Acción de restauración con 56 cipreses con genética local
En el sitio no se observa regeneración natural de la especie, situación que motivó a realizar una estrategia de conservación in situ mediante una regeneración asistida. La plantación se llevó adelante con árboles producidos con semilla de la propia población, que cosechó el INTA Bariloche en 2002.
maspEl objetivo principal es iniciar procesos de restauración de áreas degradadas de bosque nativo, teniendo en cuenta el ecosistema de referencia al cual se pretende llegar. Se dará por lograda la restauración del bosque degradado cuando se haya recuperado la estructura y funcionalidad del ecosistema.
Se trata de una acción enmarcada en el “Plan de Restauración de Áreas Degradadas”, Ley Nacional 26.331 y Ley Provincial 2.780 de Protección de Bosques Nativos, pero también de un trabajo dedicado que llevan adelante técnicos de diferentes organismos.
En la tarea, confluyeron profesionales de la Dirección General de Recursos Forestales de la Subsecretaría de Producción de la provincia y de INTA Bariloche. Coordinadamente plantaron 56 (pequeñísimos) cipreses de genética local en el área de Riscos Bayos, ubicado en cercanías a la localidad de Loncopué.
En el marco del “Plan de Restauración de Áreas Degradadas” y financiado con la ley de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos, se buscó contribuir a la conservación de los recursos genéticos de una población de ciprés de la cordillera de carácter relictual, con un acervo genético muy particular.
“Recurrimos a INTA Bariloche porque supimos que disponían de un banco de semillas de ciprés de la cordillera del sitio de Riscos Bayos cosechadas en 2002", contó la técnica Eva Ceballos, de la subsecretaría de Producción de Neuquén.
“Dado el uso ganadero del predio privado, el ingreso de animales domésticos de pobladores vecinos y la presencia de liebres y ciervos silvestres, se decidió establecer una clausura de 5.500 m2 con alambre tejido, adyacente al bosque de cipreses para no interferir en el desarrollo de procesos naturales en la propia población”, agregó.
56 pequeños cipreses
Ceballos detalló que “se llevó adelante la plantación de 56 pequeños cipreses dentro de la clausura y se aprovecharon matas de espino negro, palo piche y coirón para proteger los plantines, que fueron plantados del lado sur de las mismas que es un efecto facilitador de plantas nodrizas. Para finalizar la tarea, se aplicó un riego de asiento de aproximadamente dos litros de agua por planta”.
El técnico de INTA Bariloche, Mario Pastorino, sumó que “la buena preservación de estas semillas permitió germinarlas en 2021 y luego se criaron los plantines por tres años en el vivero experimental del organismo”.
El drama de la deforestación
Los recursos naturales provenientes de los bosques nativos argentinos no son ajenos al proceso global de deforestación y degradación desarrollado durante el último siglo. Para paliar esta situación, se trabaja en una “Restauración Ecológica” con trabajos planificados para permitir la recuperación de la funcionalidad y la capacidad productiva de los ecosistemas boscosos.
En el caso de los bosques patagónicos, la degradación está típicamente asociada a los sistemas ganaderos no sostenibles, es decir al pastoreo descontrolado dentro del bosque.
En los departamentos Aluminé y Loncopué, una importante superficie de los bosques nativos se encuentra alteradas por una excesiva extracción de madera, leña y semillas de araucaria, sobrepastoreo, pisoteo del ganado (caprino, ovino y bovino) y la existencia de incendios.
Se han observado cambios de cobertura, pérdidas de biomasa, biodiversidad, expansión de especies invasoras y plagas, reduciendo la capacidad del bosque de proveer bienes y servicios. En las condiciones dadas, todo parece indicar que la regeneración natural es nula o se produce muy lentamente.
Por la complejidad del sistema en el cual convive el bosque nativo con un sector productivo donde, según las zonas, las actividades varían entre ganadera, turística/ recreativa, de recolección de leña, frutos y hongos, entre otros, se visualiza la necesidad de implementar acciones de corrección mediante la restauración de las áreas degradadas.
En este contexto, los pequeñísimos 56 plantines de cipreses, nacidos de una cosecha de semillas de 2002 y cuidados desde 2021, son una noticia esperanzadora cuando se piensa en los hermosos y funcionales bosques patagónicos.
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