China

China convierte un desierto en el mayor bosque artificial del mundo

Saihanba es una forestación de cerca de 80.000 hectáreas y se presenta como el mayor bosque artificial del mundo impulsado por China y el hombre.

A partir de la década del 90 la República Popular de China se ha destacado en hacer importantes megaproyectos orientados a bastecer de alimentos a su población, un punto clave para poder sostener el crecimiento del país. Pero desde hace unos años también busca recuperar tierras agroecológicamente pérdidas para ponerlas en producción y en valor. Un ejemplo de ellos es el parque forestal de Saihanba, un desarrollo impulsado en un lugar en el que hace apenas 60 años era un desierto, un páramo sin apenas vida.

Hoy, Saihanba es una forestación de cerca de 80.000 hectáreas y se presenta como el mayor bosque artificial impulsado por el hombre. Para tomar un punto de referencia de la magnitud de este emprendimiento, se puede decir que es equivalente a todo el Valle de Río Negro forestado con una precisión única. Su desarrollo ha sido tan espectacular que el Gobierno chino habla directamente de modelo histórico, la prensa oficialista del país ve un “milagro” e incluso se ha acuñado la expresión “espíritu Saihanba” para referirse al trabajo duro que da sus frutos.

Con una superficie de 9.333 kilómetros cuadrados, de los cuales hasta el día de hoy están forestados solo 800 kilómetros cuadrados, Saihanba es el bosque artificial más grande del mundo, situado en el norte de la ciudad de Chengde, provincia de Hebei, en el norte de China.

Parte de toda esta región fue un famoso coto de caza para las antiguas familias reales, que comprenden enormes superficies con los pastizales puros tradicionalmente llamados Paddock de Mulan. Un lugar establecido originalmente por el emperador Kangxi de la dinastía Qing (1644-1912) para poder vigilar las fronteras del norte y fortalecer su control de la región de Mongolia. de ahí que Saihanba es una palabra mixta de Mongolia y China, que significa "montaña hermosa y alta".

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El mapa identifica Saihanba, situado en el norte de la ciudad de Chengde, provincia de Hebei, en el norte de China.

El mapa identifica Saihanba, situado en el norte de la ciudad de Chengde, provincia de Hebei, en el norte de China.

Hace 400 años, Saihanba albergaba abundantes recursos forestales y una gran biodiversidad. Sin embargo, la deforestación y las constantes guerras convirtieron la zona en un desierto a finales de la dinastía Qing (1644-1911). Al desaparecer la barrera forestal, las tormentas de arena se sucedieron con más frecuencia. Para detener las tormentas de arena que amenazaban a Beijing, capital de China, Tianjin y otras ciudades del norte de China, la Administración Forestal decidió hacia fines de la década crear la Granja Forestal Mecánica de Saihanba, y envió a 369 silvicultores a la zona para comenzar a plantar árboles.

La primera generación de silvicultores de Saihanba se enfrentó a muchos retos, equipados sólo con las herramientas más sencillas en medio del frío extremo y la sequía. Como resultado, no pudieron asegurar la supervivencia de los árboles plantados. En invierno, las heladas alcanzan temperaturas de hasta -43 grados centígrados y mínimas precipitaciones, mientras los días medianamente cálidos apenas duran un par de meses. Debido a estas condiciones, los ingenieros forestales a cargo del parque han desarrollado tecnologías de cultivos artificiales a partir del año 2000 con resultados muy positivos. Fue así como, de una tasa inicial de supervivencia de especies de 8% (en los primeros años de la década de los '80) se pasó a una tasa del 98% a partir de 2020.

Desde inicios del presente siglo, que fue cuando comenzó con fuerza el proyecto de desarrollo forestal, hasta la fecha, se llevan implantadas cerca de 80.000 hectáreas, y existe una segunda etapa para otras hasta 40.000 hectáreas hasta 2030. La inversión total destinada a este proyecto de poco más de 600.000 millones de Renminbi, equivalentes a unos 85.000 millones de dólares. Esta claro que, sin esta esta masa verde, la situación de la zona en materia económica sería totalmente diferente. Se estima que el valor de estos activos supera los 4.9 billones Renminbi, unos 700.000 millones de dólares.

Características de la forestación

Tras los esfuerzos conjuntos de dos generaciones durante décadas, Saihanba fue restaurada y convertida de nuevo en un paraíso verde con una cobertura forestal que pasó del 11,4% al 82%. El buen entorno ecológico también hace de Saihanba una preciosa reserva genética de especies vegetales y animales. Allí se encuentran 261 especies de vertebrados terrestres salvajes, 32 especies de peces, 660 especies de insectos, 179 especies de macrohongos y 625 especies de plantas. Entre ellas, hay 47 especies de animales protegidos de importancia nacional y 9 especies de plantas protegidas. El alerce, la picea, el pino y el abedul forman parte de la vegetación típica que crece. Así la flora del parque cubre el 80% del área y logra acumular más de 10 millones de metros cúbicos de madera.

Todo este trabajo ha dado lugar al concepto del 'Espíritu Saihanba', definido como trabajar duro, avanzar contra las dificultades, forjar el futuro e innovar con audacia. Como una de las mayores plantaciones hechas por el hombre en el mundo, la Comunidad de Forestación de Saihanba ganó el honor de Campeones de la Tierra en 2017 debido a los esfuerzos para transformar la tierra desértica en un paraíso verde.

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La región de Saihanba, a principios de la década de los 60. Todo desolación y los vientos ya habían comenzado un proceso casi irreversible de la erosión. Pero la acción del hombre puso freno a este deterioro que sufrían más de 100.000 hectáreas de desierto en ese entonces.

La región de Saihanba, a principios de la década de los 60. Todo desolación y los vientos ya habían comenzado un proceso casi irreversible de la erosión. Pero la acción del hombre puso freno a este deterioro que sufrían más de 100.000 hectáreas de desierto en ese entonces.

El país se encuentra comprometido con la tarea y proyecta varios bosques similares que además contribuyen a sus actividades económicas “verdes”. China quiere posicionarse como una civilización ecológica que protege y mejora el medioambiente. Cabe recordar que el gigante asiático es el primer emisor de CO2 del mundo y ha sido intimado a nivel internacional para que de aquí a 2060, su emisión sea cero para poder hacer frente al cambio climático.

Un bosque que pone freno del cambio climático

Cuidar este bosque lleva mucho trabajo. Diariamente sus cuidadores se enfrentan a enormes peligros. Evitar los incendios forestales es la principal tarea que llevan delante de forma permanente. Una tormenta o la mano del hombre pueden llevar a la destrucción total de este espacio que tanto costó construir. Tan detallistas son en la materia que hace algunos años recibieron un premio nacional que los llevó a obtener la certificación de “Empresa avanzada para la prevención de incendios forestales”.

Saihanba cuenta con una cobertura forestal hasta la fecha del 80%, la cual puede conservar y purificar 137 millones de metros cúbicos de agua cada año, un logro catalogado como "genial" por el presidente chino Xi Jinping. "Es un modelo en la historia de la civilización ecológica del mundo", afirmó el mandatario en estas últimas semanas al anunciar la continuidad del proyecto. Esta megagranja forestal es capaz, según la Academia Forestal de China, de absorber más de 860.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) y liberar otras 600.000 toneladas de oxígeno anualmente.

Bosque artificiales como el de Saihanba representan el mejor ejemplo de la apuesta de un gobierno por reforestar el país y mitigar los efectos que la contaminación ambiental y el cambio climático causado por la población. Muchos especialistas aplauden estas iniciativas. Otros tantos dudan de la veracidad de las estadísticas estatales chinas en materia ambiental. La transparencia informativa es, sin duda, una de las principales deudas pendientes que todavía tienen las autoridades locales.

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