del año- de 4,20 dólares/litro (+9,5%) y el granel a 1,01 dólar/litro (+22,3%). Frente a este complejo escenario que se observa en el mercado, +P consultó a Milton Kuret, Director ejecutivo de Bodegas de Argentina. El ejecutivo dio varias pautas sobre el escenario que está atravesando la actividad y las causas por las que las exportaciones no levantan cabeza.

A continuación, parte de la conversación mantenida con el entrevistado.

-¿Por qué no se recuperan las exportaciones de vinos?

-Diría que hay tres razones fundamentales.

1. Por un lado hay una caída en las exportaciones de vinos de todos los países productores. A excepción de Nueva Zelanda, el resto de los países del viejo y del nuevo mundo han disminuido los volúmenes de sus exportaciones e incrementado su facturación. La disminución del volumen es menor en los países europeos.

2. En el caso particular de Argentina, tenemos un problema de falta de competitividad de nuestros productos. Fuerte incrementos de costos en el primer semestre por encima de la variación del tipo de cambio. Fundamentalmente de materia prima. Dada la escasez por heladas, incrementaron su precio entre un 200% y un 300%. Los mercados son muy competitivos y tenemos segmentos donde los márgenes se han reducido drásticamente. En algunos casos, las empresas prefieren no comercializarlos. En general, los costos han crecido por encima de la posibilidad de trasladarlos a precios.

3. Por otra parte, somos un sector exportador de productos de alto valor agregado. Debemos pagar a nuestros clientes y proveedores de servicios sus honorarios, comisiones, acciones de promoción y publicidad, servicios de marcas, etc. La falta de pagos generada por las demoras en aprobar las SIRASEs (N. d E.: Sistema de Importaciones de la República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior a través del cual se tramitan los permisos para importar) y concretar los pagos, interfiere en la relación con los clientes.

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Milton Kuret:

Milton Kuret: "Tenemos un problema de falta de competitividad de nuestros productos".

-¿Ayuda esta última devaluación para impulsar las ventas externas?

-Debemos recalcular. Si los costos suben a la misma velocidad que esta devaluación, no hay beneficio alguno. Por ejemplo, ya se está aplicando el impuesto PAIS del 7.5% a todas las importaciones de insumos componentes de nuestros productos, a pesar de la expresa excepción que indica el decreto que lo generó. Los proveedores de insumos comunicaron de inmediato incrementos de ese orden en sus precios. Los mismo está sucediendo ahora con la devaluación post elecciones. Debemos esperar a que se equilibren un poco esas variables para tener mayor claridad.

-¿Qué es lo que le falta al sector para volver a crecer en su comercio externo?

-Nos falta una política exportadora sostenida en el tiempo, de largo plazo. Los países que así lo hacen, por ejemplo, no les hacen tributar retenciones a sus exportadores. Si bien se han anunciado su eliminación para las Economías Regionales a partir del 1 de setiembre, aún no está la norma efectiva comunicada. Necesitamos fluidez de pagos con el exterior, tanto para importar insumos como para pagar servicios a los clientes. Además necesitamos apoyo estatal en la promoción del vino en el mundo y la marca país. Nuestros competidores reciben fuertes sumas de dinero de sus gobiernos para insertarse en el mundo y aumentar las exportaciones. En lo que hace a la logística, somos un país alejado de los centros de consumo más importantes del mundo. Necesitamos mantener un flujo de fletes internacionales y puertos muy ágiles para ser más competitivos.

-¿Cómo estamos en términos de competitividad con los países de la región?

-En el mundo, competimos por la calidad de nuestros productos y el nivel de servicios que los acompañan. En el primero aspecto, estamos en los niveles internacionales, en los segundos tenemos oportunidades de mejora. Mejorar nuestros costos, nos hará más competitivos. Si repasamos nuestra cadena de valor, debemos aumentar nuestra productividad desde los viñedos hasta la entrega a nuestros clientes.

-¿En el sector primario?

-Para el caso de los viñedos, más producción por hectárea y mayor tecnificación de los trabajos culturales, son la clave. A ellos debemos sumar la automatización del riego, que nos hace más eficientes en el uso del agua y la mano de obra requerida para llevarlo adelante.

-¿La industria?

-Para los procesos de elaboración de vinos y embotellado, existen nuevas tecnologías que ayudan a mejorar la productividad de estos procesos y de a poco se van incorporando en nuestras empresas. En todos los casos, inversión, gestión y recursos humanos, son los caminos necesarios para mejorar la productividad y competitividad. A lo anterior necesitamos la ayuda del estado alivianando las cargas fiscales y promoviendo acuerdos bilaterales con los mercados de interés. En promedio pagamos un 5% de de derechos para ingresar a mercados donde nuestros competidores pagan cero.

-¿A qué se debe la caída en el consumo de vino a nivel internacional?

-Son tendencias de consumo que van variando con el tiempo, las generaciones, preferencias, entre otros puntos. Lo importante es estar atentos a esos cambios y tener la capacidad de reacción necesaria para satisfacerlos.

-¿Cómo se está adaptando el sector para sortear este inconveniente?

-Venimos trabajando pero debemos profundizar y acelerar los cambios. Desde los aspectos legales hasta los productivos. Adaptar nuestras normas a estos nuevos productos e incorporar la tecnología necesaria para hacerlos. Productos orgánicos, con menos graduación alcohólica, frutados, con y sin gas, productos listos para beberse en diferentes ocasiones de consumo e incluso las nuevas tendencias en envases no tradicionales, representan las demandas de los nuevos consumidores.

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