Chile apunta a que la cereza que no sea competitiva no sea exportada
De esta manera, buscan recuperar valores en destino sobre las cerezas exportadas por Chile para la próxima temporada.
La industria de la cereza de Chile encara una de sus temporadas más complejas en 2025/26, marcada por desafíos que van desde la producción hasta la logística y el mercado global. Tras un récord de exportaciones –alrededor de 120millones de cajas en la campaña 2024/25–, el sector enfrentó una producción histórica que generó complicaciones en el principal destino, China, y hundió los precios hasta en un 50%.
Este exceso de oferta coincidió con fallas críticas en la logística. El caso del buque Saltoro, con 1300 contenedores varados en el Pacífico, retrasó envíos clave para el Año Nuevo chino y generó pérdidas millonarias, incluso la pérdida total de la carga por deterioro. Una oferta de cerezas no homogénea a partir de enero, completó este cuadro de crisis.
Enfrentar estos cuellos de botella implica aumentar la infraestructura logística: se proyectan manejar hasta 6800 contenedores en la semana pico y se requieren cientos de frigoristas, una realidad actualmente fuera del alcance.
Para reducir riesgos en la presente temporada, especialistas señalan que no se debe embarcar fruta que no tenga las condiciones de ser exportada y la diversificación de mercado como estrategia clave. La participación en mercados alternativos como EE.UU., Europa, India o Medio Oriente creció el último año, pero aún no compensa la dependencia del gigante asiático. También se plantea una estrategia de diferenciación basada en calidad, sustentabilidad, campañas de promoción y certificaciones uniformes.
A continuación un importante aporte de SmartCherry con una entrevista al presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), Víctor Catán, que da su opinión sobre el tema.
Finalmente, la industria debe replantear para la temporada que se avecina el equilibrio entre volumen y precio, con planificación de cosecha, coordinación de arribos y un sistema de calidad homogéneo. También se requiere respaldo financiero e institucional, y una mayor colaboración entre productores, exportadores, navieras y autoridades .
En resumen, para la temporada 2025/26 la cereza chilena debe reinventarse: mejorar su logística, diversificar mercados, elevar su calidad y coordinar esfuerzos públicos y privados si quiere sostener su liderazgo global y mantener la rentabilidad de sus inversiones.
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