"Los problemas van mucho más allá de la deuda con el FMI"
El reconocido economista y titular de la consultora Quantum Finanzas, aseguró que es probable que Sergio Massa llegue a las elecciones de agosto sin grandes problemas, teniendo el respaldo del organismo internacional. "Una condición necesaria...pero tal vez no suficiente", agregó.
Daniel Marx es un reconocido economista argentino, nacido en la localidad uruguaya de Paysandú. Fue director del Banco Central de la República Argentina durante la presidencia de Raúl Alfonsín entre 1987 y 1988. Durante la gestión de Carlos Menem fue representante financiero y jefe negociador de la deuda externa argentina de 1989 a 1993. Además, fue secretario de Finanzas del Ministerio de Economía entre 1999 y 2001, durante la presidencia de Fernando de la Rúa. Actualmente es director ejecutivo de la consultora Quantum Finanzas.
En un extenso diálogo que mantuvo con +P, el economista hizo un repaso de la deuda pública argentina, comparando su incidencia en la economía entre los tiempos actuales y los de la década del 80. Destacó que son importantes las señales de Sergio Massa y su equipo respaldando la continuidad de los contratos existentes en el sistema financiero.
A continuación parte de la conversación mantenida con el entrevistado.
-¿Qué incidencia real tiene la deuda del FMI en la economía?
-Mucha. Hoy el FMI es el único prestamista de última instancia que tiene el país para poder cumplir con sus obligaciones en dólares y para alimentar el mercado cambiario. En este punto, es muy difícil poder romper con el FMI.
-¿Qué diferencias encuentra con la crisis de mediados de la década de los ‘80?
-Bueno en esos momentos, la deuda que tenía el país estaba compuesta por distintos tipos de acreedores privados, los que mayoritariamente eran bancos. Hoy una parte importante de estos acreedores son bonistas. También es relevante señalar que la cantidad de dinero es hoy superior a la de aquel entonces. Pero hay una diferencia entre lo que uno definiría como asistencia directa y la incidencia o peso relativo que tenía el organismo en la economía del país. Tanto los créditos multilaterales, que llegaban por fuera del FMI, y los bancarios que tomaba el país para financiarse, estaban mucho más ligados con el Fondo que ahora. En aquel entonces si un país no acordaba con el FMI, perdía todo tipo de acceso al crédito. La deuda propiamente dicha con el FMI tal vez era menor, pero tenía más efecto palanca sobre el resto de las deudas del país. Si uno toma este efecto palanca mencionado, la incidencia del FMI en la deuda argentina en los ‘80 era mayor a la de ahora. Incidían mucho los bancos, que hoy no están. Los bonistas no le prestan mucha atención al FMI, pero aseguran que sería muy problemático si el Gobierno argentino entra en default con el organismo.
-¿Y similitudes?
-En ese punto poco ha cambiado. El tipo de programa disponible; los mecanismos de revisión; las propuestas de política económica; su faz monetaria, fiscal y externa; y las llamadas reformas estructurales...ese marco no ha cambiado demasiado.
-Utopía: el FMI decide condonar la deuda argentina, ¿en qué cambia el escenario para el país?
-Bueno, bien lo dice que eso es extremadamente difícil que suceda. En principio la deuda bruta total consolidada de la Argentina es equivalente a unos 400.000 millones de dólares. La deuda que tiene el país con el FMI representa poco más del 10% de esta cifra. Los problemas van mucho más de la deuda con el Fondo. Por otra parte, si nos corren hoy el FMI de la agenda, que pasaría con un país como la Argentina, con corridas cambiarias cíclicas, o que no tiene acceso al crédito, o con los problemas de falta de divisas por la sequía. Nada se soluciona. Pensemos que el FMI existe y está para asistir en este tipo de circunstancia adversas.
-Vuelvo a trasladarlo en la historia. ¿Por qué fracasa el Plan Austral?
-En los 80 frente al Plan Austral la Argentina tuvo desvíos en materia fiscal del sector publico consolidado. Las provincias tenían los bancos provinciales y los entes del Estados tenían autarquía. No estaban bajo la órbita del Ejecutivo. Otro de los puntos, sobre los que no se pudo avanzar, fueron las reformas estructurales que hubiesen mejorado la competitividad de sectores clave de la economía. Hubo algunos intentos con Aerolíneas Argentinas y Somisa, pero todos fueron trabados por la oposición. A los bloqueos para generar cambios en las empresas públicas, se le sumó un año de sequía enorme y, al otro, de inundaciones que terminaron por impactar en los ingresos fiscales. Todo esto fue determinante para no poder consolidar el Plan Austral.
-Lo vuelvo a traer a estos días. ¿Llega Massa?
-Es probable. Aunque este tema hay que analizarlo día a día. Yo creo que hay señales que está dando al mercado para ello. Llegar a un acuerdo con el FMI o destacar que que no va a ver una disrupción de contratos, son mensaje que van en este camino. No es que estén arreglados los problemas, pero todo indica que existe el financiamiento por parte del FMI. Y eso ayudaría a llegar...pero, por ahora, solo hasta las elecciones de agosto.
-¿Sólo con los dólares del FMI se llega?
-Es una condición necesaria...pero tal vez no suficiente para llegar a mediados de agosto. En la medida que no existan otras señales o no se gestionen medidas para no perder reservas de manera significativa, la situación puede empeorar. La volatilidad que existe hoy en el mercado argentino es muy alta, por lo tanto es difícil proyectar en este contexto tan delicado.
-¿Cómo se corrige la distorsión de precios relativos que presenta nuestra economía?
-Con un plan de mediano y largo plazo. No es una variable que se pueda corregir solo con una medida. Es algo muy complejo y lleva tiempo poder volver a una economía normalizada. Los ajuste sobre los precios relativos debería ser un tema de agenda para el próximo gobierno.
¿Es caro un dólar paralelo arriba de los 500 pesos?
-Pongamos como referencia los precios, para poder anclarnos en algún punto de comparación. El índice de precios al consumidor (IPC) y el dólar libre no se han movido en forma tan parecida cuando se toma una importante serie de años. Si uno mira una línea entre precios y dólar libre uno nota bastantes movimientos dispares en determinados períodos, pero tendencias parecidas. Y si uno saca “los ruidos” políticos, el dólar arriba de los 500 pesos comparado con la inflación es un dólar relativamente caro hoy, llevando la evolución de dos o tres décadas atrás.
-¿Qué debería esperar el mercado?
-Es difícil predecir en el actual contexto preelectoral y con una economía tan delicada. Cuando el FMI habla de devaluación para corregir precios relativos está mencionando un ajuste sobre el dólar oficial. Por lo tanto lo que habría que esperar, pero esto no quiere decir que vaya a suceder, es que la divisa oficial debiera subir a una tasa mucha más alta que el resto de los dólares que hay en el mercado. En definitiva lo que el Gobierno debería buscar es achicar la brecha que hoy está en el 100%. El precio al que llegó el dólar libre nos esta indicando que la gente le atribuye a la Argentina un riesgo extraordinario y esta dispuesta a pagar una prima de seguro porque ve ese riesgo alto. Entonces la cuestión es bajar ese riesgo, llamado riesgo sistémico argentino. Por eso el asunto de no romper los contratos pasa a ser una señal importante. Después están las misas reglas de juego que necesita cualquier otros país para poder desarrollarse: ser amigable con las inversiones, no alterar las reglas de juego, definir escenarios que permitan hacer atractivo colocar plata en la argentina. Todo esto contribuirá sin dudas a achicar la brecha y bajar el riesgo, y por lo tanto la cotización del dólar libre, ajustado por inflación.
-¿Cómo ve a los candidatos el mercado?
-El mercado se encuentra cómodo con los tres candidatos. Es un escenario mas amigable de lo que algunos pensaban que podía llegar a ser. Se descartaron posiciones más extremas y eso ayudó.
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