Lejos, muy lejos, de la realidad que padece la Argentina
De existir la posibilidad de poner en marcha la "Moneda Digital Argentina", en nada podrá influir sobre la crisis económica estructural que vive el país y golpea de llenó a toda la sociedad. Todo será inocuo. Realidad y relato vuelven a confrontar.
En un contexto donde el poder adquisitivo de los argentinos se diluye, donde la inflación proyectada se ubica en torno al 150%, donde los precios se encuentran altamente distorsionados, donde el mercado cambiario está eclosionando y donde existe una enorme economía marginal que gana terreno día a día, la posibilidad de poner en funcionamiento la "Moneda Digital Argentina" suena, como mínimo, algo alejada de nuestra realidad.
Por sí sola no genera una solución a los problemas que hemos enumerado. Podemos tener una moneda digital atada al peso, lo que nos permitiría dinamizar los procesos financieros, tener menores costos de transacciones y mejores tiempos. Pero esa es una teoría que sólo se puede exhibir en países donde existe confianza entre la población y sus gobernantes, y con la política económica que aplican. En las últimas décadas, la erosión de la confianza en la Argentina se ha acentuado por la disponibilidad de mayor información, por el aumento de la corrupción, por las malas praxis económicas, la falta de liderazgo y gobernanza ética.
Frente a este contexto mencionado, es muy difícil que una moneda como la que está planteando el ministro Sergio Massa pueda llegar a funcionar. Y más aún cuando la propuesta llega del candidato al presidente del oficialismo, cuya confianza con la población esta totalmente quebrada.
Con la presentación de la “Moneda Digital Argentina” no se solucionan los temas estructurales que están afectando a la economía argentina y el desarrollo del país. Es como poner el carro delante de los caballos. Es simplemente otro de sus anuncios fuera del contexto real que vive el país. Pareciera que la impericia de no poder generar un programa económico que permita dar algo de certidumbre a todos los argentinos, lleva al ministro Massa a este tipo de desvaríos.
La realidad argentina
El dólar marginal finalizó ayer en las oficinas porteñas con una ganancia de 33 pesos para tocar los 843 pesos por unidad. Este incremento representa una suba del 4,1% interdiario. Por la tarde llegó a operarse a un máximo nominal de 850 pesos. En lo que va de 2023 el dólar libre acumula una suba de 497 pesos o 143,6% en términos relativos. Con un dólar mayorista que quedó en 350 pesos, la brecha cambiaria se asentó en el 141%.
El dólar "Contado con Liquidación" (CCL) -que utilizan las empresas para girar divisas al exterior- ayer se disparó y cruzó la barrera psicológica de los 900 pesos, ampliando la brecha cambiaria a niveles preocupantes de casi 160%, en un contexto de fuertes tomas de coberturas en moneda dura ante las crecientes incertidumbres políticas y económicas, a pocas semanas de una definitoria elección presidencial.
El riesgo país -que mide la tasa de interés implícita en el mercado internacional- superó ayer los 2.700 puntos básicos. Esto quiere decir que cualquier empresa local o bono que coloque el Estado Argentino en el mercado de deuda internacional lleva una implícita una tasa de interés del 27% a lo que hay que sumarle la tasa del bono de los Estados Unidos que hoy está cerca del 4%. Inviable de acceder para cualquier empresa o gobierno del globo.
Esta es la foto con la que cerró ayer el mercado financiero argentino. Y todo esto pese al enorme anuncio del abogado, ministro y candidato a presidente por el oficialismo, Sergio Massa, con la puesta en marcha de la “Moneda Digital Argentina”. La percepción de dos Argentina totalmente distintas: la del relato y la de la cruda realidad.
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