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¿Cómo es posible que el costo de producción de peras y manzanas creció solo 9%?

Con una economía que se encareció en dólares a una tasa del 60% en el último año, los costos de producción de peras y manzanas parecieran que son de otro país.

Algo no está cerrando entre las quejas de los productores y empresarios del Valle de Río Negro y Neuquén, y las estadísticas oficiales. Esta semana se dio a conocer el costo de producción para la manzanas y peras en las explotaciones del norte de la Patagonia. El número final: 0,35 dólares por kilo. Es decir que, en términos interanuales, creció 9% y bajo poco más del 5% comparado con la temporada 2023, siempre tomando el dólar oficial como referencia.

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Quienes participaron el lunes de este estudio, como tradicionalmente lo hacen a esta altura de cada temporada, fueron los funcionarios de la secretaria de Fruticultura de Río Negro, el presidente de la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén -Sebastián Hernández-, técnicos del INTA Alto Valle y legisladores provinciales. Los empresarios, también como tradicionalmente ocurre, no estuvieron presentes en la reunión.

Lo primero que se puede decir de este resultado es que claramente la producción local tiene costos muy elevados en relación a competidores como pueden ser Chile, Australia o Nueva Zelanda. En el mejor de los casos, un 30% más que en cualquiera de los países mencionados. Pero analizando la evolución de este indicador existen algunos puntos que no se terminan de comprender. El tema del gasto en salarios es uno de los ejemplos. En las explotaciones frutícolas, por las características de mano de obra intensiva que presenta la actividad, esta variable se lleva en promedio el 60% del total del costos de producción. En el último año, por los acuerdos logrados en las paritaria por el gremio rural (UATRE), los haberes fueron en línea con la inflación.

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Tal como se observa en el gráfico adjunto, los salarios de los cosechadores en la presente temporada muestran un crecimiento en dólares (oficial) del orden del 75% interanual. Esta misma tendencia se observó en las distintas categorías de los trabajadores (encargado, peón general, tractorista, etc.). Ponderando este porcentaje con la participación del salario en la actividad, la suba por este rubro debería impactar por encima del 30% en el costo total de producción. La energía que se utiliza para todas las labores culturales en una explotación; el combustible para mover tractores y camiones; los impuestos municipales, provinciales y nacionales; y hasta algunos productos agroquímicos mostraron también una clara tendencia alcista en dólares.

Las dudas surgen entonces en, ¿Cómo con toda esta presión de precios en cada una de las variables mencionadas, el número final refleja tan solo un 9% de crecimiento en los costos de producción de un kilo de peras o manzanas? Toda la Argentina se encareció en dólares en este último año a una tasa promedio del 60%, según las principales consultoras privadas. ¿La fruticultura ajena a este contexto, lo hizo al 9%? Esta claro que nadie pone en dudas la metodología que usan los especialistas del INTA para hacer su trabajo técnico, pero pongamos un manto de recelo sobre la existencia de una posible manipulación de las cifras finales que se ajustan a determinadas cuestiones, y que poco tienen que ver con la realidad de la fruticultura y sus costos de producción.

Por otra parte, estamos hablando de promedios, porque esta claro que existen unos productores más eficientes que otros, pero esta misma metodología se aplica en los países referentes de la producción de peras y manzanas del mundo, y no existen este tipo de inconsistencias. También somos conscientes de la volatilidad que ha reflejado la economía en estos últimos doce meses lo que termina afectando cualquier cálculo de este tipo. Pero pareciera que la mesa donde se definen los costos de producción, es una mesa política más que creada para dar algo de luz a la actividad frutícola, que demás está decir hoy está muy lejos de ese objetivo. "El costo está inflado", atinó a decir uno de los participantes de la última reunión. ¿Por qué?, nadie da una respuesta a esto.

Frente a la realidad que muestran los números oficiales, números que están avalados por la Provincia, se cae el velo de la continua queja de productores y empresarios frutícolas que reclaman medidas ante al 'angustiante' aumentos de los costos, consecuencia del atraso cambiario que registra la economía. ¿Un 9% de crecimiento de costos en una economía con la volatilidad que presentó la Argentina en estos últimos doce meses se puede considerar 'angustiante' para el sector? Difícil de creer.

Si los costos de producción están 'inflados' habría que determinar cual es el valor real para poder referenciarnos y trabajar en pos de un objetivo común y transparente. Puede que el primer paso, para intentar clarificar todo esto, sea buscar un acuerdo entre privados, sin el monitoreo del Estado provincial como se viene haciendo hasta ahora, para evitar susceptibilidades. También es posible que se deba analizar el modelo de trabajo entre los actores y el INTA, e intentar llevarlo al punto más cercano posible de la realidad frutícola. Es mucho el trabajo pendiente, pero en algún momento habría que empezar. Encauzar en otra dirección todo este esfuerzo, trabajo y tiempo que lleva armar cada año el costo de producción, sería un buen inicio. ¿De qué sirve un indicador si está alejado de la realidad? De nada...

Mientras tanto, los funcionarios nacionales recibieron la información con una satisfactoria sonrisa sobre sus rostros. Es que estos números dan por tierra el relato, de productores y exportadores, que referencian a los costos de producción como la principal causa de pérdida de competitividad de la actividad en los mercados. Todo indica que el problema de la fruticultura, con estos números presentados, pasa por muchas otras variables más importantes por resolver.

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