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INTA: el plan oficial de ajuste que redefine su funcionamiento

El Gobierno avanza en una reestructuración profunda del INTA, con cambios en su organigrama, creación de nuevas áreas y optimización de recursos.

El Consejo Directivo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) oficializó un plan de ajuste que implica profundos cambios estructurales en la organización. A través de una resolución interna firmada por su presidente, Nicolás Bronzovich, la institución definió una serie de movimientos que incluyen modificaciones en el primer y segundo nivel operativo, además de una reorganización de áreas y funciones.

Actualmente, se desarrolla una reunión clave con representantes de entidades del agro, en la que se discuten los nombres que ocuparán los nuevos cargos surgidos de esta transformación. Este encuentro será fundamental para delinear el equipo que ejecutará la nueva estructura.

Entre las principales modificaciones, la resolución estableció la creación de la Secretaría de Coordinación Técnica Administrativa, organismo que concentrará todas las tareas vinculadas a recursos humanos, finanzas y gestión de materiales. Bajo su órbita también se ubicarán unidades de control interno como la Unidad de Auditoría Interna, la Unidad de Sumarios Administrativos y la Coordinación Transversal de Ética.

En el marco de la reorganización, varias áreas fueron renombradas: la Dirección Nacional Asistente de Recursos Humanos pasó a denominarse Coordinación Nacional de Recursos Humanos y Organización; la Dirección Nacional Asistente de Sistemas se transformó en la Coordinación Nacional de Sistemas y Tecnología; y la Dirección Nacional Asistente de Operaciones Jurídicas ahora es la Coordinación Nacional Operativa. Además, se unificaron las funciones de Relaciones Institucionales y Vinculación Tecnológica en una única Coordinación Nacional, que tendrá dependencia directa de la nueva Secretaría.

Argumentos del ajuste

Según los fundamentos expuestos por Bronzovich, esta reestructuración busca mejorar la gobernanza y la gestión administrativa, adecuar la estructura organizativa bajo principios de eficiencia y modernización, y optimizar los recursos humanos, financieros y materiales. Se aclaró además que los costos derivados de esta transformación serán absorbidos por el presupuesto vigente, sin requerir partidas adicionales.

La máxima autoridad del INTA seguirá siendo el Consejo Directivo, integrado por entidades ruralistas, facultades de Agronomía y Veterinaria, y tres representantes del Poder Ejecutivo. Bajo este organismo se ubicará la Dirección Nacional, que tendrá a su cargo la ejecución y coordinación de las directrices emanadas desde el nivel superior.

La nueva Secretaría de Coordinación Técnica Administrativa dependerá directamente del Consejo Directivo y coordinará áreas críticas como la Dirección General de Administración, la Dirección Nacional de Investigación y Desarrollo, y la Dirección Nacional Asistente de Transferencia y Extensión. También estará a cargo de la Coordinación de Financiamiento Extrapresupuestario para Proyectos, la Coordinación de Planificación, Monitoreo y Evaluación, y la Coordinación de Relaciones Institucionales y Vinculación Tecnológica.

Por otro lado, la Secretaría Ejecutiva, la Unidad de Auditoría Interna, la Unidad de Sumarios Administrativos y la Coordinación de Ética también dependerán de la nueva Secretaría de Coordinación Técnica Administrativa, con un fuerte foco en el control y la transparencia institucional.

La estructura técnica-operativa tendrá como ejes a la Coordinación Nacional, de la cual surgirán dos gerencias diferenciadas (Tipo A y Tipo B), cada una con funciones independientes. También estarán bajo su ámbito diversas direcciones nacionales asistentes, como la Dirección General de Administración, la Dirección de Transferencia y Extensión, y la Dirección de Investigación y Desarrollo, acompañadas de varias coordinaciones nacionales.

Este modelo organizativo persigue una lógica de supervisión directa y controlada: el Consejo Directivo supervisará el conjunto del sistema, del que dependerá la Dirección Nacional, encargada de conducir las áreas administrativas, técnicas y de investigación a través de las nuevas coordinaciones y gerencias.

La Secretaría de Coordinación Técnica Administrativa, en particular, tendrá competencias estratégicas como coordinar los procesos administrativos vinculados a recursos humanos, financieros y materiales, fijar estándares de actuación, formular recomendaciones de mejora y supervisar la planificación y ejecución presupuestaria. También será responsable de evaluar técnicamente los proyectos presupuestarios elevados al Consejo Directivo, supervisar las compras y contrataciones, y proponer actualizaciones tendientes a la simplificación y modernización de procesos.

Además, tendrá la tarea de evaluar la eficiencia y eficacia de los procesos administrativos bajo la lógica de mejora continua, proponiendo ajustes y descentralizando la operativa en la medida de lo posible.

El Gobierno busca transformar el INTA en una institución más ágil, eficiente y moderna, sin alterar su misión de ser un actor central en el desarrollo tecnológico agropecuario del país. Los cambios ya están en marcha y las definiciones de los nombres que conducirán esta nueva etapa resultarán claves para su éxito.

Fuente: La Nación con aportes de Redacción +P.

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