Rebota la brecha cambiaria en la era Milei...¿fin de la luna de miel?
La plaza cambiaria esta intranquila. En una semana los dólares de la plaza financiera saltaron 9%. El mercado pide definiciones, mirando al Congreso
En los últimos cinco días hábiles, el dólar libre pegó un salto promedio del 9%. Alrededor de 100 pesos en este breve período. Una señal que en nada ayuda a consolidar cierto grado de estabilidad en la economía argentina. Los valores medios de la paridad cerraron, este fin de semana, arriba de los 1.200 pesos -algunos peligrosamente acercándose a los 1.300 pesos- presionando aún más sobre la ya elevada inflación. Mucho, para el duro momento de los bolsillos de los trabajadores.
La brecha cambiaria, hacia donde miran la gran mayoría de los operadores del mercado, se ubica por encima del 50%, relación que profundiza las distorsiones sobre los precios relativos que, lamentablemente, pareciera que no terminan de reacomodarse.
El presidente Milei lleva poco más de un mes al frente del Ejecutivo...¿fin de la luna de miel con el mercado cambiario? Esta claro que las dudas comienzan a emerger tras un tiempo prudencial al frente del Gobierno. ¿No es poco tiempo para empezar a perder la paciencia? Lo es. Pero, cinco semanas sin tomar medidas claras de un rumbo en la Argentina, es equivalente a décadas para cualquier país que cuenta con una economía relativamente saneada.
El mercado vuelve a percibir que el tipo de cambio oficial tiende a retrasarse y, con los indicadores macro (inflación y divisas libres) corriendo a un ritmo desorbitado, no hay que ser un especialista como para anticipar que, en poco tiempo más, la divisa oficial estará nuevamente en problemas. Exactamente los mismos problemas que tenía antes del 10 de diciembre pasado.
Y lo peor que nos puede pasar es que, en un par de semanas, el Gobierno vuelva a devaluar con fuerza y que comience otra vez la película que proyecta la aceleración de precios. Es decir, retrocederíamos al escenario del 11 de diciembre sin haber avanzado absolutamente nada. Peor aún, comenzaríamos de nuevo todo el proceso pos devaluatorio, pero con los salarios de los trabajadores totalmente dinamitados por el primero de los ajustes.
No son pocos los economistas que solicitan urgentes medidas de fondo para lograr encontrar un sendero de estabilidad en la economía argentina. Si el Gobierno no consigue armonizar en el corto plazo la realidad con las expectativas, es probable que una nueva crisis económica este en ciernes.
Avances en el Congreso
Mucho de la inestabilidad que presenta hoy el mercado financiero está atado a las expectativas de cambios que necesita la economía argentina. Y la llave para poner “paños fríos” en este complejo contexto está en el Congreso. Las Leyes y el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que envío el Ejecutivo para su tratamiento a los legisladores, se hacen esperar. Y el mercado muestra su impaciencia.
Pero esta semana el presidente Milei comprendió que no podía avanzar sobre este frente sin contar con consensos mínimos. Primó el sentido común por sobre la burda -e inexplicable- posición de inflexibilidad que venía mostrando hasta ahora; el “todo o nada” que no lo llevó a ningún lado. Desde su entorno lo hicieron reflexionar. No tenía sentido seguir privilegiando el discurso de campaña frente a las urgencias en las que está sumergido el país.
Tras las intensas negociaciones entre el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y los bloques de la oposición dialoguista (UCR, PRO, Federales conducidos por Miguel Ángel Pichetto), el Gobierno accedió a realizar modificaciones en el proyecto de Ley Ómnibus con el objetivo de llegar a un dictamen el martes y llevarla al recinto, posiblemente, el jueves.
Son varios los cambios que se están conversando. Para nuestra región es clave la necesidad de eliminar las retenciones para las exportaciones de vinos y contar una mayor autonomía sobre la política energética del país (llámese esto -entre otros puntos- control pleno de los recursos del subsuelo), dos puntos que están al tope de la agenda de los Gobernadores, en línea con la oposición dialoguista. Será clave el rol de los legisladores de Río Negro y Neuquén -sumidos hoy en un completo mutismo- para llevar adelante con éxito estas iniciativas.
En este marco, el Gobierno emitió un decreto para extender las sesiones extraordinarias hasta el 15 de febrero. Esta semana hay que mirar muy de cerca los acuerdos que se alcancen porque serán los que definirán las políticas económicas de los próximos -por lo menos- cuatro años. El mercado financiero también estará atento.
El peronismo, con su propia agenda
Del otro lado, sigue un herido peronismo. De entrada, se colocó lejos de cualquier negociación buscando instalarse como única oposición. Alimenta el discurso más duro del Gobierno apuntando a profundizar la grieta que, en otros momentos, le dio muy buenos resultados (políticos). El oficialismo es consciente de que poco podrá obtener hoy de los legisladores de Unión por la Patria (UxP) que están por fuera de la órbita de ciertos Gobernadores.
Pero las fuerzas de UxP tienen la libido puesta en otro punto. El paro con movilización organizado por la CGT para el miércoles, pasó a ser la madre de todas las batallas, por lo menos en esta semana. Buscarán volver a ganar la calle, la arena donde mejor se maneja todo el espectro del peronismo. El kirchnerismo y los movimientos sociales, buscarán también su lugar en esta importante marcha contra el Gobierno.
Sin embargo, aquí también existen fisuras. Los “Gordos” dejaron en claro a los espacios pseudoprogresistas que la organización del acto será gestionada por la CGT; el resto son todos invitados, marcando así la cancha de quien se quedará con el rédito (de existir) en esta importante iniciativa. Las peleas emergieron a la superficie cuando comenzaron a circular los nombres para definir los presentes en el palco central. Se descartó la presencia de la exvicepresidenta de la Nación (condenada por la Justicia), Cristina Fernández. Hasta ahora, están confirmados en este lugar de privilegio todos los líderes de la CGT, el Gobernador Axel Kicillof y representantes de La Cámpora, aunque no se adelantaron nombres.
En este perturbador contexto, para el peronismo existe un elemento que oscila entre la apuesta al paso del tiempo y el inquietante imaginario de una reconciliación con amplias franjas de la sociedad en un marco de crisis acelerada. Una excelente definición puesta en papel esta semana por la pluma del reconocido periodista Eduardo Aulicio.
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