Innovación de Patagonia: el arbusto que transforma el desierto y la producción
Una investigación de la UNCo descubre el poder sanador de un arbusto del desierto. El alpataco es clave para restaurar suelos áridos, como los de la Patagonia.
Un estudio del Laboratorio de Rehabilitación y Restauración Ecológica (LARREA) de la Facultad de Ciencias del Ambiente y la Salud de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) ha ampliado el conocimiento sobre los procesos microbiológicos en suelos áridos de la Patagonia. El trabajo destaca el potencial del alpataco, un arbusto típico de zonas áridas argentinas.
En diálogo con +p, el director del LARREA, Daniel Pérez, contó detalles de la investigación -publicada en la prestigiosa revista Journal of Arid Environments-
y explicó que este arbusto bajo y espinoso -conocido también como algarrobo- es una especie clave para la restauración ecológica.
“Es una planta altamente adaptada a sobrevivir en las peores condiciones, lo que la convierte en una gran candidata para recuperar ambientes degradados y desertificados”, afirmó. Este arbusto, estudiado desde hace años por el laboratorio, muestra una supervivencia del 90% en campo cuando se produce en vivero con técnicas adecuadas, incluso en suelos extremadamente degradados y con precipitaciones de apenas 150 mm anuales.
El estudio demuestra que el alpataco desarrolla nódulos fijadores de nitrógeno en sus raíces, fruto de una simbiosis con rizobios, bacterias que transforman el nitrógeno atmosférico en compuestos asimilables como amonio. Estos nódulos son esenciales para enriquecer el suelo y reactivar procesos ecológicos fundamentales.
“El sustrato utilizado en el vivero influye significativamente en la formación de estos nódulos”, señaló Pérez, destacando que el equipo logró optimizar esta capacidad utilizando suelos nativos, artificiales e incluso inoculados con bacterias, obteniendo una alta cantidad de nódulos por planta.
Impacto en la restauración y la producción
El alpataco no solo sobrevive en condiciones adversas, sino que actúa como una “isla de fertilidad”, facilitando la llegada de otras especies y promoviendo la biodiversidad. En un contexto donde Neuquén enfrenta un 30% de desertificación severa, agravada por actividades como la ganadería y la explotación hidrocarburífera, esta especie se presenta como una solución para contrarrestar la degradación irreversible de los suelos áridos, donde la recuperación natural no ocurre sin intervención.
Además, el equipo de LARREA propone un enfoque productivo. Pérez adelantó que están trabajando en cultivos mixtos, logrando rendimientos de 8 toneladas por hectárea.
“En el desierto se puede cultivar sin desmontar. Hay que elegir especies que enriquezcan el suelo y mantengan la biodiversidad, una necesidad clave en esta época”, subrayó, en línea con programas mundiales y nacionales de conservación.
Este trabajo del LARREA no solo amplía el entendimiento de los procesos microbiológicos en suelos áridos, sino que posiciona al Alpataco como una herramienta clave para la restauración ecológica y la producción sostenible, ofreciendo una alternativa frente a los desafíos de la desertificación y la pérdida de biodiversidad.
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