Avance científico del INTA asegura un mercado clave para las peras del Alto Valle
Un estudio del INTA comprobó que el tratamiento de frío aplicado a las peras elimina la cochinilla harinosa, garantizando la sanidad exigida por México.
Un reciente estudio desarrollado por especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Alto Valle confirmó que el Tratamiento de Frío en Origen (TFO) aplicado a los huevos de la “cochinilla harinosa” garantiza la sanidad de la fruta fresca con destino a México. El hallazgo representa un avance clave para mantener abierto un mercado de aproximadamente 18.000 toneladas anuales, vital para la economía frutícola de la región patagónica.
Un mercado estratégico para la Patagonia
La exportación de peras argentinas hacia México constituye un eslabón fundamental para la fruticultura del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Este comercio, que involucra a cientos de productores, empacadores y exportadores, depende de estrictos protocolos fitosanitarios. Entre ellos, uno de los requisitos centrales es la aplicación del Tratamiento de Frío en Origen (TFO), un proceso que consiste en conservar la fruta a 0 °C durante 42 días. Este método busca eliminar la presencia de plagas cuarentenarias, especialmente la cochinilla harinosa (Pseudococcus viburni) y las larvas de grafolita, que pueden afectar la calidad de la fruta y poner en riesgo el acceso a los mercados internacionales.
Un nuevo estudio para confirmar la efectividad del tratamiento
Con el objetivo de reafirmar y ampliar los estudios previos realizados en 2010 sobre la mortandad de huevos de cochinilla harinosa, el Comité de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas a los EE. UU. (Copexeu) impulsó un nuevo proyecto experimental. La investigación fue financiada por el propio comité y supervisada por los organismos sanitarios de ambos países: el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) de México y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) de Argentina.
En la foto se observan las hembras ovíparas y los sacos ovígeros de Pseudococcus viburni correspondiente a la cría artificial.
“El desarrollo y la obtención de resultados llevó poco más de un año, un tiempo récord para este tipo de investigaciones”, explicó Liliana Cichon, investigadora asociada del INTA Alto Valle y líder del proyecto. “Tuvimos que recolectar las colonias iniciales de la plaga en el campo, realizar la identificación morfológica y molecular, multiplicar la especie en laboratorio y luego someter a los individuos a los tratamientos de frío cuarentenario en atmósfera controlada y convencional”.
Resultados concluyentes y reconocimiento internacional
Los resultados fueron contundentes: tras el tratamiento de frío, los huevos de cochinilla harinosa no lograron continuar su desarrollo, lo que garantiza la sanidad de la fruta destinada al mercado mexicano. Con base en estas evidencias, SENASICA y SENASA firmaron en octubre de 2025 las adendas a los planes de trabajo para la exportación de manzanas y peras argentinas, consolidando así un paso clave para la fruticultura nacional.
El trabajo también requirió la colaboración de otras instituciones. En el INTA Alto Valle se multiplicaron las poblaciones de cochinillas bajo estrictas normas de bioseguridad, mientras que el Laboratorio de Biotecnología y Biología Molecular del INTA Mendoza aplicó un método no destructivo de ADN genómico para confirmar la identificación molecular de las especies. Esta etapa fue esencial para despejar las dudas generadas por la similitud morfológica entre las distintas cochinillas presentes en la región.
Un esfuerzo conjunto de instituciones y especialistas
La investigación integró, además, la participación de la Estación Experimental Agropecuaria Obispo Colombres (Tucumán), la Fundación para el Estudio de Especies Invasivas (FuEDEI) y especialistas de Danper (Perú), quienes contribuyeron en el análisis metodológico y la validación de los resultados.
El mercado de la pera en México es muy competitivo.
“México representa para las peras argentinas un nicho comercial de enorme valor, cercano a las 18.000 toneladas anuales”, destacó Roberto Gregori, presidente de Copexeu. “Este esfuerzo conjunto entre productores, empresas e instituciones científicas debe sostenerse con garantías sanitarias como las que ofrece este estudio”.
Por su parte, Diego Quiroga, director nacional del SENASA, subrayó la importancia de la cooperación internacional: “Trabajamos en forma coordinada con investigadores, productores y autoridades del servicio fitosanitario mexicano para lograr acuerdos sólidos que aseguren la calidad de nuestras exportaciones. Este tipo de trabajos son herramientas fundamentales para el crecimiento del sector agropecuario argentino”.
La ciencia como aliada del comercio internacional
En la misma línea, Cichon remarcó que la integración de instituciones con diferentes especialidades “resulta crucial para obtener resultados de alto rigor científico que puedan aplicarse rápidamente”. Según la investigadora, “la entomología cuarentenaria requiere abordajes específicos que van más allá del estudio biológico tradicional de las plagas”.
El éxito del estudio no solo fortalece la posición de la fruticultura patagónica en el mercado internacional, sino que también reafirma el valor de la ciencia aplicada en la defensa sanitaria y la sostenibilidad económica del sector. Con esta validación científica, la Argentina consolida su compromiso con las normas fitosanitarias internacionales y refuerza la confianza de los compradores externos, garantizando que cada pera que cruza las fronteras lo haga con la más alta calidad y seguridad.
Fuente: INTA con aportes de la Redacción +P.
En esta nota
  








