Europa endurece reglas ambientales y Argentina queda mal posicionada
La Comisión Europea clasificó a la Argentina como de riesgo estándar en deforestación. Implica mayores exigencias para exportar productos como soja y carne.
La reciente clasificación de la Comisión Europea que posiciona a la Argentina como un país de riesgo estándar en materia de deforestación ha encendido las alarmas en el sector agroexportador nacional. Esta decisión, que se da en el marco del Reglamento sobre Productos Libres de Deforestación (EUDR por sus siglas en inglés), tiene implicancias directas sobre el comercio exterior del país, especialmente en lo que refiere a productos clave como la soja, la carne vacuna, el café y la madera. Si bien la medida aún no ha entrado en vigencia —su implementación fue postergada del 1 de enero de 2025 al 1 de enero de 2026—, los exportadores ya se movilizan para revertir lo que consideran una calificación injustificada.
La Unión Europea definió tres categorías de riesgo para los países exportadores: alto, estándar y bajo. La ubicación de Argentina en el nivel medio implica que las empresas nacionales deberán cumplir con mayores requisitos de trazabilidad y pruebas documentales verificables para demostrar que sus productos no provienen de tierras deforestadas luego del 31 de diciembre de 2020. El cumplimiento de estas condiciones no solo representa una carga burocrática considerable, sino también un desafío logístico y económico para el sector.
A diferencia de países como Estados Unidos y Uruguay, que fueron considerados de riesgo bajo, Argentina comparte el nivel estándar con naciones como Brasil, Paraguay, México y Colombia. En la categoría de alto riesgo, figuran países como Bielorrusia, Corea del Norte, Birmania y Rusia, cuya inclusión, según consignó la agencia AFP, responde principalmente a razones políticas más que ambientales.
El reclamo agroexportador de Argentina
La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) no tardó en manifestar su rechazo. “Consideramos que esta evaluación es injustificada", expresó la entidad en un comunicado. “Estudios recientes demuestran que el riesgo de deforestación en nuestro país es despreciable”. Desde la cámara se destacó que el gobierno nacional presentó toda la documentación requerida ante la Comisión Europea, con argumentos sólidos para que Argentina fuera ubicada en la categoría de bajo riesgo.
Gustavo Idígoras, presidente de Ciara, explicó que el EUDR establece dos exigencias para los países exportadores. La primera es un sistema de trazabilidad y certificación que garantice que los productos no provienen de áreas deforestadas. En este sentido, Argentina se adelantó a los requerimientos al implementar el sistema Visec, una plataforma desarrollada por el sector privado que permite rastrear la producción agropecuaria desde su origen. La iniciativa cuenta con reconocimiento internacional y ha sido auditada por delegaciones europeas, como la que visitó recientemente la ciudad de Rosario para observar su funcionamiento.
La segunda exigencia es la clasificación de riesgo país, una evaluación anual que realiza la Comisión Europea basada en información estatal y otros indicadores. “La deforestación vinculada a la ganadería y la soja en Argentina es extremadamente baja”, afirmó Idígoras en dialogo con La Nación. También recalcó que la superficie destinada a la soja y la ganadería no ha crecido en la última década, lo que refuerza el argumento de que el país cumple con los estándares ambientales requeridos por la normativa europea.
Tanto desde el gobierno como desde el sector privado se cuestiona el criterio utilizado por la Comisión Europea para establecer las categorías de riesgo. “Nos ubicaron en riesgo estándar, lo cual, a mi entender, demuestra que se trata de una decisión sin basamento técnico, tomada políticamente más que técnicamente", afirmó Idígoras.
En la misma línea, fuentes oficiales confirmaron que la Argentina ya solicitó formalmente a la Comisión Europea la reconsideración de su clasificación. Aunque no existe un procedimiento de apelación establecido, la calificación puede ser revisada en junio de cada año, lo que brinda una oportunidad para que el país intente revertir la decisión antes de que la normativa entre en plena vigencia.
El rol de Visec y en temas ambientales
La Verificación de Sostenibilidad de Exportaciones del Campo (VISEC) se ha convertido en una herramienta clave para enfrentar los nuevos desafíos normativos. Desarrollado en colaboración entre empresas, cámaras sectoriales y organismos técnicos, el sistema permite garantizar el cumplimiento de los estándares internacionales en materia ambiental. A través de VISEC, se mantiene la trazabilidad y segregación en toda la cadena de valor, desde el productor hasta el exportador.
“El sistema ya está en marcha y se encuentra en plena operación, con datos georreferenciados y monitoreo satelital de los campos”, explican desde Ciara. “VISEC permite garantizar que los productos exportados a Europa provienen de áreas libres de deforestación post 2020”.
Más allá del caso argentino, la normativa europea ha sido criticada por diversos países exportadores por su impacto sobre la soberanía nacional y su carácter unilateral. Desde el Mercosur hasta Asia, varias naciones han expresado su malestar por el enfoque adoptado por la UE, al que consideran restrictivo, arbitrario y discriminatorio.
La medida también ha generado controversias dentro del propio bloque europeo. Las presiones internas obligaron a prorrogar su entrada en vigencia, lo que refleja el nivel de conflictividad del nuevo reglamento. Mientras tanto, las empresas europeas deberán comenzar a adaptarse a los nuevos requisitos, lo que podría generar tensiones en la cadena de suministros y afectar la competitividad de ciertos productos.
La clasificación de riesgo por deforestación no solo plantea un reto técnico para los países exportadores, sino que también redefine las reglas del comercio internacional en nombre del ambientalismo. En este nuevo escenario, la transparencia, la trazabilidad y la sostenibilidad ya no son opcionales, sino requisitos esenciales para acceder a mercados exigentes como el europeo.
Para Argentina, la batalla recién comienza. El reconocimiento como país de bajo riesgo podría ser clave para sostener su posición como proveedor estratégico de alimentos y materias primas. Mientras tanto, el sector agroexportador se prepara para una negociación larga y compleja, en la que la evidencia técnica y la diplomacia comercial jugarán un papel fundamental.
Fuente: La Nación.
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