La cosecha de peras y manzanas en el Valle superó 1,18 millones de toneladas
El volumen de cosecha teórica para 2025 representa un crecimiento del 9% respecto del año pasado y del 7% frente al promedio del último lustro.
La cosecha teórica de peras y manzanas en el Valle de Río Negro y Neuquén alcanzaría, al corte de agosto de 2025, poco más de 1,18 millones de toneladas, consolidándose como una de las cifras más relevantes de la última década. Este volumen representa un crecimiento del 9% respecto del año pasado y del 7% en comparación con el promedio del quinquenio 2020-2024, según datos oficiales del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y de la Secretaría de Fruticultura de Río Negro (SEFRN).
El escenario resulta alentador para una región que tiene en las pomáceas —peras y manzanas— su principal motor productivo y exportador. Los números confirman lo que ya se palpaba entre productores e industriales: la campaña 2025 se perfila como una de las más sólidas en términos de volumen y proyección de mercado.
El peso de cada fruta en la balanza productiva
Las peras se consolidaron como protagonistas indiscutidas de la temporada. Con 661.200 toneladas, representan el 56% del total de la producción, mientras que las manzanas aportaron 526.100 toneladas, completando el 44% restante.
Si bien la diferencia porcentual parece moderada, el trasfondo revela un fenómeno interesante: mientras la producción de manzana se mantiene en una franja oscilante, la de pera exhibe un crecimiento sostenido que viene consolidándose desde 2022.
En palabras de técnicos consultados por este medio, “la pera de calidad sigue siendo un producto estrella de la fruticultura patagónica, por su capacidad de exportación. Aunque es creciente la partida que se destina a la industria”.
Manzanas: la estabilidad como desafío
El destino de la manzana en 2025 muestra la siguiente distribución:
-Industria: 187.300 toneladas
-Mercado interno: 160.100 toneladas
-Exportación: 68.400 toneladas
-Stock en frío: 113.900 toneladas
Este desglose permite comprender que la industria es el principal canal de destino de la manzana, un dato que refleja tanto el valor agregado que aporta este sector como las dificultades del producto para sostener mayores volúmenes de exportación y comercialización en fresco.
En la comparación histórica, la manzana confirma su carácter inestable. Hubo un pico de 566.200 toneladas en agosto de 2020 y un piso de 521.100 toneladas en 2022. La campaña actual, con sus 526.100 toneladas, se ubica 15% por encima de 2024, pero aún por debajo de los registros más altos.
Según especialistas del sector, la manzana enfrenta el desafío de reposicionarse frente a los cambios en los hábitos de consumo y la competencia de otras frutas de estación. Su presencia en la industria, sin embargo, asegura cierta regularidad en la absorción de los volúmenes, aunque con retornos muy por debajo de los de una manzana de calidad en el mercado en fresco.
Peras: un crecimiento sostenido
En contraste, la cosecha de peras muestra una curva ascendente constante. Desde el piso de 546.300 toneladas en 2022, la producción escaló hasta alcanzar el techo histórico de 661.200 toneladas en 2025.
El desglose del destino de esta fruta muestra un claro liderazgo de la exportación:
-Exportación: 294.500 toneladas
-Industria: 210.600 toneladas
-Stock en frío: 78.200 toneladas
-Mercado interno: 77.900 toneladas
Este perfil exportador convierte a la pera en una carta fuerte del Alto Valle en los mercados internacionales. Europa; Estados Unidos y Brasil siguen siendo destinos claves, aunque en los últimos años se observa una diversificación marginal hacia otros mercados.
Un dato relevante es el crecimiento de la industria, que alcanzó máximos de la última década. Esto responde tanto a la búsqueda de nuevas líneas de procesamiento como a la necesidad de absorber fruta que, por cuestiones de calidad, no encuentra cabida en el mercado fresco.
Factores detrás del récord
Los buenos resultados de 2025 no se explican únicamente por un aumento en la producción. Entre los factores que explican la cosecha récord se destacan:
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Condiciones climáticas favorables: el ciclo 2024-2025 estuvo marcado por una menor incidencia de heladas tardías y granizos, dos fenómenos que suelen ser críticos para la región.
Manejo tecnológico: el avance en sistemas de riego presurizado, técnicas de poda y protección de cultivos ha permitido mejorar rendimientos y calidad.
Mercados dinámicos: la mayor demanda externa de peras y estable consumo interno de manzanas contribuyeron a sostener precios y a dinamizar la salida de fruta.
Una metodología con matices
Cabe aclarar que la cosecha teórica es una construcción estadística que combina varios factores: la fruta comercializada en los distintos mercados (interno, exportación e industria) más los stocks consolidados en cámaras frigoríficas hasta el mes de agosto.
Sin embargo, existen desvíos a considerar:
-La estadística oficial no contempla la comercialización en la región patagónica al sur del río Colorado, que representa menos del 5% del mercado interno.
-Los stocks contabilizados abarcan el 78% de las cámaras en Río Negro, sin incluir las de Neuquén, cuya incidencia es menor pero no despreciable.
-El ciclo comercial de la manzana abarca de febrero/marzo a la misma fecha del año siguiente. Para efectos comparativos, los datos se cierran en diciembre de cada año calendario, lo que obliga a estandarizar la información.
En definitiva, los números no pretenden ser absolutos sino mostrar tendencias que orientan a productores, exportadores y autoridades.
Mirando hacia adelante
La campaña 2025 quedará marcada como un año de récord productivo para el Alto Valle. Sin embargo, el desafío radica en cómo traducir estos volúmenes en rentabilidad y sostenibilidad.
Los costos crecientes, la presión inflacionaria, la competitividad internacional y las demandas de calidad de los consumidores siguen siendo obstáculos. No obstante, el crecimiento de la pera y la estabilidad relativa de la manzana permiten pensar en un futuro alentador si se consolidan políticas de apoyo al sector.
En palabras de un productor de Allen: “Los números son buenos, pero lo que necesitamos es que esa mejora se refleje en la rentabilidad. De nada sirve un récord si no podemos cubrir los costos o competir en los mercados externos”.
En conclusión, la cosecha teórica de 2025 confirma al Valle de Río Negro y Neuquén como el corazón frutícola del país. Con peras y manzanas que tocan máximos en volumen y con un entramado productivo que se adapta a los vaivenes del mercado, la región demuestra una vez más que la fruticultura no solo es tradición, sino también futuro.
Fuente: Redacción +P.
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