La ciencia de Argentina lo confirma: el mate protege el cerebro
El mate podría ser un escudo contra el Parkinson. Científicos argentinos han demostrado que su consumo regular reduce el riesgo de esta enfermedad neurodegenerativa, gracias a sus poderosos antioxidantes y propiedades únicas.
Investigaciones lideradas por los científicos argentinos Emilia Gatto, Irene Taravini y Juan Ferrario han demostrado que el consumo regular de mate puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Este descubrimiento refuerza el valor del mate como un alimento natural y saludable, con beneficios que van más allá de su arraigo cultural.
La semana pasada, en el marco del Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson, el Instituto Nacional de la Yerba Mate organizó el webinar “Tomar mate hace bien: El mate reduce el riesgo de desarrollar Parkinson”.
Con una audiencia global y diversa, los expertos compartieron cómo sus estudios han consolidado al mate como un alimento nutracéutico. La iniciativa continuará con nuevos eventos para explorar más beneficios del mate.
En este marco, la médica neuróloga Emilia Gatto, especialista en Parkinson y miembro del Comité Ejecutivo Internacional de Parkinson, dio el primer paso. Durante una charla en Uruguay, observó la pasión por el mate y se preguntó si sus compuestos podrían tener efectos similares a los del café, conocido por su relación con la reducción del riesgo de Parkinson.
“Ideamos una encuesta comparando pacientes con Parkinson y personas sanas. Descubrimos que quienes consumían mate en grandes cantidades y durante años tenían una prevalencia mucho menor de la enfermedad”, explicó Gatto.
El hallazgo fue replicado por colegas en Uruguay, Brasil y Paraguay, confirmando que no era una casualidad. Para profundizar, Gatto colaboró con Irene Taravini, doctora en Neurociencias de la UBA, profesora de la UNER e investigadora de CONICET, y Juan Ferrario, del Instituto iB3 de la UBA. Juntos, desarrollaron un modelo experimental en laboratorio que demostró que el mate actúa como neuroprotector.
Resultados que sorprenden
Taravini detalló el proceso: “Tardamos en perfeccionar el modelo experimental, pero logramos comprobar que el mate reduce el proceso neurodegenerativo. Publicamos los primeros resultados en 2015 y, tras repetir los experimentos, siempre obtenemos el mismo efecto: el mate protege las neuronas”.
Este impacto se debe a la combinación de antioxidantes y otros compuestos del mate, que trabajan en equipo para preservar las células.
De hecho, el mate no solo es una bebida tradicional, sino un alimento nutracéutico con propiedades funcionales. “Sus polifenoles, que representan el 10% del peso seco de la yerba, son potentes antioxidantes, superando a otras infusiones”, destacó Ferrario. Estudios muestran que la sangre de los consumidores habituales de mate tiene mayor capacidad antioxidante, lo que beneficia la salud celular.
Taravini añadió: “El mate no es solo química; su consumo está ligado a un hábito placentero, arraigado desde la infancia en muchas culturas. Este factor hedónico, asociado al placer, también puede contribuir a la salud neuronal”. Gatto reforzó esta idea: “Es como la dieta mediterránea en Europa. Si el mate está culturalmente instalado y tiene beneficios, debemos promoverlo”.
¿Cuánto mate hay que tomar?
Ferrario aclaró que el mate no es un medicamento, pero su efecto depende de la dosis. “Tomar un mate entre cuatro personas no es lo mismo que consumirlo solo. Encontramos que los mayores beneficios se observan en quienes toman más de un termo al día”, señaló Gatto. Sin embargo, la cantidad ideal aún está bajo estudio.
Los científicos también exploran si el mate podría proteger contra otras enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. Gatto explicó: “En modelos experimentales, ciertos extractos de yerba mate reducen el depósito de beta amiloide, una proteína relacionada con el Alzheimer. Observamos que los grandes consumidores de mate tienen menor riesgo de deterioro cognitivo, pero necesitamos más estudios para confirmarlo”.
Un futuro prometedor
Las investigaciones argentinas están marcando el camino a nivel mundial, posicionando al mate como un alimento con beneficios comprobados. Incorporarlo a la dieta no solo es una cuestión de tradición, sino una decisión saludable respaldada por la ciencia. Como concluye Taravini: “El mate es más que una bebida; es un hábito que cuida tu salud”.
En esta nota